Una joyera con alma de acero

Revista FUCSIA, 20/2/2014

Vive en la China hace seis años y desde allá creó una peculiar marca de accesorios que hace alarde de las bondades del acero inoxidable. Esta es la historia de una creadora de accesorios que persiguió hasta el fin del mundo su obsesión por este material.

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Hay quienes diseñan y luego buscan los materiales soñados. Otros, en cambio, sueñan con los materiales y luego se inspiran para diseñar.

Es el caso de Sofía Llanos, quien en sus indagaciones como diseñadora de modas, se topó con las posibilidades que le ofrecía el acero inoxidable, un material que le garantizaba la posibilidad de crear objetos de diseño con altos estándares de calidad y larga duración, a precios asequibles. “Me di cuenta de que al trabajar con este metal podía garantizar piezas de alta calidad, adaptables a cualquier mujer, por ser antialérgicas y resistentes a la oxidación”, explica.

En su empeño por convertirse en una creadora de accesorios halló la forma de resaltar cualidades de esta aleación como su brillo, peso natural y contornos geométricos. Hace seis años partió a China en pos del amor. Cuando aún era estudiante de la Universidad Arturo Tejada, su novio la invitó a probar las bondades del país asiático. Sin pensarlo dos veces, accediendo a un trabajo extra y con el apoyo de sus padres, frenó sus estudios momentáneamente y compró un tiquete a Pekín, donde solo estaría en principio seis meses tomando clases de mandarín.

Pero las 24 semanas inicialmente planeadas se convirtieron en dos años y medio de un aprendizaje de vida durante el que realizó un rastreo juicioso de fábricas especializadas en ese material que tanto la obsesionaba. Luego volvió a Colombia para terminar su carrera como diseñadora pero, tan pronto como pudo, regresó al país que le abriría las puertas a lo que hoy es el gran triunfo de su vida. “Lo que me enamora de la joyería es la posibilidad de transformar un atuendo básico agregando tan solo un accesorio, lo que lleva el look a otro nivel”.

Por eso, desde China, se propuso crear una línea de joyería atemporal dedicada a la mujer moderna, sin límite de edad, que no le tiene miedo a destacarse. Los anillos fueron y seguirán siendo sus accesorios favoritos. Uno de estos fue la primera pieza contramarcada con el sello Sofía Llanos Accesorios, y el Romaiki, macizo y de forma irregular, es su más reciente y apetecida obra.

Sin embargo, su catálogo también ostenta otros accesorios básicos, algunos bañados con un toque de glamour minimalista dado por el juego de colores, texturas y cortes geométricos que son la constante en sus diseños. Collares de volúmenes pesados con entramados diagonales en diferentes tonos de dorados le otorgan a quien los lleva un look casual y la notoriedad y elegancia pretendidas.

Los clásicos brazaletes anchos y lisos vuelven a imponerse de la mano de esta diseñadora, al igual que las pulseras cuadradas en tonos plata y bronce. Otras, inspiradas en las correas de los relojes, son elaboradas en colores como el rosa metálico, y las semicirculares están rematadas con taches, puntos y formas triangulares. Básica, minimalista, geométrica y multifacética. Así es la propuesta de esta diseñadora que ha logrado una sinergia de creación y producción en las que se complementan los dos continentes en los que ha vivido.

Desde el minitaller de su casa de Pekín, Sofía diseña las piezas que luego lleva a fábricas especializadas en el tratamiento del acero inoxidable, donde se empiezan y finalizan los accesorios que ella misma ensambla. De hecho, la ventaja de saltarse los intermediarios y controlar directamente el proceso de producción y mano de obra le permite mantener precios finales módicos. “Aunque una de las grandes barreras de trabajar con esas factorías es el idioma, he logrado entenderme con ellos y puedo decir que son muy profesionales en lo que hacen. Eso me permite jugar y tomar riesgos en el diseño con la tranquilidad de que no habrá errores en la ejecución”.

Vivir en China le ha facilitado tener una producción más eficiente, a la vez que una visión internacional de sus productos y de las mujeres a las que quiere llegar. Sus hermanas, tan viajeras como ella, han sido otro eslabón importante en esta cadena, pues gracias a ellas ha podido evaluar diferentes mercados. Soraya Grisales, quien vive en Suecia, es la representante oficial de la marca en Europa, y Laura Llanos, su otra hermana, residente en Estados Unidos, se encarga de llevar los productos allí.

La balanza multicultural de las usuarias de sus accesorios leha permitido conocer el gusto y las preferencias de las mujeres en diferentes regiones del mundo, una información valiosa para cualquiera que busque internacionalizar su propia marca. “Las latinas aman el dorado, mientras que las nórdicas lo detestan y prefieren el plateado. En China la cosa es más complicada porque la mayoría de las mujeres ni siquiera tienen las orejas  perforadas, utilizan accesorios muy pequeños y no están acostumbradas a poners joyas; pero esta tradición representa también un potencial porque cada vez adquieren mayor poder adquisitivo, compran más y poco a poco se van abriendo a las tendencias”, sentencia esta creadora que a los 26 años y a tan solo dos de haber puesto en marcha su marca, cuenta con su propia tienda online y presencia en Suecia, París, China, Estados Unidos y, desde luego, su natal Colombia.