Jane Fonda, la prueba de que la belleza no caduca

Álvaro Corzo V., 2/6/2015

A sus 77 años de edad, Jane Fonda no espera nada de nadie, salvo de ella misma, una virtud que asegura le permite mantenerse joven. La entrevistamos a propósito de su regreso a la pantalla chica con la serie Grace y Frankie.

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Que haya probado el peyote y lo diga con orgullo no solo demuestra que Jane Fonda es una mujer que está más allá del bien y del mal, sino que no tiene compromiso alguno por encima de lo que verdaderamente piensa.

Su vida ha sido una comedia llena de melancolía, como ella misma la llama, que le ha dejado en el camino dos premios Oscar, tres hijos, siete libros, tres matrimonios e igual número de divorcios. Un director de cine francés, un activista político y un multimillonario no bastaron para hacerla feliz.

Con 77 años, la sexy viajera interplanetaria que cautivó a todos en Barbarella sigue teniendo el mundo a sus pies.

No de la misma forma que lo hizo con sus fotos en contra de la guerra en Vietnam, ni con los cientos de videos de ejercicios que la convirtieron en una vedette mundial del fitness ni mucho menos por sus tres fundaciones para la protección de la mujer y la juventud. Hoy, la actriz que tiene más de 44 películas a su haber, brilla por la sinceridad y madurez de su belleza.


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Fonda, que asegura no necesitar de un hombre para sentirse completa, no es una de esas celebridades dedicadas a tomar martinis y a vivir en una jaula de oro sobre las colinas de Hollywood.

Hoy trabaja más que nunca. Mientras escribe su próxima novela e impulsa sus fundaciones, saca tiempo para promocionar su regreso a la pantalla chica con Grace y Frankie, una serie acerca de dos mujeres mayores que son abandonadas por sus esposos de toda la vida luego de que les confiesan que son homosexuales. Un tema de una televisión sin tapujos propio de Netflix, donde ya se pueden ver los trece capítulos de su primera temporada.

En esta, Fonda se reúne con su gran amiga Lily Tomlin, quien encarna a Frankie, luego de treinta años de que las dos compartieran set en 9 to 5, la serie de televisión que las convirtió en íconos de los años 80.

Para hablar de su nuevo show, de su vida así como de su interminable búsqueda de la felicidad, nos sentamos con la hermosa y estilizada diva en la ciudad de Los Ángeles.

¿Por qué a veces nos resulta fácil conformarnos con la infelicidad?

La búsqueda de la felicidad es una misión relativamente nueva para los humanos. Durante siglos, en particular las mujeres hemos vivido resueltas a comprometerlo todo por tener una estabilidad económica, compañía, entre otros aspectos meramente circunstanciales. Todo viene y va, desde el dinero hasta la familia, lo que realmente queda es lo que hiciste con tu felicidad. En ocasiones, como me ocurrió a mí, hay que estar dispuesto a dejarlo todo por alcanzarla.

¿Cuánto tiempo le llevó entenderlo?

Parte de mi vida ha sido un proceso largo de entender que en mí misma está la solución, no en nadie más. Es justo como le sucede a Grace, mi personaje en la serie, quien después de estar veinte años casada descubre que los últimos diez años su marido ha tenido un romance con otro hombre, lo cual la enfrenta a salir de la burbuja en la que vivía. Una vida entregada en la que comprometió todo, desde su sexualidad hasta su propia felicidad por tener una familia. Ahora, es obligada a la fuerza a digerir que su esposo quiere rehacer su vida con un hombre.

¿Qué tan tabú sigue siendo el tema del matrimonio homosexual en nuestra cultura?

Se ha avanzado mucho comparado con cuando yo empecé en Hollywood en los años sesenta, ese era un tema que no se tocaba por razón alguna, mucho menos en el cine o la televisión. Hoy vemos cómo la industria del entretenimiento ha adquirido un papel reformador, básicamente de romper estos estereotipos, como en este caso del matrimonio homosexual. El hecho de que millones de familias americanas y de todo el mundo vean un su televisión la historia de dos hombres que dejan a sus mujeres para casarse, hace posible en el mediano plazo que puedan llegar a entender que a fin de cuentas estas son dos personas como cualquier otras, con principios, valores y debilidades. Basta mirar el caso de Modern Family, un programa popular mundialmente donde el tema de la adopción por parejas gay gravita por toda la historia. Es un gran cambio.


