entrevista

Alicia Mejía “Aún no se puede hablar de que hay moda colombiana”

, 13/9/2010

“Aún no se puede hablar de que hay moda colombiana”, dice la mayor impulsadora del sector textil-confección en Colombia.

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La industria de la moda ha sido parte de su vida. Está convencida de que “deberíamos ser capaces, todos quienes estamos involucrados, en creer que es un sector importante, que genera empleo, que es competitivo, que es capaz de exportar, que es innovador. Creo que deberíamos llamar a una reflexión grande y seria que deben promover Proexport e Inexmoda”.

Hablar de Alicia Mejía, es hablar de moda y, de Inexmoda. ¿Qué es eso?
Inexmoda traduce: Instituto para la Exportación y la Moda, fue creado en 1988 y, básicamente, su razón de ser es ayudar a que la cadena fibra-textil-confección y canales de distribución sea más competitiva, tenga más visibilidad y reconocimiento. No es gremial, pero sí es una institución que durante 20 años, en épocas gloriosas y en épocas difíciles, ha tratado siempre de ser como una columna vertebral entre las necesidades de esa cadena.

¿Cuándo nació o cuándo se comienza a hablar de moda colombiana?
Nació con Toby Setton, un personaje que tenía una marca de consumo masivo que se llamaba Jackson Fashion, que dejó anécdotas como que llegaba a las textileras con un ala de cucaracha, y pedía telas de ese color, porque en ese momento no existían las cartas de colores y aun más, no había ropa lista para ponérsela, sino que uno compraba telas y se las llevaba a la costurera.

¿Por qué sería que nació en Medellín la industria de las telas?
Debía haber nacido en la Costa, donde sembraban el algodón y donde había puertos para importar; o en Santander, donde hubo la primera industria textil, pero básicamente hay dos motivos. Uno, un aspecto cultural de los antioqueños de sacar adelante una empresa, y dos, la riqueza hidráulica del departamento, que permitió que estas fábricas tuvieran energía barata.

El tema de la moda en Colombia es muy nuevo, ¿o no?
El concepto moda es completamente nuevo, tanto, que aún no tiene la fortaleza que uno pensaría que podría tener ese sector. Cuánto camino se ha recorrido, cuánto falta por recorrer, lo que se ha hecho hay que reajustarlo, hay que reinventarlo, porque en Colombia en este momento no se puede hablar de que hay moda, porque siento que ha habido un desgaste muy grande con tanto evento de moda. Seguramente, esos eventos benefician a la región que las hace desde otras áreas, de hoteles, de restaurantes, pero a la moda como tal le han hecho mucho daño.

¿Es malo hacer tanto certamen de moda?
No existe ningún país en el planeta donde haya ferias o pasarelas de moda cada tres meses. Eso es pésimo, porque no hay diseñador en el mundo que pueda hacer una colección cada dos meses, ni por creatividad, ni por capacidad, ni por plata. Entonces, se empieza a repetir, se empieza a no ser inventivo. Hacer una colección no es hacer 20 vestidos y mandarlos, son los accesorios, los zapatos, el maquillaje, el peinado, la música, la escenografía, etc.
 
¿Existe algún orden en la moda?
Sí, y se estableció hace 200 años en Francia. Hay dos temporadas al año y unas colecciones intermedias, pero básicamente esas dos temporadas son las que le dan un orden a la moda para que pueda tener una capacidad de producción y de venta, porque los desfiles en el mundo de la moda no se hacen para que la gente los mire y los comente, sino para que compre, pues cada colección hay que producirla. Aquí nos la pasamos haciendo cosas para mostrar, pero, ¿qué se produce de ahí?

¿Cómo estamos en moda respecto a los otros países suramericanos?
Colombia tiene un liderazgo, que se lo dio Inexmoda, porque logró visualizar a Medellín y al país. Y eso quiere decir que trajo a mucha gente de medios, diseñadores muy importantes, como Oscar de la Renta, Badgle Mischka, la Casa Balmain, Carolina Herrera, en fin… Entonces, somos referentes de México para abajo, menos en Brasil, ya que ellos nos llevan bastante en el tema.

¿Qué diseñadores suramericanos tienen fama mundial?
Aparte de Oscar de la Renta y Carolina Herrera, está Ángel Sánchez, venezolano, que ha logrado un espacio en Nueva York. Colombiano no hay ninguno.

