El imperio de las bailarinas

¿Lucir elegante con zapatos planos? Puede sonar a ilusión para muchas, sin embargo, existe una marca colombiana que, leyendo una de las más importantes y revolucionarias tendencias globales en moda, convirtió esta premisa en su impronta y se dio a la tarea de ponerles elegancia a los atuendos de las mujeres valiéndose de unos zapatos sin tacón.

Se conocen como bailarinas porque están inspiradas, precisamente, en las baletas que usan quienes practican ballet. Y se volvieron célebres cuando la actriz francesa Brigitte Bardot, ansiosa por encontrar unos zapatos que se adaptaran a la vez a su faceta de bailarina, y a la de la actriz que tenia que caminar por la ciudad, mandó a hacer unos zapatos en cuero que cumplieran dos requisitos: comodidad y feminidad.

Esta misma búsqueda inspiró a una familia caleña a crear su empresa. Cuatro hermanas con seis hijas, todas llamadas María, se unieron hace más de una década para abrir una marca de bailarinas que hace cinco años se renovó y se convirtió en Seis Marías.

La marca no solo fabrica zapatos en cuero colombiano, también ofrece carteras, sobres y joyería, todo manejado bajo tres líneas de confección: Esencia, que reúne todos los accesorios que se pueden llevar en un día de semana, y alude a los elementos básicos que toda mujer debe tener en su armario; Selecta, que presenta aquellas piezas exclusivas que llevan un detalle que las hace más atractivas que cualquier otra, ideales para aquellos días donde la mujer quiere sobresalir. Y la última línea es Etnia, que conjuga piezas que mezclan las artesanías colombianas con el diseño contemporáneo. Accesorios donde priman las fusiones entre tejidos, pedrería y piezas que recuerdan el valor de lo artesanal.

María Andrea Arcila es la gerente, una de las Seis Marías y quien se ha encargado de liderar este proceso de transformación de la marca. Tiene muy claro el efecto que generan las bailarinas en sus clientes: “Este es un zapato que se adapta a mujeres de todas las edades, porque ofrece comodidad, seguridad y belleza para la vida diaria. No hay que tachar a las bailarinas de informales, porque no lo son en todos los casos. En realidad, depende de la pinta con la que se combine”, explica María Andrea, quien está convencida de que las bailarinas son las compañeras ideales de mujeres, que por ejemplo, habitan Bogotá y deben recorrer grandes distancias caminando y quieren lucir formales con un zapato que nos les incomode.

 “Muchas, incluso, las llevan en el bolso, pues las necesitan para cambiarse en algún momento del día donde los tacones ya no son necesarios o resultan insoportables. Así, cada mujer termina la historia de esos zapatos que diseñamos en el taller, y que solo están completos cuando encuentran a una mujer que los haga suyos”.