Alimentación Balanceada

¡Hora del almuerzo!

Revista Fucsia , 3/4/2012

Que la falta de tiempo por culpa del trabajo no sea una excusa para alimentarse mal. FUCSIA reúne una serie de consejos y lugares para comer rico y mantener las baterías cargadas.

Foto: Archivo Fucsia - Foto:

Cuando se tienen muchas ocupaciones, el tiempo es oro, pero un buen almuerzo o cena también. Un cerebro mal alimentado es un productivo que trabaja a media marcha. El cuerpo paga las consecuencias de saltarse las comidas o alimentarse a medias sufriendo dolores de cabeza, irritabilidad, sensación de debilidad y hasta gastritis. Lo peor del caso es que llega un momento del día en que el hambre ataca de manera irreversible, y es ahí cuando la gente se come cualquier cosa, generalmente grasosa, ‘llenadora’ y poco nutritiva.

Teniendo en cuenta algunos de estos tips, puedes pensar en las mejores opciones para tu menú particular.

De 7 a 11

Para las trabajadoras compulsivas, este es un menú que mantiene la figura y la energía. 

Cuando sale el sol 

Fundamental ya que no sabes si tengas tiempo de almorzar bien. Acostúmbrate a que no sea sólo café y tostadas e incluye proteínas. Es una buena hora para consumir harinas, ya que vas a estar muy activa durante la mañana. Elige entre: Una omelette de huevos revueltos con queso (añádele champiñones, tomates frescos o secos, o los vegetales que te llamen la atención) acompañada por un jugo de fruta natural sin azúcar. Un bol de cereal bajo en grasa y calorías y con contenido de fibra, acompañado de yogur o leche y fruta picada (papaya, fresas, piña).

Al mediodía

Muchas mujeres se saltan esta comida del día, especialmente cuando deben entrar y salir de su lugar de trabajo, o tomar parte en reuniones o eventos al final de la mañana que se prolongan hasta la tarde. Lo mejor es tener a mano queso, maní, nueces, o un yogur bajo en grasa, así puedes ‘picar’ antes de salir o mientras vas en el carro, recibirás algo de energía y cuando tengas tiempo de almorzar no sentirás ganas de tragarte el mundo.

Si estás en tu oficina no dejes de comer al mediodía. Trata de que sea un momento de desconexión y dedícale por lo menos 30 minutos a tu almuerzo. Si ordenas un domicilio, no comas frente al computador, párete, siéntate en otro lugar y si sabes que trabajarás hasta tarde, sal con alguien de tu oficina, o que trabaje cerca y come en algún lugar agradable. Prefiere las proteínas y verduras, las ensaladas que tienen queso, pollo, jamón o pescado son una excelente opción. 

Recuerda que entre más liviano sea lo que comas, mejor te sentirás el resto de la tarde y seguramente la jornada laboral será más productiva. Si en la tarde sientes antojos de algo dulce y cuentas con la suerte de tener una nevera a mano, guarda helados y paletas endulzados con fructosa, para cuando el cuerpo pida glucosa.

Cena

Si te sorprende la noche en la oficina, ordena una ensalada de frutas o una sopa ligera. Para las que llegan a casa más temprano, es bueno tomarse un tiempo en la cocina y preparar algo rico, si todavía tienes ánimo, o tómate una buena taza de té con un par de tostadas y queso crema bajo en grasa. Trata de comer siempre un par de horas antes de ir a la cama para que se complete la digestión. 

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