Grace and Frankie, la más reciente serie de Netflix donde actuará Jane Fonda. Foto: Cortesía Netflix



¿A esta responsabilidad de la industria del entretenimiento también se le achaca la obsesión a la que ha llevado a las mujeres por su belleza?

No hay duda. Que tienes que ser delgada, tienes que verte sexy, a la moda, etc. Todas obsesiones de la imagen por las que yo pasé. Es una lucha que nunca acaba, te desgasta, te rompe por dentro. Cuanto más obsesionadas estén las mujeres con su belleza, más difícil es que puedan estar felices consigo mismas, no hay duda de eso. Si tu felicidad radica en cómo te ves, estás en problemas, caíste en la trampa de que la belleza es solo el cuerpo. Cuando es tan solo una tercera parte, el resto es mente y espíritu.

¿Qué no ha cambiado para usted en estos cerca de 60 años de carrera?

Bueno, que he tratado siempre de buscar el balance en mi vida, no quiere decir que siempre lo haya logrado, de lo cual no me siento orgullosa. Pero he sido constante y consciente en trabajar por un balance entre lo profesional, lo espiritual y mi familia. Eso me ha permitido retroalimentar las distintas partes de mi vida. Esto no ha dejado que me funda.

Vimos en los Premios Oscar a Patricia Arquette recibir el reconocimiento como la mejor actriz de reparto alzando la voz a favor del pago igualitario entre mujeres y hombres en Estados Unidos.
¿No parece increíble que en pleno siglo XXI todavía ocurra esto en este país?


Por supuesto. El hecho de que por ser mujeres se nos pague menos por hacer exactamente las mismas labores que los hombres es completamente increíble. Que nuestra Constitución no tenga una enmienda que garantice una igualdad total entre hombres y mujeres no tiene nombre. Me pregunto qué derecho tiene Estados Unidos de hablarles a países como Irak, Afganistán o el resto del mundo árabe sobre cómo tratan a sus mujeres cuando acá son sistemáticamente discriminadas por la ley.

¿Cree que tener la primera presidenta mujer en los Estados Unidos haría una diferencia en estos temas de género?

Espero que sí, por eso quiero una mujer en la Casa Blanca, que pueda finalmente lograr una igualdad entre hombres y mujeres, algo que a estas altura de la historia en los Estados Unidos tendría que ser todo un hecho.

En su último papel para televisión en The Newsroom interpreta a Leona Lansing, el CEO de un conglomerado de medios de comunicación donde tenía que ser fría, calculadora y ambiciosa. ¿Hay algo de eso en su vida personal?

Nunca me ha obsesionado el poder, lo único que tengo de ese personaje es mi capacidad de liderazgo, pero la frialdad y la ambición nunca han ido conmigo. Sin embargo, muchas mujeres llegan a posiciones de poder en diferentes arenas profesionales y sienten la obligación de personificar el papel de machos, con la frialdad y pragmatismo masculino. Como mujeres tenemos un compromiso de dejar de asumir estos papeles propios de una sociedad machista.

¿Cuál sería la mejor forma como mujer para romper ese patriarcalismo?

No traicionar a quien realmente eres como mujer, y eso significa entender que antes de ser profesional, amante o madre, eres mujer. El control de tu vida tiene que radicar en el destino que quieras realizar y no en el que estás obligada a asumir. Lo único que no puedes comprometer es tu felicidad y tu dignidad. Una mujer sin autonomía de acción y pensamiento no es nada.

¿Qué tan difícil es en esta sociedad abrazar el hecho de envejecer?

Bueno, nunca es tarde para convertirte en quien debías y querías ser. Cuando envejeces de esa forma no es difícil asumir el hecho de que cada vez te pones más viejo, sin embargo es duro, como le pasa a Grace en la serie, cuando te das cuenta de que todo por lo que has vivido y sacrificado realmente no alimentó la idea de una vida feliz, sino tan solo un espejismo. Cuando estas conectada y satisfecha, la edad te hace más relajada, más segura de buscar y pedir lo que realmente quieres, pero sobre todo te hace más propensa a buscar el bienestar.

¿Y para alcanzarlo procura usted cuidar la mente sobre el cuerpo o viceversa?

Yo medito y me ejercito más de tres veces a la semana, hay que conectar ambos polos porque el cuerpo es lo que habita en nuestra mente. El sistema neurológico es parte vital de este engranaje, todo está integrado, no hay duda de la conexión energética e indisoluble entre tu cuerpo y tu mente. Es tu energía mental y corporal lo que te permite mantenerte joven.