Refinadas transgresiones

Revista FUCSIA, 13/5/2015

Estos son los diseñadores que marcan los nuevos destinos del lujo en el mundo. Lejos de los patrones del pasado, no están tan complacidos con las normas y suelen sentar críticas posiciones sobre lo tradicional y lo clásico. Aunque hoy uno de sus vestidos cueste una cantidad indecible de dinero, sus vidas son más bien estrafalarias y divertidas. Aquí, algunas pistas para entender el lujo en la moda de hoy.

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Roksanda Ilincic y su mundo hecho entre cuadros de color

Geometrías y formas estilizadas, que recuerdan el ímpetu, el lujo y la clase de otros tiempos, son parte del universo de esta creadora.

Y de repente… Formas que rompen el orden, anarquía controlada, multiplicidad de capas. Colores simples jugando a crear contrastes inimaginados, pero puestos, uno frente al otro, de las maneras más rítmicas posibles. Esta es Roksanda Ilincic, una mujer serbia, criada por un hombre de negocios y una farmaceuta que coleccionaba prendas de Yves Saint Laurent. Una hija de la ahora desaparecida Yugoslavia, habitante de un Belgrado de clima inspirador y de paisajes poéticos que se sacudieron cuando la guerra quiso convertirse en la voz más sonora. Tiempos en los que mientras sus compatriotas ponían el cuerpo y el cuero en medio de las balas y las ideologías, ella, una chica de sueños y vestidos aristocráticos, soñaba con poder acceder a través de algún acto de contrabando a una revista.

Viajera desde que tiene memoria, Ilincic decidió entre trayectos insólitos y visitas al teatro y al ballet que aquello que quería hacer era convertirse en una diseñadora, en una literata que utilizaría la tela, la forma y el color como sus herramientas de narración.

Sin embargo, y en medio de una vida llena de sin embargos, no debido a la incapacidad sino a su versatilidad e inquietud, Ilincic estudió Arquitectura y Artes Aplicadas en la Universidad de Artes de Belgrado, estudios que después complementó haciendo una maestría en Womenswear en Central Saint Martins, el lugar del que, a su parecer, provenían todos aquellos diseñadores que hacían que la rueda de la moda girara como debía ser.

Elegancia, lujo y simplicidad son tres etiquetas que se le podrían poner a las creaciones de Ilincic, reconocida mundialmente por sus diseños evening wear, una categoría a la que después sumó vestidos de baño, ropa para niños y prendas ready to wear, todas creadas en un juego vertiginoso entre el color y la forma.

Sus diseños han hecho de los juegos geométricos y los contrastes entre colores su leitmotiv, en tanto que ha transformado los vestidos de seda satinada acompañados por abrigos estructurados en una suerte de trademark. Sus diseños son algo así como un mash up entre el neoplasticismo de Piet Mondrian y el derroche onírico de Joan Miró, estructura y a la vez ensueño; son como una creación a lo John Cage, un lugar intermedio entre la armonía, el silencio y la cacofonía.

Con presencia de sus marcas y sus diseños en más de cuarenta países del mundo, esta mujer ha hecho de su estética no solo un acto poético con un dejo de simplicidad y elegancia, sino que además ha creado un negocio internacional que se ha convertido en sinónimo de belleza, de estilo y, sobre todo, de lujo.


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Iris van Herpen o la creación de tus propias reglas

Sus piezas son únicas y las ha ideado con la intención de mostrar que la moda puede agregarle valor al mundo, que puede ser atemporal y que su consumo puede ser menos importante que su concepción y creación.

La moda más allá de la tela, más allá de la industria, más allá de la pasarela.

La moda como reflexión, como arte, como experimento. Ese es el acercamiento que Iris van Herpen, una diseñadora holandesa de 31 años, le quiere dar a su oficio. Sus diseños, usados por Lady Gaga, Beyoncé y Björk, entre otras artistas, son un punto de encuentro entre las técnicas artesanales y las más avanzadas materias primas, son manifiestos del que será el futuro de la moda.

Plástico y tela, poliuretano y acrílico, impresión 3D y ensamble manual se convierten en los materiales y las técnicas alrededor de las cuales Herpen crea sus construcciones, que parecen salidas de una película de Kubrick, de una saga de ciencia ficción o de un Blade Runner 2.0 y que tratan de presentarse como extensiones de esos cuerpos que visten y habitan; de hecho las diseña también con ese propósito.

Dos preguntas son, además, fundamentales en la producción estética de esta mujer, que se graduó del Instituto de Artes ArtEZ y que fue pasante en el estudio de Alexander McQueen en Londres. Una es un cuestionamiento alrededor de la interdisciplinariedad y la otra es una inquietud sobre los diálogos que pueden entablar el arte y la moda. Frente a la primera, la idea de Herpen es involucrar tantos actores como sea posible en el proceso de consecución y desarrollo de una pieza. Científicos, arquitectos y desarrolladores web son invitados a producir en conjunto diversas prendas y accesorios. Respecto de la segunda, la diseñadora es enfática al decir: “Para mí la moda es una expresión artística íntimamente cercana a mi cuerpo. Es una expresión de identidad que combina deseos, estados de ánimo y disposiciones culturales”.

La gravedad, el magnetismo, la ley de Boyle y el principio de Bernoulli, además del corte con láser, la impresión 3D y un trabajo manual de características arquitectónicas son los insumos y las herramientas con las que crea vestidos, chaquetas, zapatos, pantalones y accesorios que recomponen la silueta del cuerpo femenino, que enaltecen la geometría y las texturas, que revelan ciertas cartografías, se presentan como biodinámicos y que hacen, de ciertas maneras, eco al movimiento propio del cuerpo.


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Conoce al resto de diseñadores que marcan los nuevos destinos del lujo en el mundo.

Olivier Rousteing, Mary Katrantzou y
Hedi Slimane