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Dime dónde duermes

, 10/5/2011

Una de las razones del insomnio y de la falta de reposo es el mal estado del colchón en el que se duerme. Conozca algunos secretos para saber si es hora de cambiarlo, cómo y cuál debe comprar, entre muchas otras cosas.

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Un humano duerme, en promedio, cerca de ocho horas diarias. Si traducimos esto a una vida entera, las estadísticas arrojan una cifra escalofriante: pasamos un poco más de 20 años de nuestra vida dormidos. Visto de esta manera, cobra sentido el énfasis que hacen los médicos ortopedistas y los quiroprácticos en la importancia de que el colchón sea el más adecuado para cada uno.

Las directivas de Spring, una de las marcas más reconocidas del mercado, hacen las siguientes recomendaciones para poder alcanzar un sueño profundo y obtener el descanso adecuado.

1- Identifica si  tienes un problema de descanso. Si presentas falta de sueño luego de duras jornadas laborales, fuertes impactos emocionales o la ingesta de una comida demasiado pesada, enfrenta esas situaciones y las molestias cederán.
2- Si los problemas persisten por más de dos semanas y luego de haber resuelto las situaciones que te preocupaban, se puede determinar que  estás padeciendo de insomnio.
3- Verifica si tu falta de sueño se deriva de otra enfermedad que  padeces o de alguna medicina que estás consumiendo, en cualquiera de los dos casos verifica con tu médico, para identificar una solución.
4- Luego de la etapa de identificación, revisa la siguiente información y podría decirse que si la tienes en cuenta tu sueño está casi asegurado. Empieza por revisar tu habitación, verifica que tengas una buena ventilación y flujo de aire, de la misma forma revisa tu cama y ten en cuenta las recomendaciones para el mantenimiento de tu colchón, si encuentras alguna de las siguientes señales toma medidas para superarlas. 

- No se levanta descansado.
- Tu colchón fue cedido  por otra persona. 
- La tela presenta manchas o rasgaduras.
- Tu colchón tiene protuberancias y hendiduras o se siente demasiado suave o cedido.
- Si tu colchón tiene más de cinco años podría tener ácaros.
- Tú y tu pareja no tienen espacio suficiente en el colchón.
- Estás sufriendo de dolores de espalda frecuentes.

Por qué se debe cambiar el colchón
Los médicos y expertos aducen muchas de estas razones para cambiar de colchón cada cinco años.
Los ácaros son una de ellas. Estos son organismos invisibles al ojo humano, que conviven contigo todo el tiempo, los puedes encontrar en muebles, tapetes, cortinas y hasta en la piel. Ellos cumplen su función de alimentarse diariamente con las células muertas que se desprenden del cuerpo, su proliferación puede llegar a ser nociva para la salud, ocasionándote enfermedades alérgicas. Un exceso de ácaros puede producir desde una simple comezón, hasta una seria afectación de su sistema inmunológico, creando infecciones en la piel y produciendo alergias respiratorias y asma. La humedad, el polvo, el calor y los hongos son factores que crean un ambiente favorable para la proliferación de estos seres invisibles, un colchón con cuatro o cinco años de uso puede albergar hasta dos millones de ácaros o más.

La empresa belga Clama, la mayor fabricante de telas para colchones del mundo, presentó hace algunos años los resultados de una investigación hecha con almohadas, las cuales fueron usadas por tres años, al término de los cuales había aumentado su peso en diez por ciento. Y asómbratee: este peso adicional esta constituido por ácaros, excrementos de ácaros, polvo y partes de pequeños insectos. ¿Ya pensaste? Ahora imagina, si esto se encontró en una almohada, ¡como será en un colchón!

Los colchones Spring tienen un tratamiento llamado AD que es antiácaros, antibacterias y antihongos. Adicionalmente, poseen un tratamiento con teflón para prevenir las manchas, repeler los líquidos, el aceite y el polvo. Del mismo modo, y gracias a las telas y a un sistema de fuelle, los colchones Spring son libres de ácaros. Sin embargo, es mejor que tengas la costumbre de reemplazar tu colchón cada cinco años.

