El hombre que desafió la incomodidad de los tacones

Revista FUCSIA, 13/3/2014

Una perfecta sinergia entre exquisita factura, sofisticación, sensualidad y comodidad es el secreto detrás del éxito de Aquazzura, la marca del colombiano Edgardo Osorio, que ha conquistado el mundo de la moda y los pies de las 'Fashion Insiders'.

A sus 28 años el colombiano viste los pies de figuras como Claudia Schiffer y Emma Watson. - Foto:

Con sus creaciones ha desafiado la premisa que alguna vez legitimó como única el mismísimo Christian Louboutin, al asegurar que “lo cómodo riñe con lo sexi”. Por décadas, todas las mujeres dieron por sentado que unos zapatos sensuales no podían brindar ni una gota de comodidad, pero la historia puede cambiar con las creaciones de Edgardo Osorio, el diseñador de sangre colombiana nacido en Barranquilla que ha hecho de sus propuestas una declaración.  

Cuando este joven se sentó a pensar en el sello diferencial que tendrían sus creaciones, se autoimpuso una misión que retaba la visión de Louboutin; cada uno de sus diseños debería ser sexi y moderno pero, sobre todo, cómodo. “Los zapatos denotan el mood de una mujer, son piezas totalmente emocionales para ellas. Sin importar tu contextura, los zapatos siempre te quedarán bien y te harán feliz, porque cuando te los pones tu cuerpo se transforma automáticamente, desde la forma en que te paras, hasta cómo caminas y se ven tus piernas. La verdad es que si estás en una fiesta con unos tacones divinos pero te sientes molesta por ello, y te incomodan, te pones de mal humor y te vas al cuarto de hora. Es una prueba de que las mujeres tienen una conexión tan fuerte con los zapatos como no la experimentan con otros accesorios”, reflexiona este joven gurú del calzado.

Fue precisamente Giovanna Battaglia, la musina de Dolce & Gabbana y editora de L’uomo Vogue, quien puso en la mira de los lentes fashionistas las creaciones de Osorio. Cuenta la leyenda que tras una larga jornada de desfiles y cocteles durante la Semana de la Moda de París, con los pies adoloridos y casi destruidos, juró no volver a pararse sobre un par de tacones. Pero cuando descubrió los modelos de Aquazzura, la historia fue otra. En las siguientes ferias no se separaba de su nueva adquisición, y así fue como la mujer ícono del estilo italiano presentó al mundo sus nuevos mejores amigos.

De allí en adelante, el portafolio de afamadas clientes que se rinden ante sus diseños se ha extendido de manera exponencial hasta llegar a los pies de las más aclamadas it girls, como Olivia Palermo, Nati Abascal, Karolína Kurková, Emma Watson, Claudia Schiffer, Nina García, e incluso la duquesa de Alba y la primera dama de Colombia, María Clemencia Rodríguez. Un indicador innegable de la “misión cumplida” y el rotundo éxito de un joven que con tan solo 28 años consolidó hace dos años y medio la nueva firma de zapatos más alabada del momento.






El secreto del éxito y el confort


El bagaje y la carrera maratónica que ha tenido Edgardo Osorio han sido quizás los propulsores de su precoz triunfo. Desde los 14 años se curtió a la perfección en el trabajo hecho a mano, como aprendiz del taller de Francesca Miranda, con quien solía viajar a las semanas de moda nacionales e internacionales como parte del equipo de producción de pasarela, y a quien debe la fortaleza del trabajo constante. “Francesca es como mi segunda mamá. Ella y mi papá me enseñaron lo que era trabajar duramente. Lo hacían día y noche, sábados y domingos, estaban encima de todo”, recuerda Osorio.

Y es que su verdadera escuela ha sido la experiencia. Tan pronto se graduó del colegio voló a Londres a estudiar en la prestigiosa Central Saint Martins, donde tuvo que interrumpir sus estudios por el llamado que le hizo a los 19 años Ferragamo, una de las firmas más antiguas y sólidas de calzado clásico en el mundo, de donde absorbió todo el conocimiento técnico que implica la manufactura de calzado de alta calidad. Luego, con tan solo 23 años, fue nombrado director de zapatos de Roberto Cavalli, donde profundizó en la intervención de los materiales con técnicas como estampado láser y troqueles sobre cueros y pieles. También fue colaborador de Rene Couvilla, compañía veneciana de zapatos artesanales de lujo en los que imperan los bordados y cristales incrustados.

