Buenos aceites en vez de muchos 'afeites'
Aunque se pudiera pensar lo contrario, los aceites son una excelente opción para humectar la piel del rostro. Aquí, unas claves expertas para saber qué usar según el tipo de piel.

Hace unos años, los aceites eran densos y pesados, pero sus nuevas fórmulas son ligeras y de fácil absorción, al punto que algunos se denominan “aceites secos”.
Uno de los beneficios de los aceites faciales es ayudar a que la piel no pierda agua y mantenga su adecuada humectación. Contribuyen, además, a darle firmeza, elasticidad y luminosidad. Un aceite ciento por ciento natural
penetra profundamente en la piel, y en esta característica radica que la piel no se vea brillante, esta es la diferencia que ofrece frente a aquellos que contienen petróleo.
Es mejor usar el aceite de noche, después de la crema hidratante. Como este no contiene agua, penetra en la piel y ayuda así a regenerar las células.
Mi consejo más preciado es perfecto también para optimizar el uso de estos nuevos productos:
“Menos es más”. Utilice los aceites en pocas cantidades, dos o tres gotas son suficientes.
PIEL SENSIBLE:
Pruebe productos que contengan aceite de manzanilla, árnica o mejorana, por sus propiedades calmantes.
PIEL MIXTA O GRASA:
Encuentre hidratación y equilibrio en productos que contengan aceite de canela, del árbol de té, de rosa mosqueta
o semilla de uva.
PIEL SECA:
Use fórmulas que contengan aceite de oliva, avellana o sándalo.