Las víctimas saben perdonar

Revista FUCSIA, 16/10/2014

Con Ángela María Giraldo, hermana del diputado del Valle Francisco Giraldo, asesinado en 2007, Fucsia.co y revista FUCSIA quieren visibilizar a la mujer en la construcción de la paz de la mano del proyecto Reconciliación Colombia.

© PALOMA VILLAMIL/14 - Foto:

**Por Julia Alegre

Habla de perdón y de reconciliación con firmeza, sin un ápice de abatimiento. Con la entereza de quien ha lidiado con el sufrimiento que causa el asesinato de un ser querido en el contexto del conflicto armado. Fue en 2007 cuando Ángela María Giraldo Cadavid recibió la noticia de que no volvería a ver a su hermano Francisco, uno de los 12 diputados del Valle del Cauca secuestrados por las Farc cinco años antes, y asesinado durante un fuego cruzado. “Yo sé quién ordenó el asesinato de mi hermano: Gilberto Arroyabe, ‘el Grillo’, y él en este momento está libre. Si no lo perdono y, por lo tanto, si no estoy dispuesta a que haya una justicia transicional, le estoy diciendo a alias ‘el Grillo’ que siga en las montañas matando a nuestros hermanos. Prefiero que estén en el Congreso debatiendo con ideas que en las montañas combatiéndonos con armas”.

Para Ángela, quien ejerce como asesora de la Dirección de Coordinación Interinstitucional de la Agencia Presidencial de Cooperación, el camino del perdón no fue tarea fácil. De hecho, y como explica ella, su primera reacción tras enterarse de la muerte de su hermano fue llenarse de rabia y erradicar de su mente la creencia de que la paz era posible a través del diálogo y no de las armas. “Antes de morir, mi hermano mandó un mensaje desde su cautiverio en el que decía que había aprendido a perdonar a las personas que tanto sufrimiento nos estaban ocasionando. Que la paz empieza por nosotros mismos”.

Tras su asesinato, y con la perspectiva que aporta el paso del tiempo, el mensaje de reconciliación de su hermano cobró fuerza en su subconsciente. “Tomé la decisión de que resulta necesario perdonar, cerrar este capítulo y crear un nuevo escenario para las próximas generaciones, porque no podemos seguir matándonos. Si ya ha sido asesinado, que eso no sea en vano, que sirva para crear paz”.

Giraldo fue una de las víctimas que acudió a La Habana en agosto pasado para dar testimonio de su experiencia como víctima. Su presencia suscitó polémica a raíz de un trino publicado por María Fernanda Cabal.

En este, la congresista valoraba unas fotografías en las que aparecía una sonriente Giraldo saludando a un miembro del grupo negociador que, después se supo, era del Gobierno, con la frase: “Esta víctima saluda a las Farc muy contenta, ¿será síndrome de Estocolmo?”.Este comentario le valió a la representante de la Cámara una denuncia ante la Fiscalía. Para Giraldo supuso la confirmación de que todavía se estigmatiza a las personas por no cumplir con el estereotipo de víctima.

El paradigma de la víctima es una persona desplazada, que tiene su vida destruida, que está tirada por el piso y que está hecha pedazos, y no es así. Todos los días me levanto y pienso en mi hermano. Hay otros en los que me despierto triste, me meto al baño, lloro, y salgo a rehacer mi vida. El dolor va por dentro. Es absurdo que de una foto ella saque todas las conclusiones que sacó”.

Giraldo habla de perdón, pero con condiciones. “No sé si mi perdón es real”, dice al asegurar también que la verdadera indulgencia solo es posible si las Farc entregan las armas y se comprometen a no repetir los hechos de violencia cometidos. “Mi hermano está muerto, no hay forma de recuperarlo. El perdón es un proceso de ayudarse a uno mismo a superar las situaciones, no se puede vivir odiando”.

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