En definitiva, Osorio tuvo la oportunidad de conectarse en Italia con lo mejor de la artesanía mundial en cuanto a manufactura de zapatos se refiere. “He trabajado en varios países, pero no hay otro lugar en el mundo donde haya tal concentración de conocimiento artesanal, idoneidad, fábricas y proveedores. Tuve la oportunidad de conocer lo mejor de la artesanía mundial en Italia, en todos los sentidos, los mejores cueros, las mejores pieles, los mejores artesanos de zapatos y suelas”.

Un legado asentado sobre todo en la Toscana italiana, donde Edgardo montó su taller en el Palazzo Buondelmonti, en el corazón de Florencia, cerca de los mejores zapateros y artesanos del mundo. Ahí conoció al que es el pilar esencial de sus diseños: un hombre que trabaja exclusivamente para su marca, quien lleva cuarenta años estudiando la conformación del pie humano y de cada hueso que lo compone, a fin de desarrollar las famosas hormas de los tacones altos de Aquazzurra que, conjugadas con el uso de un almohadillado que llaman memory foam, logran que el peso se distribuya en todo el pie y no solo en la punta, como suele pasar con el resto de zapatos con tacón.

Las mejores muestras de esta impecable ejecución son de hecho sus best sellers, los modelos sexy thing, hechos con un cuero extremadamente suave, tipo cachemira, que al combinarse con esta técnica hacen que lucirlos sea como llevar unos guantes en los pies. Incluso, ya han sido proclamados como zapatos icónicos por la prensa especializada y deseados con locura por la realeza y las trendsetters europeas.

 

Suerte al caminar

En 2011, después de trabajar en la industria durante diez años, Edgardo Osorio presentó al mundo Aquazzura, que traduce “agua azul”. Un bautizo inspirado en una de sus fijaciones desde pequeño, cuando vivía en Barranquilla y Cartagena, y que ahora disfruta desde los hermosos paraísos que se pintan en Capri o en Amalfi, en las costas de Italia: el color del mar, el agua y la luz. “Al pensar en mi marca quise rendirle un tributo a Italia, porque después de diez años de vida aquí no puedo negar que este país me lo dio todo, me formó. Colombia también, pero soy un híbrido de las culturas que me han influenciado”.

Este crisol de sensibilidades culturales es innegable en sus creaciones, en las que combina el refinado estilo clásico italiano con la tropicalidad y sensualidad latinas reflejadas en el sello distintivo de sus diseños. “Una amiga asiática me contó que la piña dorada era portadora de buena suerte y fortuna. A mí, en cambio, me recordaba mi fruta favorita y a las palenqueras”. En ese momento se enamoró de aquella unión de simbologías y a partir de allí cada uno de sus zapatos lleva en la suela el logo que distingue a la marca: una piña dorada. “Así, cuando caminas, tienes buena suerte”, completa Edgardo con la risa pintada en su rostro.

Y es que en cada lugar encuentra inspiración. Para su más reciente colección, Cruise, primavera-verano 2014, se inspiró en África, sus desiertos y las fotografías de serpientes pitón del reconocido fotógrafo italiano Guido Mocafico. Con esos imaginarios en mente dio vida a piezas impregnadas de los colores vivaces y texturas de las pitón, mientras que tradujo la esencia del desierto en colores blanco, negro, metálico y marfil sobre diseños de clara factura artesanal, como unas botas trenzadas a mano que toman un proceso de confección de 25 horas.

Hoy, el refinado catálogo de Aquazzura se extiende a otras categorías como sneakers, flats y sandalias planas, y con cada nueva creación deja por sentado que seguirá conquistando el mundo de la moda. De hecho, ya lo tiene a sus pies.