El abecé de la pastilla del día después

En ese orden de ideas, este método no debe usarse siempre sino solo en casos en los que, por ejemplo, un preservativo falló o se olvidó tomar las pastillas anticonceptivas, según Sergio Parra, ginecólogo de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS).

¿Cómo funciona en el cuerpo de la mujer?

Cada dosis de la píldora contiene, según Parra, “un preparado hormonal a base de un sintético de la progesterona, denominado Levonorgestrel”, que tiene cuatro efectos: "disminuir la motilidad del espermatozoide, bloquear el desarrollo folicular, crear hostilidad en el endometrio y destruir el cuerpo lúteo (la glándula que segrega progesterona y que se desarrolla  en el endometrio tras la ovulación)". En otras palabras, no es considerado como un método “microabortivo”, pues su acción es ejercida antes  de que el espermatozoide fecunde al óvulo.

Es posible tomarla en una sola toma o en dos, con un intervalo de doce horas entre cada una, en un tiempo máximo de 48 horas después de la relación sexual sin protección. Sin embargo, la OMS asegura que es posible hacerlo en los cinco días posteriores (120 horas). Su efectividad varía del 94 al 98 por ciento.

¿Qué ocurre si se toma con mucha frecuencia?

Aunque este no es un factor que le reste efectividad a la píldora, como se suele pensar, sí causa un “desarreglo hormonal”, después de cada toma. Con el fin de evitarlo, el ginecólogo Sergio Parra recomienda optar por métodos temporales hormonales como las pastillas anticonceptivas, la inyección, el parche, entre otros, o acudir a los métodos de barrera no hormonales, como el preservativo. Es importante que sean elegidos con la asesoría de un especialista.

¿Tiene efectos secundarios?

Sí. Esto depende de cada organismo. Los más conocidos y generalizados son dolor de cabeza, náuseas, irregularidad menstrual en el ciclo siguiente y sangrado.

En casos en los que la paciente tenga vómito antes de dos horas posterior a la toma, se debe repetir la dosis, sin temor a una sobredosis.