salud

“Tengo ataques de pánico”

, 3/2/2010

Si sientes que estás en constante peligro y que puedes “predecir” los sucesos desafortunados, entonces tal vez la ansiedad te está dominando. Aprende a enfrentarla.

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Cada día miles de personas en el mundo sienten que les falta el aire, que les tiemblan las manos, que sudan exceso, que un incontrolable hormigueo les recorre el cuerpo, que les duele el pecho o que se están entumeciendo. Algunos prefieren callar y luchar en silencio no sólo contra estos síntomas, sino también contra los pensamientos negativos que se instalan en sus mentes obligándolos a pensar que todo está fuera de control y que la angustia y el miedo se han apoderado de sus vidas.

Otros, por su parte, no pueden ocultar lo que les pasa y optan-en el peor de los casos- por evitar las situaciones de estrés llegando a querer no salir de sus casas por miedo a lo que pueda ocurrirles. Estos síntomas y reacciones se conocen como ataques de pánico o de ansiedad.

¿Por qué a mí?
Según los expertos, agobian más a las mujeres y se manifiestan –con mayor frecuencia- durante la adolescencia o en la primera etapa de la adultez. Aunque no se ha demostrado exactamente su origen, sí se ha comprobado que las personas que se tensionan fácilmente y que no dominan la ansiedad son más propensas a padecer estos episodios.

La explicación se centra en que la gente con personalidad ansiosa tiende a anticipar y a sobredimensionar las situaciones desagradables y esto le produce miedo. Si bien ese temor es infundado, para el que lo siente se convierte en una señal que lo obliga a estar angustiando y alerta. En consecuencia, el organismo reacciona al peligro y transforma el estrés cotidiano –y en apariencia normal- en una situación extrema que lo lleva a reaccionar físicamente.

Angustia que genera más angustia.
De acuerdo a quienes han padecido estos ataques, los síntomas que presentan son tan desagradables que el sólo hecho de pensar en que puedan repetirse les genera aún más ansiedad. Esto significa que si bien estas personas están en la capacidad de desarrollar su actividades con normalidad, la angustia por lo que les pasó es un detonante en sí misma de la situación.

Para aprender a controlar y a manejar esos estados lo expertos sugieren:
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Reducir la fuente del estrés. Esto se logra identificándola y tratándola con la ayuda de un especialista.
*Pensar en que esos ataques son situaciones pasajeras que sí se pueden aprender a manejar.
*Aprender a controlar los síntomas que advierten que se está a punto de sufrir el ataque. En este sentido la recomendación es poner en práctica los métodos de relajación, autocontrol y respiración de disciplinas milenarias como el Yoga y el Tai Chi.
* Reconocer cuáles son los miedos que le agobian con el fin de aceptarlos y aprender a tolerarlos de tal manera que el organismo no reacciones a ellos con tanta intensidad sino que los asocie con la cotidianidad.
*Pensar únicamente en el presente sin anticiparse trágicamente a lo que pueda venir.

Enfrentando la situación
*Deja que pase, es decir, no intentes pararla porque la angustia por hacerlo terminará por extenderla.
*Respira despacio para que el oxígeno llegue al cerebro y la frecuencia se normalice.
*Tan pronto como empieces a sentir que los síntomas están apareciendo procura distraer la mente conversando con alguien, hablando por teléfono, leyendo un texto que te haga reír, comiendo algo que te produzca satisfacción, etc.