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Belleza en reversa

Revista Fucsia, 29/4/2009

Para conservarnos bellas y jóvenes desde la adolescencia, la clave es sencilla: volver a lo natural y asociar mente y cuerpo en función de una estética inteligente. Esa la nueva propuesta.

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La historia ha demostrado que en cuanto a patrones de moda, belleza y estética después de una década de extremos y excesos viene otra más moderada en la que se hacen una serie de reflexiones al respecto, y como resultado aparecen las corrientes totalmente opuestas. A principios de los 60 la orden era estar bien peinada, bien maquillada, con vestidos bien cortados, perfectamente combinados con los accesorios, y tener una cintura marcada por una buena cadera y un busto prominente. Empezaron a asomarse los 70 y cambiaron las instrucciones.

El pelo largo, la ropa más holgada, el toque hippie y desenfadado, poco o cero maquillaje y una delgadez extrema producto de la onda vegetariana.  Aparecieron entonces los 80 y la premisa era tener un cuerpo atlético y curvilíneo, llegó el boom de las cirugías y los gimnasios, ropa vistosa, pelos esponjados y un maquillaje excesivo. Se impusieron los 90 y los diseñadores como Calvin Klein con sus modelos raquíticas y andróginas, maquillaje mínimo y pelos muy lisos cambiaron el panorama; y así continúo la historia.  Hoy cuando se acerca el final de la primera década de un nuevo siglo, nos encontramos con que la industria de la belleza se ha convertido en un negocio muy lucrativo, casi tanto como el tráfico de armas o el narcotráfico y en algunos casos igualmente dañino, pues la presión social por responder a una serie de parámetros ha convertido particularmente a las mujeres en esclavas de sí mismas.   La belleza dejo de ser un “placer deseable” para transformarse en un “bien alcanzable”.

Un giro de 180
Hace 20 años Marcela Carreño comenzó en el negocio de la estética. Fue de las primeras en abrir un spa en Bogotá donde se hacían toda clase de tratamientos. Tenía clientes, especialmente mujeres, de todas la edades que acudían a ella para bajar de peso, reducir la celulitis, reafirmar la cola, entre muchos otros tratamientos. “Durante ese tiempo hice un trabajo de observación muy importante. La mayoría de mis clientes eran mujeres con una característica: la sobreexigencia. Tenían que ser lindas, inteligentes, buenas mamás, buenas amantes. Cuando conversaba con ellas era evidente la sobrecarga que llevaban encima y su cuerpo les pasaba factura por eso.  Me di cuenta entonces de que lo que yo hacía por ellas, ponerlas bellas, no era suficiente para que dejaran de sentir sus frustraciones y eso no les arreglaba la vida, porque al mismo tiempo tenían una serie de bloqueos y desequilibrios físicos y emocionales que no les permitían tener un bienestar general”. Marcela comenzó a ver su reflejo en esas mujeres, porque de alguna manera ella también tenía las señales de una mujer sobreexigida. Poseía un negocio exitoso, llevaba una vida social agitada y al mismo tiempo una familia que cuidar. Una serie de episodios personales, sumado a esos cuestionamientos que había en su cabeza, la llevaron a tomar la decisión de vender su negocio, deshacerse de todo, alejarse y volver a empezar de cero. Viajo, investigó, estudió hasta toparse con el concepto de Wellness (bienestar) con el que se sintió plenamente identificada y ahora lo implementa desde su centro Ananda Wellness.

