Manual para conquistar el mundo de la moda (parte 3)

Revista FUCSIA , 15/7/2015

Fucsia e Inexmoda se han unido para celebrar que cada vez más diseñadores nacionales logran que sus diseños se impongan en ciudades como México, Nueva York, Miami, Berlín y París.

Cortesía Pepa Pombo. - Foto:

Pepa Pombo
Pepa Pombo y Mónica Holguín


Personaje: Mónica Fonseca. Vestido: Pepa Pombo.


¿Cuál fue esa primera pulsión que la hizo pensar que podía trascender fronteras y salir de Colombia? 

El momento en que pisé México supe que mi producto era especial y tenía una identidad. Después siguió Europa, Estados Unidos y otros mercados como Arabia Saudita.

Una vez tuvo la idea de conquistar el mercado internacional, ¿qué fue lo primero que hizo?


Establecerme en México a finales de los años 70.

¿Cuál fue el obstáculo más complejo que tuvo que superar?

Irme sola a abrir un mercado tan grande como el mexicano y seguir vigente después de treinta años.

La convicción que no la dejó desfallecer.


Siempre he sido una mujer muy familiar. Trabajar con y por mi familia es lo más importante en mi vida.

¿Quiénes fueron sus aliados, sus verdaderos ayudantes?

Mi hermano, quien se convirtió en mi socio. Mi cuñada, quien hoy en día es gerente de producción. Mi equipo de trabajo, que lleva más de tres décadas conmigo. Hoy en día mis hijos y mis sobrinos decidieron unirse a la empresa para trascender, lo cual me llena de satisfacción.

¿Qué tienen sus diseños y sus creaciones que le hicieron pensar que contaba con un potencial en el mercado internacional?

El tejido de punto siempre fue mi pasión. Desde el principio creé una identidad muy fuerte que hoy en día la gente identifica —cuando conoce la marca— en cualquier lugar del mundo.

Una sorpresa que le haya dado el mercado internacional.

Todavía me sorprende que la gente reconozca mi trabajo fuera de mi país.

Un aprendizaje que le haya dejado.


Un aprendizaje importantísimo es que lo hecho a mano, hoy en día más que nunca, tiene un gran valor agregado. Seguiré desarrollando mi identidad sin perder mi esencia.

Una diferencia radical con respecto al mercado colombiano.

Todas las mujeres son diferentes y las tallas varían según el mercado. La diferencia más radical es que nuestro clima no tiene estaciones. Para salir a vender al mercado internacional tenemos que adaptarnos a las estaciones primavera-verano u otoño-invierno.

¿Tiene algún valor hoy en el competido mundo de la moda ser un diseñador colombiano?


En mi caso sí, creo que mi producto tiene un valor agregado por tener una identidad muy marcada. Invierto mucho tiempo y esfuerzo para crear mi propio camino.

El lugar en donde aún sueña vender sus piezas.

Todavía sueño con que me compre quien se enamora de mi trabajo.

Francesca Miranda


Personaje: Perrey Reeves. Vestido: Francesca Miranda.

¿Cuál fue esa primera pulsión que la hizo pensar que podía trascender fronteras y salir de Colombia?

Nunca he pensado en fronteras. Yo trabajo con las máximas expectativas. Sé y he experimentado que no es nada fácil estar expuesto globalmente, porque talento hay en todas partes. Es encontrar la manera de estar en el momento correcto, con las personas adecuadas y que tu producto sea competitivo y auténtico, que sea tuyo. Siempre doy lo mejor en lo que tenga que hacer y por eso creí firmemente que puedo trascender fronteras.

Una vez tuvo la idea de conquistar el mercado internacional, ¿qué fue lo primero que hizo?

Salí al mercado europeo y aterricé en París, en una feria de prêt-à-porter donde hice mis primeras conexiones con un showroom, Mosaique.

¿Cuál fue el obstáculo más complejo que tuvo que superar?

La gente, sorprendida, llegaba a mi estand y creían que la ropa era italiana. En esos momentos Colombia no estaba en su mejor época y nadie le ponía atención a un producto que viniera de Colombia. Hoy en día eso es otra historia. Ahora ser colombiano es un plus. Las dueñas del showroom en París creyeron en Francesca Miranda y decidieron representarme.

La convicción que no la dejó desfallecer.

Mi mentalidad y optimismo. Soy constante con lo que hago, y muy segura de mí misma. Creo que por esas cualidades nunca he desfallecido, aunque no es nada fácil.

