El gran jardín tropical de Carolina Herrera
Revista FUCSIA, 16/10/2014
Una botánica de la elegancia, así es la colección primavera/verano 2015 de la diseñadora venezolana. La combinación en sus prendas de nuevos materiales tecnológicos, como el neopreno, ha sido su camino para crear románticos volúmenes.
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Carolina Herrera comenzó su carrera en Nueva York, casi por accidente, hace más de 30 años. Fue Diana Vreeland, editora de moda de Vogue y Harper’s Bazaar, quien la animó a coser su primera colección en 1981. Desde entonces, muchos han sido sus logros y su marca está presente en sofisticadas boutiques del mundo, bajo su sello personal. El día antes de dar comienzo a la Mercedes Benz Fashion Week, el FIT –Consejo del Fashion Institute of Tecnology– la galardonó con el premio de diseñadora del año.
La colección 5 que presentó esta creadora venezolana exhibía el aire chic y sofisticado de siempre. Para Carolina la elegancia es un todo: “No solo se trata de las prendas que lleva la mujer sino de su actitud, sus movimientos, sus pensamientos, sus gustos, su casa, de cómo se expresa ella todos los días…”.
Herrera mezcló esta vez sus clásicos piqués y sedas con la alta tecnología de lo que ella llama materiales de scuba diving como el neopreno, con el que le da un enorme volumen a las faldas. El blanco siempre ha sido su color, y lleva años diseñando su prenda estrella, la camisa blanca, que es indudablemente su pieza de mayor resistencia.
Vimos hojas tropicales gigantes y flores espectaculares, impresos macro sobre bellos materiales como el peau de soie, la organza y el tafetán, cortes de amplias faldas y profundos escotes. Su pasarela fue un gran jardín tropical y femenino bajo una primavera florida y sofisticada. Y la diseñadora permanece igual, con su blusa blanca y su falda negra, cuando hace la venia en el Lincoln Center, al cierre de una colección nueva, innovadora, fresca y femenina.
La colección 5 que presentó esta creadora venezolana exhibía el aire chic y sofisticado de siempre. Para Carolina la elegancia es un todo: “No solo se trata de las prendas que lleva la mujer sino de su actitud, sus movimientos, sus pensamientos, sus gustos, su casa, de cómo se expresa ella todos los días…”.
Herrera mezcló esta vez sus clásicos piqués y sedas con la alta tecnología de lo que ella llama materiales de scuba diving como el neopreno, con el que le da un enorme volumen a las faldas. El blanco siempre ha sido su color, y lleva años diseñando su prenda estrella, la camisa blanca, que es indudablemente su pieza de mayor resistencia.
Vimos hojas tropicales gigantes y flores espectaculares, impresos macro sobre bellos materiales como el peau de soie, la organza y el tafetán, cortes de amplias faldas y profundos escotes. Su pasarela fue un gran jardín tropical y femenino bajo una primavera florida y sofisticada. Y la diseñadora permanece igual, con su blusa blanca y su falda negra, cuando hace la venia en el Lincoln Center, al cierre de una colección nueva, innovadora, fresca y femenina.
