Natalia Ponce de León:"el amor me hizo resurgir de las cenizas"

La actividad que más calma le trae.

Me da tranquilidad estar en el campo y oír música. Un mensaje para las mujeres violentadas que se quedan calladas.

Que no tengan miedo de hablar. El silencio hace que Colombia siga siendo un país que deja todo en la impunidad. La unión hace la fuerza. Si callamos, nunca se van a destapar los casos de violencia que hemos vivido muchas de nosotras. Hay que crear un impacto social, despertar al país de esa la falta de sensibilidad en la que viven muchos, hacer que la justicia cumpla y que se respeten los derechos humanos.

¿Cree que en un país como Colombia sea posible la reconciliación en medio de tanto dolor?

Colombia está en guerra desde hace tanto tiempo, afronta una crisis tan evidente en el funcionamiento de sus instituciones y en materia de derechos humanos, que ha creado en su población una gran falta de sensibilidad respecto a casos de violencia e injusticia, a los constantes casos dolorosos y traumáticos que vivimos día tras día. Esto hace que perdamos la capacidad de asombro ante situaciones que deberían crear en nosotros un gran impacto y una mayor necesidad de actuar para generar cambios. Mientras esto siga así, la reconciliación y la paz nunca van a ser posibles.

¿Cómo emprender ese camino hacia el perdón? ¿Cómo lo emprendió usted?

No existe un camino como tal, nunca voy a perdonar a ese cobarde que ni siquiera merece ser llamado “hombre”. Pienso que el odio y el rencor es algo que hay que dejar a un lado, trabajar la parte espiritual y el alma son los puntos más importantes que un ser humano debe encontrar para lograr la paz interior, creo que así se llega a la verdadera felicidad.

Mucha gente se debió acercar con mensajes inspiradores. ¿Algún consejo de un (una) mentor(a) que le haya ayudado especialmente en este proceso?

Lo que más me ha ayudado ha sido el amor que he recibido por parte de mucha gente alrededor del mundo, que con mensajes llenos de esperanza y luz me demuestran todos los días que no estoy sola. Personas que han llegado a mi vida para darme la fuerza y el poder de seguir hacia adelante, y por supuesto estar acompañada incondicionalmente de los seres que más amo, todo esto fue lo que me hizo resurgir de las cenizas.

¿En qué debería invertir más el país, en términos médicos, para ayudar en la sanación y recuperación de los daños ocasionados por una quemadura con ácido?

En investigación científica, tecnología y educación, para que los médicos especializados puedan adelantar los tratamientos físicos y psicológicos que merecemos recibir las personas sometidas a este tipo de violencia. Dotar a los hospitales, centros médicos y víctimas con los implementos necesarios para la rehabilitación y sanación, tales como drogas, terapias, máscaras, lycras para el cuerpo, cremas y Diphoterine, una sustancia que neutraliza instantáneamente el ácido.

¿Cómo enfrentar el miedo, cómo sobrevivir a él?

Llenándose de fuerza, amor, serenidad. Hay que permanecer con los seres que uno ama, no perder nunca la esperanza, ser muy constante y amar la vida por encima de todo.

¿Algo que la haya sorprendido de usted misma en este proceso?

Mi fuerza interior, el amor a mí misma, la constancia que he tenido para salir adelante y el cambio que experimenté al ver y percibir las cosas sencillas y lindas que tiene la vida.

¿Qué luchas médicas y sociales vienen este año?

En 2015 empiezo cirugías reconstructivas y proyectos sociales como la Fundación Natalia Ponce de León, a través de la cual ayudaré a las víctimas atacadas con agentes químicos.

Esta es una sociedad obsesionada con el cuerpo, usted da lecciones de cómo el individuo no se reduce a este…

Lo único que nos pertenece como seres humanos es el alma y el espíritu, pues el cuerpo es un caparazón prestado, que en cualquier momento se va, cambia o se daña. Desde mi experiencia puedo compartir que
lo más importante es aprender a quererse y a aceptarse a sí mismo por lo que se es y no por lo que se tiene.