Harry ya tiene princesa

Fucsia.co, 15/4/2014

El hijo menor del príncipe Carlos y Lady Di encontró su alma gemela. Se trata de Cressida Bonas, una joven rebelde, de origen aristocrático y con pinta de modelo. ¿Estarán listos para sentar cabeza?

Foto: A.F.P. - Foto:

No estoy desesperado buscando a alguien que cumpla con el papel de esposa”, expresó hace dos años el príncipe Harry cuando le preguntaron en una entrevista si ya tenía algún prospecto de princesa. “Lo cierto es que es difícil encontrar a una mujer que esté dispuesta a asumir ese rol”. En septiembre el hijo menor de Carlos y Diana cumple 30 años y al parecer ahora sí estaría algo urgido, pues a esa edad su hermano William, duque de Cambridge, ya se había casado con Kate Middleton. Además, al poco tiempo de haber pronunciado aquellas escépticas palabras habría aparecido “la indicada”: Cressida Bonas.

El “niño malo” de la realeza británica, como se conoce a Harry por su comportamiento que en ocasiones desentona con la dignidad de la institución, estaría listo para dar el gran paso. A finales del año pasado llegó a especularse que la jovencita de 25 años iba a pasar la Navidad con su futura familia política y pese a que no fue así, los rumores de campanas de boda empezaron a repiquetear con más fuerza en días pasados cuando los novios asistieron por primera vez a un acto oficial, un evento de caridad en el que el príncipe dio un discurso frente a 12.000 estudiantes. También se dejaron ver muy románticos en un juego de rugby. Señales suficientes para que las apuestas en el Reino Unido frente al anuncio de un compromiso en 2014 vayan 8/13.

Sin embargo, varios medios se encargaron de aguar la fiesta al recoger los comentarios de supuestos allegados a la pareja, según los cuales ella no tiene ninguna prisa. El sí estaría de cacería, pero su amada no sería una presa tan fácil. Aunque Cressida tiene libre acceso al palacio de Kensington, donde vive Harry, y no le ve problema a pasar la noche allí, acaba de adquirir su propio apartamento en Londres. No obstante, la esperanza es lo último que se pierde: los monárquicos han vaticinado que en verano será invitada formalmente al castillo de Balmoral, residencia estival de la reina Isabel. Y en la espera del beneplácito de su majestad, ya habría recibido el de los súbditos británicos, quienes consideran interesante su mezcla de mujer desenfadada con un inconfundible toque de clase.

Cressida Bonas pasó su época escolar en un prestigioso internado cuyo costo es de 50.000 dólares anuales, y en su año sabático hizo alarde de un espíritu independiente cuando fue mesera en un bar en Australia. Su hoja de vida también incluye un trabajo como instructora de esquí. Estudió danza e interpretó a la Desdémona de Otello en un festival teatral. Soñaba con ser actriz cuando el soltero más cotizado del Reino Unido se cruzó en su camino. Eugenia de York, prima del príncipe y una de las mejores amigas de la socialité, hizo las veces de cupido. La primera cita que se reporta entre ellos tuvo lugar en el estreno de la tercera película de Batman, de Christopher Nolan.



Ambos se mantuvieron en permanente contacto durante los meses de servicio de Harry como piloto de la Fuerza Aérea de su país en Afganistán. Si bien Cressida fue su apoyo en esa difícil misión, dicen que lo trató con mano dura cuando salió a la luz el escándalo de una juerga en Las Vegas, en la que jugó póquer desnudo en compañía femenina. Pero al parecer, pese a ser muy disciplinada, a ella le sobra rabo de paja. En su lista de placeres está el ron, y de las redes sociales supuestamente fueron borradas fotos suyas borracha, disfrazada de diabla, con un sexi bikini de látex, haciéndoles masajes a hombres con el torso desnudo, jugando con los artículos de una tienda erótica y hasta besando a niñas. Nada que no se le perdone por su juventud.