Consejos para alargar la vida útil
Aunque aparentemente los colchones parece que nunca se ensucian, su mantenimiento y su limpieza son puntos importantes para tener muy cuenta, ya que se trata de piezas que están en contacto directo con nuestro cuerpo.
 
Hay que poner en práctica una serie de pasos básicos para lograr que se mantengan como el primer día: 
-  Girarlo y rotarlo con frecuencia, como indica la garantía, para evitar la deformación del colchón. 
-  Revisar regularmente el estado de la base sobre la que está colocado el colchón, ya sea una cama o un sommier. Recuerde que el colchón debe colocarse sobre una superficie uniforme, no dejar vacíos que causen su deformidad.
- Verificar que no haya elementos punzantes que puedan dañar el tapizado.
- No doblarlo, puede dañar la unidad resortada.
- Cubrirlo con un protector antes de colocarle las sábanas. Esto evitará que el colchón absorba la transpiración del cuerpo. Además, existen protectores lavables.
- Usar en lo posible sábanas de algodón.
- No permitir que se humedezca o repose en superficies húmedas. 
-  Mantenerlo siempre seco y limpio. Lo más recomendable es airearlo con cierta frecuencia y, también es conveniente realizar su limpieza aspirándolo periódicamente, como mínimo una vez al mes, para retirar y eliminar los restos de ácaros y de polvo.
- Si hay niños en la casa, no permitir que coman en la cama y mucho menos que la usen para saltar. Las mascotas no se llevan bien con la vida útil de los colchones.

Cómo elegir un buen colchón
Si tus cálculos indican que ya es hora de visitar la distribuidora de colchones más cercana, estas son las indicaciones básicas que debes tener en cuenta para comprar el mejor. Recuerda que es dónde vas a dormir durante los próximos años.

Una de la primeras cosas en las que se debe reparar es en el material, la firmeza, el grosor y la homogeneidad de su forma. Estudios recientes demostraron que los colchones tipo tabla que se pensaba que eran buenos para la espalda, pueden afectar otras partes del cuerpo. Se recomienda que el colchón se adapte a las curvas naturales. Hay decenas de opciones de donde se puede elegir. Algunas de ellas son:

De resortes. Este tipo de colchones son conocidos por tener una larga vida y por ofrecer varios grados de firmeza que depende de sus resortes. Además de ser más ecológicos. los recomiendan para gente que suda mucho porque sus telas tienen buena respiración y no presentan problemas de humedad.

Ahora, no todo es positivo. Una de las principales razones por las que no se recomiendan es que no tiene compresión y los resortes, con el tiempo, se hunden en el centro, lo que generará posturas incorrectas.

De espuma. Es un material líquido que se mezcla con aire comprimido para dar un bloque uniforme a la que también se le llama ‘gomaespuma’. Los más populares están hechos de poliuretano, pero se consiguen de diferentes calidades y de menor costo. Una de las ventajas de este tipo de colchón es que se puede cortar para ajustarse a cualquier clase de medidas. Por otra parte, la firmeza se pierde más rápido que en el de resortes.

De látex. Al hablar de colchones de látex se puede elegir entre los que son naturales y los sintéticos. Los dos tienen ventajas. Los primeros son más elásticos y los segundos ofrecen mayor dureza. Se recomiendan porque ayudan a la circulación, repelen el polvo y la suciedad (hipoalergénicos), pero se debe saber que no eliminan del todo el sudor como los de resortes.

Las cifras
En términos generales, un buen colchón debe tener mínimo 15 centímetros de grosor y debe ser por lo menos 10 centímetros más largo que la persona que lo va a utilizar. Así mismo, debe tener 85 centímetros de ancho si es una cama sencilla, y 135 centímetros si se trata de una doble.