¿Qué es lo más alto a que hemos llegado internacionalmente?
Silvia Tcherassi. El problema es que tú puedes ser muy creativo, pero si no tienes detrás un estamento oficial o un capitalista muy grande que te ayude, no es viable el negocio. No se puede olvidar que para vender un producto no sólo hay que tenerlo, se necesitan jefes de prensa, jefes de relaciones públicas, estar en distintas pasarelas en el mundo; no es ir a París un año y después no volver, por los costos, que son absurdos. Hoy en día, una pasarela de Silvia Tcherassi en Milán puede estar costando 250.000 euros. Creo que se deben redefinir rápidamente las instituciones, las organizaciones que hacen eventos, el apoyo que le da el Gobierno a estos eventos. El Gobierno catalogó o clasificó al sector textil-confección colombiano, como un sector de clase mundial, pero yo no veo que hoy lo seamos, porque para serlo, la innovación es clave.

En moda, ¿se innova o se copia?
Hay una primera persona que diseña, con un talento maravilloso. Esos son los grandes diseñadores del mundo, pero ellos no logran hacer lo que hacen por generación espontánea. Uno se va para Marruecos, otro al Nilo, otro viene a la Guajira, y se inspiran; pero siempre hay uno que resuelve que esto que parece un tigre se va a usar y saca esa primera chaqueta en un gran desfile en París, donde están las celebridades y las cámaras de televisión, donde se invirtió un millón de dólares, que es lo que vale un desfile de Alta Costura y dura 14 minutos. Sí, se copia, y Colombia es un país donde sus diseñadores no son creadores de tendencias, o sea, decir que hay moda colombiana, es un absurdo; hay moda hecha en Colombia, porque el diseñador colombiano interpreta fácil y adapta.

¿Se puede hablar de tendencias en la moda?
Uno puede comprar un pantalón en Madrid, comprar la camisa en Hong Kong, las medias en Luxemburgo y la corbata en Río de Janeiro, porque todo está planteado para que sea una tendencia, aunque ya ni siquiera se habla de tendencias, sino de estilos de vida, que es lo que el consumidor quiere. Hablar de que hay moda brasileña o mexicana o venezolana… eso no existe. Uno no puede decir que Carolina Herrera es moda venezolana, ella es una mujer absolutamente universal para la moda.

Aquí, en Colombia, ¿hay talento?
En Colombia hay gente con mucho talento, pero de pocos recursos financieros, un diseñador no tiene por qué entender de cifras, tiene que tener detrás una gerencia, y aquí los diseñadores están absolutamente solos, huérfanos en el país, en el sentido de que conseguir patrocinio para ellos es muy difícil, una colección le puede valer a un diseñador entre 60 y 80 millones. Yo esperaría que María Claudia Lacouture, la nueva presidenta de Proexport, redefina todo el tema del apoyo al sector de diseñadores, para que realmente se pueda hablar de Colombiamoda, una palabra que hoy no expresa el mensaje que debería.

Hablemos de moda masculina…
Yo creo que Arturo Calle le enseñó al hombre colombiano a vestirse bien, a combinar, pero no es una moda colombiana masculina. Arturo merece un reconocimiento de lo que ha hecho.

En moda femenina, ¿por qué no hay un Arturo Calle?
Porque hay Zara, y ellos no le dieron el chance a nadie.

¿Qué está haciendo Alicia Mejía hoy?
Varias cosas. Una, desayunando en la cama, que en mi vida nunca había sucedido. Dos, no atiendo ni una cita antes de las diez de la mañana, porque no coordino. Y tres, disfrutando de mis tres nietos, que me tienen completamente loca. Desde el punto de vista trabajo, hago unas asesorías, tengo una conferencia montada que se llama ‘El poder de tener ganas’, que dicto sobre todo a la gente joven, y es un poquito como contar mi experiencia en Inexmoda en 20 años muy difíciles del país. El bicho por la moda me volvió a picar.

¿Qué le gustaría hacer desde el tema moda?
Lograr que los diseñadores colombianos, que existen hoy, vuelvan a tener una presencia importante en Colombiamoda. Si el país quiere ser un sector de clase mundial, tiene que mirar más al diseñador colombiano y creo que son el Gobierno e Inexmoda los llamados a buscar qué es lo que hay que hacer, y me gustaría mucho lograr revivir con los ajustes, observaciones y correcciones que haya que hacer, el proyecto de Identidad Colombia.

¿Qué es el proyecto Identidad Colombia?
Es un proyecto que nació hace algunos años de una llamada de Lina Moreno de Uribe, quien me dijo: “voy viajando por el país, estoy viendo muchas comunidades artesanales, estoy viendo un saber hacer en esas comunidades, alucinantes, ¿por qué no me ayudas a pensar en algo?”. Por otro lado, Cecilia Duque, la directora de Artesanías de Colombia en ese entonces, llevaba mucho tiempo diciéndome: “algún día moda y artesanías tienen que pensar en hacer algo juntas”. Se dio la ocasión y se hizo un proyecto que se llamó Identidad Colombia. Hay que revivirlo, porque creo que los países sólo se van a poder reconocer a partir de su propia identidad, eso es lo que nos va a diferenciar en el mundo.