Salud

Fabrican revolucionario tejido hecho de leche podrida

, 24/4/2012

La próxima vez que usted vaya de compras, quizás termine comprando una camisa fabricada con base en un material inusual: leche podrida.

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Esa es, por lo menos, la intención de la diseñadora y microbióloga alemana Anke Domaske, que actualmente se dedica a comprar leche que ha sido descartada para el consumo humano para transformarla en una fibra similar a la seda (y que no huele a leche rancia).

Radicada en la ciudad alemana de Hanóver y con una pequeña planta de producción en Bremen, Domaske dice que la fibra es natural, fácil de producir, ecológica y tiene propiedades antialérgicas.

Algunos críticos de esta técnica argumentan, sin embargo, que la fibra no es tan duradera como otras y que la producción láctea convencional tiene de por sí un impacto negativo sobre el medio ambiente.

¿Cómo produce esta fibra? BBC Mundo conoció el proceso durante una visita de Domaske a Miami, en Estados Unidos.

"Como hornear"

Si bien Domaske fue reconocida en Alemania por el carácter innovador de su trabajo, ella no es la primera ni la única persona que desarrolla este textil.

De hecho, en la primera mitad del siglo XX se registraron casos similares en los que se produjeron fibras a base de leche.

La alemana resalta, sin embargo, que en esos casos la fibra contenía una alta producción de químicos y era muy costosa. Ahora es mucho más sencilla y ecológica.

"Se puede comparar con hornear o hacer panqueques", dice.

La proteína llamada caseína -que son los sólidos blancos que se acumulan sobre la leche agria- se seca hasta formar una especie de harina. Esa harina se mezcla con agua y se amasa.

Pero esa es la versión simplificada, pues para obtener la fibra se necesita una máquina similar a la que se usa para moler carne.

Ésta tiene dos espirales que no sólo calientan la caseína sino que la vuelven maleable. Ese material luego se presiona hasta que sale en forma de hebras que son más delgadas que un cabello.

Con unos seis litros de leche agria se puede hacer un vestido.
Natural y antialérgico


Después de unos dos años de ensayo y error, Domaske logró en el invierno europeo de 2010 su primera vestimenta que cuenta con un porcentaje de fibra de leche.

Desde entonces se ha dedicado a perfeccionar el textil y a ofrecerlo a diferentes industrias -desde la automotriz hasta la médica- para que lo prueben antes de comercializarlo.

Dice que al utilizar leche podrida, usa un producto que de otro modo sería desechado. Y agrega que el proceso es rápido y tiene un consumo bajo de agua, si se compara con la producción de otros textiles.

Mientras se necesitan unos dos litros de agua para producir un kilo del textil de leche, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) estima que se necesitan unos 20.000 litros de agua para la misma cantidad de algodón.

Sin embargo, éste último es más barato que la fibra de leche.

Para Domaske, el precio adicional no es un impedimento si se tiene en cuenta que su textil es, según cuenta, beneficioso para quienes tienen la piel sensible. Esto se puede deber a que el pH (o la acidez) de la leche es cercano al pH de la piel.