PERFUMES

De los cálidos a los frios

Revista Fucsia , 26/9/2011

El día, la noche y los cambios de clima también sugieren el uso de diferentes fragancias. Encuentra las más apropiadas para cada momento y lugar.

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Es casi de ley que una mujer nunca use la misma fragancia de día y de noche. Hay razones que, no sabemos bien por qué, la llevan a elegir un determinado perfume para la oficina, otro para una ocasión especial de noche, y ella sigue la misma costumbre cuando se trata de aquellos que usa en tierra caliente o en clima frío. Una recomendación en ese sentido no sobra, porque hay que pensar que el ‘humor’ de las personas pega mejor con determinadas fragancias bajo circunstancias de tipo horario o climático.

Pero hagamos una pequeña introducción acerca de la manera como se perciben los olores o como es la reacción de los órganos sensoriales ante la acción de agentes externos. La sensación que se experimenta al oler un perfume es el producto de los proceso físico–químicos desencadenados por las neuronas, a medida que esa percepción alcanza los centros cerebrales que rigen la conducta del individuo. Pero hay algo más complejo que eso: el mensaje olfativo pasa directamente a la zona límbica, grupo de estructuras del cerebro, entre ellas el hipotálamo y la hipófisis, que regulan la vida emocional y afectiva, y vincula directamente el olfato con la reacción de cada persona a un determinado aroma.

Ninguna persona, a no ser que tenga problemas olfativos, puede sustraerse a la percepción de un olor. Los olores no nos son casi nunca indiferentes, y el que cada persona tienda a considerarlos agradables o desagradables de modo espontáneo parte de procesos cerebrales y circunstancias emocionales, además de otras de tiempo y lugar. ¿Habrá algo más sabroso que llegar a tierra caliente y percibir los olores del trópico como una sensación que nos trae de nuevo los olores que percibimos de niños?
Cada percepción nueva de un perfume por parte de una mujer adquiere sentido en la medida en que esta mujer se halle inmersa dentro de un contexto determinado, de acuerdo con sus circunstancias particulares. Pero hay una disimilitud, una variación, en la manera como ella (y los que se acercan a ella) perciben o ‘huelen’ tal o cual fragancia. Muchas veces se ha visto el caso de personas que usan perfumes que a ellas les parecen deliciosos y a otras simplemente les repelen.

Esto se da porque no todas las personas tenemos la misma sensación ante las mismas circunstancias, y eso es lo que hace tan complejo el mundo de los perfumes. En eso de las notas cálidas o frías que aportan ciertos perfumes hay mucha tela de dónde cortar. Parecería que la intención de las llamadas ‘narices’ que han creado los perfumes a lo largo de la historia se expresa en dar a sus creaciones ese ‘aspecto’ de calidez, o de exotismo, o de sensualidad, que creen haber recogido a través de su experiencia. Y por lo general, los nombres de los perfumes llevan a las personas a identificarlos con regiones y lugares determinados.

Pero lo que definitivamente lleva a alguien a escoger tal o cual perfume es el olor que percibe para sí misma, de día o de noche, en clima frío o caliente, olor que puede variar el soplo de la brisa en tierra cálida, el olor salino del mar, la lluvia o la neblina.

Los perfumes y sus notas

212 Sexy: Floral, oriental, un toque de calor sobre la piel.
Be Delicious: Manzana, rocío, pepino verde, toronja y magnolia.
Beyond Paradise: Cítricos, jacinto azul, flor de naranjo, madreselva, maderas y cortezas.
Kenzo Amour: Reminiscencias de Japón, de India, del sureste asiático.
L’image: Jazmín, ylang–ylang, flores blancas sobre fondo de madera de cedro.
Medea: Aromas del Mediterráneo, maderas y flores exóticas.
Narciso Rodríguez for Her: Conexión y pasión a partir del almizcle.
Opium: Especias y flores que evocan el misterio de la China Imperial.
Pleasures Exotic: Mezcla de flores y frutas exóticas: mango, fruta de la pasión, buganvilia y flor de naranjo.
Prada: Una brizna ‘retro’ oriental abrigada por la calidez de sus maderas.
Quizás, Quizás, Quizás: Limón de Italia, cassís de Borgoña, jazmín de Sambac, rosa de Bulgaria, pachulí de Indonesia.
Rock’n Rose: Flor de naranjo, vainilla, heliotropo y sándalo.
Rose Leger: Fresia y orquídea rosada, nectarina, peonía, violeta, maderas y almizcle.
Touch: Esencias florales y afrutadas de flor de loto, fresia, lirio del valle, frambuesa y almendra.
Un Jardin sur le Nil: Recorrido por el Nilo; afrutado, verde y amaderado.