Lo cierto es que “Harry, el sucio”, como suelen llamarlo los tabloides, habría encontrado la horma de su zapato. Después de todo, él es solo el cuarto en la línea de sucesión al trono (detrás de su papá, su hermano y su sobrino) y sus bochornosos incidentes con el tiempo no pasan de ser simpáticos. “En la monarquía, los hermanos menores pueden permitirse ser más divertidos. Ese fue el caso de la princesa Margarita que disfrutó de muchos viajes y llevó un estilo de vida más artístico que Isabel II”, explicó a FUCSIA la historiadora Elisabeth Cawthon. En eso coincide Chris Hutchins, autor de la biografía Harry, The People’s Prince: “William es más restringido porque está destinado a ser rey. En cambio su hermano persuadió a su papá de llamar a la reina ‘mami’ en su discurso con motivo del jubileo, y convenció a esta de ser parte de la cortometraje de James Bond que abrió los juegos olímpicos de Londres”.

El estilo bohemio de Cressida tampoco es convencional, y es quizá lo que más le ha sumado puntos: pelo suelto, al natural o apenas recogido con una moña que, de estar out en los cánones de la moda, pasó a ser cool gracias a su influencia. Los clientes que visitan la peluquería a la que ella va, han revelado que imitar su look descuidado les cuesta más de 400 dólares. Para los eventos elegantes no teme adornar su cabeza con coronas de flores. Hasta usando un overol de jean desgastado y tenis se le nota su rancio abolengo. En esta materia, las críticas negativas se han dirigido a Kate Middleton.

Las odiosas comparaciones son inevitables y la sobriedad con que se viste esta última ha sido calificada de aburrida, y su perfección tipo porcelana, de postiza. Hay quienes opinan que el matrimonio no le sentó, porque no siempre lució así: de hecho, conquistó a William en un fashion show desfilando en ropa interior. Lo perdió temporalmente porque él habría puesto sus ojos justamente en la medio hermana de Cressida, la actriz Isabella Anstruther-Gough-Calthorpe (quien prefirió casarse con el hijo del magnate Richard Branson). Para recuperar al heredero, cuentan que la mamá y la hermana de la hoy duquesa la ayudaron a orquestar un plan que incluyó dejarse ver de rumba con nuevos amigos.

Pero a diferencia de la desesperada Kate, a Cressida no tendría por qué trasnocharla convertirse en parte de la familia real, pues hasta está emparentada con Winston Churchill. Su mamá es Lady Mary-Gaye Curzon, una it girl de los años sesenta de origen aristocrático, hija de un conde apadrinado por el rey Edward VII. La novia de Harry heredó la rebeldía de su progenitora, quien en sus años mozos posó con el pecho tan solo cubierto de aceite, inspiró el nombre de un coctel y se ha casado y divorciado cuatro veces. Dentro de su colección de hombres nobles y adinerados, el padre de Cressida, el empresario Jeffrey Bonas, fue su tercer marido. Su cuarto esposo se habría suicidado recientemente con una sobredosis de medicamentos y lógicamente este hecho fue noticia, como todo lo que se relaciona con la aspirante a princesa.

“Los miembros de la realeza caminan sobre la delgada línea que hay entre mantener el honor de la institución y capitalizar la juventud glamurosa de sus nuevos miembros sin convertirse en protagonistas de un reality show”, comentó a esta revista Marilyn Braun, quien escribe un blog sobre la monarquía. “¿Podrá Cressida domar a Harry? ¿Podrá Harry hacer que el espíritu libre de Cressida se asiente? Si se casan ella terminará cambiando, igual que Kate”. Por lo pronto, la joven ya ha dado muestras de asumir su relación con seriedad: reemplazó su carrera de bailarina por un empleo en marketing, al igual que el príncipe sustituyó su helicóptero por una oficina en tierra firme. Aun así, con sus antecedentes es fácil anticipar que si se casan protagonizarán el mayor parrandón real.