Las fronteras del cuerpo
Revista FUCSIA, 23/9/2014
Hablamos con la escritora mexicana, Guadalupe Nettel, que participó en la pasada edición de la Fiesta del Libro y la Cultura, en Medellín. Ella nos habló sobre qué la inspira a escribir sus obras.
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©Cortesía Fiesta del Libro y la Cultura - Foto:
EL CUERPO COMO FRONTERA
¿Por qué consideras que hablar hoy del tema de fronteras es importante?
Las fronteras son límites geográficos, psicológicos, físicos. Es importante saber cuáles son útiles y cuáles nos obstaculizan como individuos y como comunidades.
En tu carácter de ficción, ¿de qué manera es capaz la literatura de poner sobre la mesa asuntos actuales?
La ficción es una metáfora que habla de la realidad o de varias. A veces las metáforas tienen un poder sugestivo y evocador mucho mayor que la crónica de un evento. Se dirigen a nuestra subjetividad y a nuestro imaginario colectivo.
Formas parte de una generación de literatos que se han nutrido de la autobiografía y la ficción para hablar sobre tus orígenes. ¿Te consideras nostálgica?
No precisamente. Mi interés por el género autobiográfico no tiene nada que ver con la nostalgia sino
con la necesidad de entender periodos de la historia contadospor quienes los vivieron. En el caso de mi generación, los cambios ideológicos que se generaron a partir de 1968 y los golpes militares en América Latina.
Tú te has movido entre el cuento y la novela ¿Qué te dan estos géneros que no te lo da otro?
Me gusta la intensidad del cuento pero también la compañía que ofrecen las novelas, tanto las que escribo como las que leo.
Tu último libro, El matrimonio de los peces rojos, es un cruce de caminos entre el universo animal y el humano. ¿Es más complicado personalizar animales que animalizar humanos?
Es igual de complicado o de simple. En realidad no hay una frontera muy definida. Los humanos somos animales que pretendemos olvidarnos de nuestra condición.
Hay un poco de humor negro en tus textos. ¿Qué te causa risa cuando está creando sus
personajes?
Nuestra necedad y nuestra obstinación, pero a la vez me enternece.
¿Cuál es tu apreciación sobre el estado de salud del mundo editorial?
Me entristecen los grandes grupos corporativos y me entusiasman las editoriales independientes.
¿En qué tipo de lector piensas cuando escribes?
Para ser franca, cuando escribo no pienso en el lector. Solo cuando pulo el texto y lo corrijo pienso
en él. Me gusta pensar que mis lectores, como mis amistades, tendrán una sensibilidad parecida a la mía o, al menos, compatible.
¿Cuál es la importancia de México a la hora de crear?
México es un país incandescente, para bien y para mal. Contagia de su vitalidad y de su brío.
Sus temas de inspiración. La ceguera, el binomio normalidad/anormalidad, la
soledad, las obsesiones, el amor, la enfermedad y la muerte.
El último libro que te regalaron.
Vidas ajenas, de Emmanuel Carrère.
¿En qué estás trabajando actualmente?
Una novela que comencé a escribir hace diez años.
¿Por qué consideras que hablar hoy del tema de fronteras es importante?
Las fronteras son límites geográficos, psicológicos, físicos. Es importante saber cuáles son útiles y cuáles nos obstaculizan como individuos y como comunidades.
En tu carácter de ficción, ¿de qué manera es capaz la literatura de poner sobre la mesa asuntos actuales?
La ficción es una metáfora que habla de la realidad o de varias. A veces las metáforas tienen un poder sugestivo y evocador mucho mayor que la crónica de un evento. Se dirigen a nuestra subjetividad y a nuestro imaginario colectivo.
Formas parte de una generación de literatos que se han nutrido de la autobiografía y la ficción para hablar sobre tus orígenes. ¿Te consideras nostálgica?
No precisamente. Mi interés por el género autobiográfico no tiene nada que ver con la nostalgia sino
con la necesidad de entender periodos de la historia contadospor quienes los vivieron. En el caso de mi generación, los cambios ideológicos que se generaron a partir de 1968 y los golpes militares en América Latina.
Tú te has movido entre el cuento y la novela ¿Qué te dan estos géneros que no te lo da otro?
Me gusta la intensidad del cuento pero también la compañía que ofrecen las novelas, tanto las que escribo como las que leo.
Tu último libro, El matrimonio de los peces rojos, es un cruce de caminos entre el universo animal y el humano. ¿Es más complicado personalizar animales que animalizar humanos?
Es igual de complicado o de simple. En realidad no hay una frontera muy definida. Los humanos somos animales que pretendemos olvidarnos de nuestra condición.
Hay un poco de humor negro en tus textos. ¿Qué te causa risa cuando está creando sus
personajes?
Nuestra necedad y nuestra obstinación, pero a la vez me enternece.
¿Cuál es tu apreciación sobre el estado de salud del mundo editorial?
Me entristecen los grandes grupos corporativos y me entusiasman las editoriales independientes.
¿En qué tipo de lector piensas cuando escribes?
Para ser franca, cuando escribo no pienso en el lector. Solo cuando pulo el texto y lo corrijo pienso
en él. Me gusta pensar que mis lectores, como mis amistades, tendrán una sensibilidad parecida a la mía o, al menos, compatible.
¿Cuál es la importancia de México a la hora de crear?
México es un país incandescente, para bien y para mal. Contagia de su vitalidad y de su brío.
Sus temas de inspiración. La ceguera, el binomio normalidad/anormalidad, la
soledad, las obsesiones, el amor, la enfermedad y la muerte.
El último libro que te regalaron.
Vidas ajenas, de Emmanuel Carrère.
¿En qué estás trabajando actualmente?
Una novela que comencé a escribir hace diez años.