¿Quiénes fueron sus aliados, sus verdaderos ayudantes?

Mi esposo. Y parte del equipo que todavía me acompaña.

¿Qué tienen sus diseños y sus creaciones que la hicieron pensar que contaba con un potencial en el mercado internacional?

Mis diseños son atemporales y no tienen fronteras. Una mujer los puede usar en Barranquilla, Colombia, como en Hong Kong, Europa, Estados Unidos. Esto me lo ha demostrado el tiempo. Hemos ido adquiriendo clientes en todo el mundo que quieren lucir mis diseños.

Una sorpresa que le haya dado el mercado internacional.

Una inmensa sorpresa fue el recibimiento que tuve de la prensa norteamericana al lanzar mi línea de novias en el 2011. Ese año las revistas más importantes del país se llenaron de editoriales de Francesca Miranda con mi primera colección.

Un aprendizaje que le haya dejado.

¡Que hay que seguir trabajando!

Una diferencia radical con respecto al mercado colombiano.

En Colombia parece mentira, pero más rápido que en todas partes, la mujer quiere estar “de moda” y siempre está pendiente de lo que pasa en este mundo.

¿Tiene algún valor hoy en el competido mundo de la moda ser un diseñador colombiano?

Sí, hoy en día. Pienso que Colombia es un país nuevo en el mundo de la moda, y por esto y muchas razones tienen los ojos puestos en el país. Hay mucho talento.

El lugar en donde aún sueña vender sus piezas.

Lane Crawford en Hong Kong.

Juan
Gustavo Lozano y Viviana Lozano



¿Cuál fue esa primera pulsión que los hizo pensar que podían trascender fronteras y salir de Colombia?

Siempre tuvimos interés de ver a JUAN en otros mercados y de poder presentar colecciones en capitales del mundo donde la moda tiene un papel de mucho valor. Cuando empezamos a ver que clientes en Suiza, Japón y Nueva Zelanda veían con gran interés a JUAN e hicimos las primeras exportaciones decidimos que la marca tenía que expandirse.

Una vez tuvieron la idea de conquistar el mercado internacional, ¿qué fue lo primero que hicieron?

Indagar en cuáles mercados internacionales veíamos nuestra marca. Seleccionar el primer destino en donde queríamos tocar puertas, París, y presentarnos con una colección en Who’s Next.

¿Cuál fue el obstáculo más complejo que tuvieron que superar?

El proceso en general de exportación es complejo, cada vez es un reto que llegue una colección a su destino final. Pero día a día es más fácil, y es muy satisfactorio ver cuando la colección llega a otras manos que la esperan con ansiedad y emoción.

La convicción que no los dejó desfallecer.

La idea de ver gente caminando en otras ciudades vestidas de JUAN, cuando vemos una editorial en Reino Unido y cuando diseñamos una colección soñando en que pronto viaje a una nueva ciudad.

¿Quiénes fueron sus aliados, sus verdaderos ayudantes?

Proexport, nuestra familia y un equipo de trabajo han sido nuestros amigos y aliados en este viaje de JUAN hacia el mundo.

¿Qué tienen sus diseños y sus creaciones que les hicieron pensar que contaban con un potencial en el mercado internacional?

Las colecciones traducen nuestra visión del mundo, definido desde una estética clásica, y transgrediendo equilibradamente la imagen del hombre contemporáneo. Reinventar el sello JUAN cada colección sin perder la esencia ha sido clave para competir en otros mercados.

Una sorpresa que les haya dado el mercado internacional.

La eficacia y facilidad del transporte local en Europa, y los beneficios para las ventas online.

Un aprendizaje que les haya dejado.

Empezar a construir un proyecto a la vez e ir dándole forma hasta tener un caso de éxito en ascenso.

Una diferencia radical con respecto al mercado colombiano.

La reacción del público hacia la creatividad y las ideas. El consumidor en otros países, como Francia, acepta increíblemente las colecciones de JUAN y nos motiva a ser libres y a crear.

¿Tiene algún valor hoy, en el competido mundo de la moda, ser un diseñador colombiano?

Sí, es valorado el diseño, la manufactura, los procesos artesanales y los acabados en nuestras prendas. Y el factor Colombia tiene un papel importante, que aunque acá no es tan valorado por el consumidor, otros países sí lo resaltan y es parte importante para el consumidor cuando selecciona qué comprar.

El lugar en donde aún sueña vender sus piezas.

Helsinki y Copenhague. Aunque nos interesa también el mercado brasileño y mexicano.