La nueva heroína sexual de 50 sombras de Grey

Revista FUCSIA, 18/9/2014

Pese a los reparos de los fans de 50 sombras de Grey, Dakota Johnson es Anastasia Steele, protagonista de la adaptación fílmica de la exitosa novela erótica… un papel que podría significar su estrellato o su condena.

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Las más de 100 millones de copias vendidas de la saga 50 sombras de Grey indican que por lo menos ese número de personas ha sentido atracción por leer la novela erótica más popular de los últimos tiempos. Y así como no pudieron resistir la tentación de husmear en sus páginas para no quedarse por fuera de la conversación en torno a un tema del que todo el mundo hablaba, quizá les suceda lo mismo con la adaptación cinematográfica de la obra.

Sin embargo, aunque la película solamente llegará a los teatros en febrero de 2015, para celebrar de una manera picante el día de San Valentín, ya dos famosos se anticiparon a anunciar públicamente que no tienen deseos de verla. Se trata de Melanie Griffith y Don Johnson, y la razón es que su hija Dakota, de 24 años, interpreta a Anastasia Steele, la virginal estudiante de literatura que se convierte en una especie de esclava sexual del apuesto magnate Christian Grey. Al parecer, los veteranos actores no están dispuestos a presenciar las andanzas de su pequeña en el famoso cuarto rojo, ni las cadenas, ni las vendas, ni nada que la relacione con técnicas sexuales de dominación y sumisión.

A pesar de su negativa, el recordado galán de los años ochenta, protagonista de Miami Vice, dejó claro que su niña es toda una profesional: “No sé si es embarazoso o no… este es un negocio familiar, nosotros interpretamos. Es difícil para la gente separar al personaje del actor, pero no para mí”, le comentó a Seven Magazine. Por su parte Melanie, su exesposa, solo se atrevió a asistir en algunas oportunidades al rodaje, pero aparentemente la joven le prohibió ir más allá de eso. Dakota se burla diciendo que si ellos hicieran una película sexy tampoco querría presenciarlo. Aún así, declaró a la revista Elle lo relajada que está: “No tengo ningún problema en hacer lo que sea. El secreto es que no sufro de vergüenza… Las mujeres deberíamos perseguir la clase de relación que queramos y que nos haga felices, y si eso incluye sadomasoquismo, me parece genial”. Y describió las escenas subidas de tono como una coreografía mecánica exenta de cualquier “situación romántica” entre ella y su coprotagonista, Jamie Dornan. De todas maneras ha advertido que cuando leyó el best seller, no fue el sexo lo que más la sedujo sino la manera emocional como Anastasia y Christian se transforman mutuamente. “Creo que hay una parte en cada una de nosotras que nos hace desear ser las únicas capaces de cambiar a un hombre”.

Pero sus padres no serían los únicos que han fruncido el ceño frente a su elección. Al menos ellos han expresado sentirse orgullosos, porque en cuanto se dio a conocer el elenco de la cinta hubo más rechiflas que aplausos: la actriz fue tildada de “sosa”, “sin méritos”; hasta gorda le dijeron, y la acusaron de aprovecharse de sus célebres apellidos para construir una carrera. Más de 50.000 personas apoyaron una petición para que ella y Charlie Hunnan, quien inicialmente fue escogido para el papel de Grey, quedaran por fuera del reparto. Los deseos se hicieron realidad en cuanto al rol masculino, pero ella se mantuvo firme. La propia Melanie no pudo resistir su instinto de mamá sobreprotectora y llamó “perras” en Twitter a algunas de las que protestaron contra su hija, tal vez en un arranque de celos de que sea otra la que cumpla las fantasías con las que millones han soñado. Lo cierto es que Dakota ya había seducido al equipo de la producción al representar un ardiente y explícito monólogo de Ingmar Bergman durante el casting, con gran “honestidad sexual”.

“Cualquier actriz saltaría tras este personaje. La publicidad del filme ya empezó, así que hay gran expectativa, y la exposición que recibirá será fenomenal. Obligatoriamente la cinta generará críticas, pero ella podrá emerger con credibilidad y garantizarse nuevas oportunidades”, opinó para FUCSIA Ellis Cashmore, autor del libro Celebrity Culture. “Pese a esto, los roles icónicos pueden ser una maldición. Está el caso de George Reeves, en la década del sesenta, quien fue Superman en la televisión. Aunque era popular, los directores no le ofrecían otros papeles porque pensaban que las audiencias no conseguirían evitar la asociación. Luego de que la serie se canceló, quedó sin trabajo y se suicidó”. En síntesis, protagonizar la película más ardiente de la década podría ser un arma de doble filo.

Hasta hace poco Dakota había disfrutado de cierto anonimato. Su relativa discreción radica en que forma parte de la tercera generación de una dinastía de actores y de niña padeció el acoso de los paparazzi debido a su origen. Su abuela materna era Tippi Hedren, la musa atormentada de Alfred Hitchcock, quien asegura haber sido víctima de la obsesión del director durante la realización de Los pájaros. Por eso el primer consejo que le dio a su nieta fue que tuviera cuidado con los cineastas “locos”. En cuanto a Melanie y Don, se casaron y se divorciaron dos veces. La joven actriz es producto del segundo intento. Luego de que su mamá se convirtiera en la esposa de Antonio Banderas, introdujo a la pequeña de 10 años en el mundo del espectáculo con la comedia dirigida por el actor español Locos en Alabama. Debido a los compromisos laborales de su familia, Dakota estudió en casa y en un internado durante un largo periodo.

Ella ha hecho frente a los rumores de que estuvo en una clínica de rehabilitación por abuso de sustancias, aclarando que en realidad eran sus papás los que tenían sonados problemas con el alcohol: “Tuve que lidiar con cosas de adulto a muy temprana edad”, reveló. Por eso necesitó ayuda terapéutica. Don Johnson rechazó en un principio las aspiraciones artísticas de su hija, que se había estrenado como modelo: “Me dijo que no iría a la universidad y yo le respondí: ‘Nunca has tomado clases de actuación, entonces, ¿cómo va a funcionar?’. Dos meses después estaba en Red social y tuvo su propia serie de televisión. Es muy buena, mejor que yo”. Se refiere a una breve aparición de la actriz en la cinta sobre Facebook y al show de Fox Ben and Kate, que fue cancelado. También quiso ser parte de la exitosa comedia Girls, pero entonces no hubo lugar para ella. Probablemente algunos productores se arrepientan, pues desperdiciaron la oportunidad de quedarse con “la nueva Meg Ryan”, con quien ya la han comparado por su sentido del humor. “Cuando tenía 15, 16, 17, era muy sensible. No me entendía, estaba tan feliz como enojada y triste. Fue cuando me di cuenta de mi necesidad de contar historias, y de hacer llorar, enfurecerse y reír a la gente”, manifestó alguna vez. “Es lo único que de verdad sé hacer”.

Desde su publicación en 2011, 50 sombras de Grey desencadenó una revolución cultural: no solo es la novela británica que disparó la venta de juguetes sexuales en el mundo entero y la tasa de natalidad en algunas regiones del Reino Unido; también es la responsable de que los bomberos tuvieran que intervenir en unos ochenta casos de personas esposadas, y de que surgieran noticias como la de una mujer que pidió el divorcio porque su marido no la satisfacía como Grey. También hizo más aceptable la literatura erótica y enfureció a las feministas. Y a todo esto se suma que el nombre “Anastasia” se ubicó en la lista de los más populares. Ahora el reto de Dakota Johnson es demostrar que está a la altura de este fenómeno.