El bienestar
‘Ananda’, quiere decir consciencia en sánscrito y es precisamente eso lo que busca Marcela con estas nuevas terapias que además de objetivos estéticos, hacen que las personas aprendan que todas la vivencias se llevan a través del cuerpo, por eso, es importante aprender a escucharlo, saber lo que necesita, por qué se comporta de determinada manera y darle el bienestar necesario para que reaccione de la mejor manera ante episodios de estrés, de ahí que sus métodos estéticos tengan como premisa el desbloqueo de los canales, la activación natural del sistema metabólico y el correcto funcionamiento de los órganos vitales y todos los sistemas de excreción. Para lograrlo, integra la medicina china con la relajación y con la tecnología, de hecho, su gran novedad es un software con un sistema desarrollado por la Nasa denominado ‘Diagnóstico de campos electromagnéticos’. Se basa en que todo tiene un campo vibracional y emite ondas y, por supuesto, los órganos del cuerpo no son la excepción. El paciente se conecta a una serie de arneses que tienen unos electrodos que se ubican en puntos estratégicos para medir las pulsaciones de los diferentes órganos.

Es más o menos como un electrocardiograma, pero aplicado a todo el cuerpo. También permite medir el estado de las glándulas, las hormonas y algunos componentes de la sangre. La máquina tiene una plantilla de cómo se comporta un cuerpo humano normal y de ahí se basa. Hace un mapa del cuerpo y lo compara para emitir un diagnóstico (que además es evaluado por una médica) sobre lo que no funciona bien. Al detenerse a mirar temas como la digestión, los ciclos menstruales, los ovarios, el metabolismo y el sistema linfático de cada mujer se obtienen respuestas a todos los síntomas externos, como aumento de peso, depresiones, cansancio, etc.

El otro yo
Adicionalmente al los diagnósticos orgánicos, cada paciente debe pasar por un proceso de relajación que le enseña a conectar su mente con su cuerpo. “La mayoría de las mujeres que llegan a Ananda llegan con un bloqueo. No entienden por qué no bajan de peso, o por qué bajan y suben a pesar de vivir a dieta. Son mujeres que llevan años luchando contra ellas mismas, contra su propia figura y bloquearon su cuerpo, y más aun, su mente. Hacen unas dietas extremas de 1.000 calorías diarias. El cuerpo aprende a vivir así, durante un par de meses.

Luego, cuando vuelven a su alimentación normal, el cuerpo no entiende qué pasa, entonces todo el exceso de calorías lo transforma en grasa. Sumado a eso, hay que tocar fibras más profundas que están en la infancia, las relaciones con los padres. Recuerdo mucho el caso de una paciente, que sólo comía papitas, Coca–Cola, comida chatarra. Comenzamos las terapias y lo que salió a flote fue que ella era como una ‘caneca’, se llenaba de desperdicios, y en sus relaciones sentimentales replicaba ese patrón, los hombres acudían a ella a descargarse, a liberar sus deshechos, pero nada más. Por eso, hay que tocar las fibras íntimas del subconsciente para llegar a donde se genera la ansiedad y saber qué nos altera en nuestro sistema orgánico”.

A barrer se dijo

La desintoxicación es otro aspecto muy importante en los nuevos cánones de belleza. Hoy en día, las personas están más expuestas a factores contaminantes, pero también son más conscientes de sus efectos. Marcela Carreño asegura que hay que desintoxicarse física y emocionalmente, pues la mujer se dice a sí misma: estoy como una bola de grasa.  Eso es lo más negativo, lo que más atenta contra la belleza.

Pesticidas, cigarrillo, trago, drogas, antibióticos, corticoides se acumulan en el cuerpo y lo atacan por todos lados. “Me interesa que la gente sepa qué es lo que pasa con cada sector de su cuerpo. Qué hace cada alimento. No les recomiendo dietas a las mujeres. Nada prohibido con excepción de los colorantes, preservantes y químicos en la industria alimenticia. Las jovencitas hoy en día, muchas hijas de mis clientes, desayunan un café sin azúcar, no saben lo que es una papa. Le huyen a todo lo que creen que engorda, consumen productos light. Ni siquiera comen carne. Y uno ve que se enferman, les dan gripas, amigdalitis; eso no puede ser sano y esa mentalidad debe entrar en proceso de cambio.

