La dueña del paisaje

Fucsia.co, 15/4/2014

La artista colombiana Daniela Mejía concluyó su exposición 'Ires y venires' en la galería Beatriz Esguerra Art, en la que incorpora la figura humana al paisaje para volverla su foco de atención y enfatizar en que ninguno de estos elementos puede existir sin el otro.

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Su última exposición trata sobre la presencia del ser humano dentro del paisaje. ¿Es posible que este exista sin que haya un observador?

Definitivamente no. La palabra “paisaje” requiere un observador, el término evoca una respuesta emotiva de un observador.

¿Qué la deleita de los paisajes colombianos?

Su variedad y exuberancia, la conexión emotiva y la sensación de pertenencia.

¿Por qué decidió explorar la figura humana?


Observo mucho a las personas, sus facciones, sus rasgos; me parecen fascinantes. Y empecé a ver que cuando una persona invadía algún paisaje de los que yo estaba estudiando, este perdía interés y me enfocaba más en aquella figura humana que lo habitaba en ese momento. Por más pequeña que fuera la persona en medio de un enorme paisaje, ella era la que atraía más mi atención.

¿Qué le gusta del mar?

Todo, sus colores, el cambio constante, los estados emotivos que genera.

Un sitio donde le gustaría exponer su obra.

En cualquier lugar donde haya un observador interesado.

¿Qué representa la noción del tiempo dentro de la obra?

El tiempo y el agua se entrelazan en mi obra; el agua, sus reflejos, su movimiento, su fuerza, son una imagen de la vida.

¿Le inquieta la reinvención como artista?


No realmente. Pinto lo que de verdad quiero pintar, no pienso en nada más. Mi inspiración son las ganas. Lo demás sobra, me nubla y me daña el resultado final.

La enseñanza más grande de estos años de carrera.

Cada vez que pinto aprendo algo nuevo. Cada cuadro es una enseñanza.

¿Se considera una mujer de “ires y venires”?

La vida es eso. No ejercemos tanto control sobre nosotros mismos a la hora de la verdad. Somos como olas en el mar.

¿De cuáles otras disciplinas se nutre?


Todo me produce mucha curiosidad. Me encantan la música, la neurología, la literatura.

Una constante inspiración.

El agua, las personas.

¿Qué sigue después de la muestra Ires y venires?


Pintar y pintar.