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El nuevo Loewe

Lola Gavarrón, 19/8/2008

Entrevistamos en el Palacio de Miraflores, de Madrid, al nuevo director creativo de Loewe, Stuart Vevers. Aquí está su visión transformadora.

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Revista Fucsia
 
Moda, accesorios y perfumes, Loewe, la Casa española de mayor prestigio, proveedora de la Real Casa y de los exigentes con estilo, celebra sus 160 años de existencia con una reinterpretación de su patrimonio y su legado, de la mano del inglés Stuart Vevers, su nuevo director creativo de 34 años e impecable trayectoria en la puesta al día de Casas tan venerables como Bottega Veneta, Givenchy o Mulberry. De espíritu joven, sonrisa inteligente y muy abierto, Stuart ha caído en gracia a los equipos de la firma y su labor, así como sus expectativas, empiezan ya a ser visibles.

Ha trabajado en Calvin Klein, Bottega, Givenchy, Vuitton, Mulberry y, ahora, Loewe, ¿qué emociones le produce esta Casa española?

Muchas y muy diferentes. Cada Casa tiene sus claves y yo ahora estoy en plena zambullida en el universo Loewe. Y me atrae tanto, que hasta me he venido a vivir a Madrid, que me parece una capital con una gran cultura joven y muy vital. Su imagen exterior es formal, pero poco a poco se descubre que es una ciudad bulliciosa y vibrante. En esa doble y apasionante exploración estoy ahora. Y hasta tengo dos clases semanales de español, que me está encantando.

¿Qué desafíos siente?


¡Todos! ¡Y el primero ya fue fuerte!: empecé el 5 de enero, y el 26 febrero ya estaba presentando la primera colección para el próximo invierno en L’Opéra Comique de París. Mi objetivo es dar ‘identidad’ a Loewe y sellar unas claves que se reconozcan colección tras colección. Sé que puedo hacerlo y que puedo hacer feliz a toda la gente: clientes, periodistas, modelos, ayudantes, que son los protagonistas y destinatarios de este desafío nuevo para mí.

¿Le gustaría darle otros 33 años más de vida al bolso Amazona? ¿Es consciente de que son de la misma década?


Me gusta que el Amazona y yo tengamos la misma edad, aunque yo soy ¡un poco más joven! (señala con amplia sonrisa); cuando vivía en Londres trabajando para Mulberry me gustaba ver los Amazona en el escaparate de Loewe. Es un bolso que yo siempre he asociado con una cierta imagen de libertad, puesto que nació en 1975, cuando cambió tanto la sociedad española tras la muerte de Franco. Es un auténtico icono para Loewe y yo voy a reinterpretarlo.

¿Qué sensación le produce trabajar con la exclusiva Napa 7000 de Loewe?


¡Ambivalente!: con la misma piel tan exquisita puedes dar una idea joven o rancia, puedes dar una imagen majestuosa o una fresca y llena de contrastes usándolo para un bolso deportivo o para la vida cotidiana. Esta segunda perspectiva me atrae mucho.

Lola, Maia, Calle, son los nombres de sus primeros bolsos para Loewe, ¿en qué radica el poder evocador del nombre en los accesorios?


Son como la quintaesencia del bolso. Tienen que ser cortos, fonéticamente atractivos y que se correspondan con los colores y formas de éstos. Para nuestro equipo es muy importante. Tenemos un repertorio de unos 500 nombres y vamos descartando cada día. Nos ocupa mucho tiempo. Su gancho es que lleguen a ser universales, y además los nombres ¡son pura poesía!

Peter Marino va a rediseñar las 120 tiendas Loewe en el mundo, ¿habrá algo especial en el de Bogotá?


La verdad es que no tengo noticias. Me imagino que sí. Sé que la primera tienda que va a remodelar será la de Valencia en España y que el resultado va a ser espectacular. Una buena puesta en escena es esencial para nuestro trabajo.

Nos resume su primera Colección Otoño–Invierno 2008/2009…

Es una colección que, como se puede ver en las imágenes, intenta crear una interpretación provocativa de la herencia y los iconos clave de esta formidable Casa, que ahora tengo la suerte de conducir como director creativo, todo un honor para mí, del que sencillamente espero estar a la altura y gustar en los países tan diferentes en que Loewe está presente, como por ejemplo, Colombia.