El milagro de la naturaleza

Así como sucedió con Marcela Carreño y sus centros de estética, grandes empresas dedicadas al negocio de la belleza han llegado a la conclusión de que hay un nuevo rumbo estético que comprende a las personas como un todo, que a su vez tiene un interior y un exterior inseparables. Luis Hernando Dueñas es el gerente general para Colombia de un nuevo concepto que seguramente dará mucho de qué hablar en los próximos meses, se llama The Natural Source y su fuente de trabajo es la naturopatía. Él, como muchos otros, era un poco incrédulo frente al tema de la nueva industria cosmética hasta que tuvo la oportunidad de viajar a Australia, conocer la casa matriz de la marca y enamorarse de este concepto creado por un grupo interdisciplinario de dermatólogos, etnobotánicos y químicos cosmetólogos que se dieron a la tarea de investigar la gran variedad de ingredientes naturales que podían ser empleados en la fabricación de productos de belleza, conservando sus principios activos y potenciando sus efectos de manera natural. En la filosofía de The Natural Source no hay cabida para las pruebas con animales, los empaques que no sean biodegradables o los productos que produzcan cualquier tipo de efecto colateral.

A la moda y natural

The Natural Source también rompe con el estereotipo de que lo natural es simple y de alguna manera riñe con la moda. Tienen un departamento que se encarga de actualizar sus productos de acuerdo con las tendencias del mercado. Han desarrollado líneas para el cuidado de la piel y el pelo, líneas de maquillaje con colores vibrantes, con texturas que pueden combinarse de tal manera que las mujeres pueden incluso personalizar los tonos de acuerdo con sus preferencias. Hay productos tensores que realzan la mirada y reducen las arrugas, bálsamos para dar efecto de relleno a los labios, sombras con texturas que serían aclamadas por cualquier profesional del maquillaje; y, por supuesto, líneas más complejas con aceites y esencias para tratar dolencias más serias. Tampoco creen que haya productos de acuerdo con el color de la piel, para ellos es una sola y lo que se debe mantener en equilibrio no depende de la raza u origen.

Cuatro motivos para creer
Esta marca funciona bajo cuatro principios clave que probablemente resuman esta nueva corriente de belleza que está cautivando a la gente que pensaba que verse mejor debía ser sinónimo de suplicios, gastos exorbitantes y mucho sacrificio.

1. El poder curativo de la naturaleza
El cuerpo es capaz de mantener y restaurar su propia salud. Hay unos procesos de curación que se llevan a cabo y debe haber una fuerza vital en equilibrio que responda para que se cumplan como debe ser. La medicina naturopática está para facilitar y aumentar este proceso, remover cualquier obstáculo y darle ventaja al cuerpo para que logre su propio alivio a través de una armonía interna y externa.

2. Las causas antes que los síntomas

Todos los problemas de salud, incluyendo los de belleza, ocurren por una causa, que debe descubrirse o tratarse antes de simplemente paliar una serie de derivados de dicha causa. Los síntomas son la manifestación de los intentos que hace el cuerpo para sanar, pero no son la causa del mal. No deben suprimirse con un tratamiento. Tiene orígenes que pueden ser no sólo de tipo físico, sino también mental o emocional. Por eso, la naturopatía se dirige a las causas antes que a los síntomas.

3. No al daño
Las enfermedades o dolencias son procesos del cuerpo que tienen un objetivo. Las acciones terapéuticas deben ser complementarias al procesos de mejoramiento y deben ir en sinergia. Las acciones médicas pueden o apoyar o antagonizar la actividad de esta fuerza, de ahí que muchos tratamientos regidos químicamente resulten generando daños colaterales o efectos secundarios muy nocivos.

4. Tratar a la persona como un todo

La salud y la enfermedad son condiciones de todo el organismo que involucran una interacción compleja de factores físicos, emocionales, mentales, genéticos, ambientales y sociales. En la medicina naturopática cuentan todos esos factores que deben estar en armonía no sólo para la recuperación, sino también en la prevención.


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