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Desodorantes y cáncer de seno

, 30/5/2010

Mucho se ha hablado de que algunos desodorantes o antitranspirantes contribuyen a la aparición del cáncer de seno. Te contamos las versiones al respecto.

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Los rumores aparecen por todas partes.Unos dicen que el problema está en uno de sus ingredientes; otros afirman que la densidad no deja respirar la piel; también hay quienes aseguran que han sabido de casos; y, por supuesto, en Internet abundan las preguntas, respuestas, juicios y defensas sobre el tema.

Lo cierto es que aún no hay una base científica lo suficientemente verídica y profunda que permita asegurar que los desodorantes en las mujeres causan cáncer de mama. No obstante,es interesante conocer las versiones que se tejen al respecto y recibir información para sacar conclusiones propias.

La sospecha
Según los investigadores, algunos antitranspirantes en sus fórmulas contienen aluminios y parabenos que, dependiendo de la concentración en la que se encuentren, podrían llegar a ser nocivos para la salud. El argumento que se expone sobre los compuestos de aluminio es que éstos son utilizados para detener la salida del sudor al exterior de la piel y en consecuencia, la axila absorbe el compuesto. Los rumores sugieren que el aluminio que ha penetrado podría promover el crecimiento de células cancerígenas.

La sospecha aumenta cuando se habla de los parabenos –preservantes de los desodorantes y antitranspirantes–dado que en 2004, un estudio realizado a 20 muestras de tejido mamario canceroso encontró que en 18 de dichas muestras había presencia de parabenos. Pese al resultado de la investigación, no fue posible comprobar que la causa del cáncer fuera el uso de desodorantes con este ingrediente. No obstante a que muchas investigaciones han desmentido la hipótesis, ya hay fabricantes que prefieren no utilizar parabenos en la elaboración de sus productos.

Los estudios
Publicaciones sobre estudios que asocian o desmienten que el cáncer de seno es producto del uso de desodorantes, abundan en la Red. Uno de ellos afirma que las mujeres cuya enfermedad se presentó a temprana edad se aplicaban el antitranspirante antes de transcurrida una hora luego de afeitarse con cuchilla, por lo que podría llegar a pensarse que los parabenos eran absorbidos rápidamente por el cuerpo. Aún así, no fue encontrado un argumento contundente para atribuirle la patología a productos cosméticos para controlar el sudor.

En oposición, un estudio realizado a 1700 mujeres con y sin cáncer de seno durante el año 2006, asegura que no fue posible comprobar que el riesgo de padecer esta enfermedad aumentara por el uso de desodorantes. La evidencia no fue tan contundente como para afirmar la acusación.

Cierto o no, es interesante analizar por qué son tan fuertes los rumores y cuáles son las interpretaciones que hacen los expertos al respecto. A lo mejor no esté demás revisar las etiquetas o pedir más información cuando se esté escogiendo un desodorante.