especial

La esperanza da vida

Revista Fucsia, 21/10/2008

Alexandra Ossa es una joven a quien, aún siendo casi una niña, le diagnosticaron cáncer.

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Por: Revista Fucsia
 
La noticia la llevó a crecer con una actitud que le exigía mucha madurez y esperanza. Los años le han traído lecciones profundas y la satisfacción de haber podido superar la enfermedad.
 
“Alo largo de la vida, uno escucha y ve situaciones de otras personas a quienes les parece difícil saber cómo es la muerte de un ser querido, un secuestro, un accidente… y nunca se les pasa por la cabeza que esto le puede suceder a uno”. Así comienza Alexandra Ossa su libro Lucha por la vida, a través del cual ella quiso dar su testimonio de esperanza contra un diagnóstico devastador: el cáncer.

En el 2003, y cuando apenas tenía 14 años, una masa en su hombro sería la señal de que algo en su cuerpo no estaba bien, a pesar de una cirugía a la que ella ya se había sometido, la masa continuaba ahí y el diagnóstico de un cáncer no se hizo esperar.
Años de intervenciones quirúrgicas, tratamientos, quimioterapia, radioterapia, entre muchas otras cosas más, fueron llevando su vida a situaciones límite, en las que tuvo que poner a prueba sus ganas de vivir y la esperanza de que sólo la constancia y la fe en los tratamientos le permitirían crecer y alcanzar sus sueños como mujer.

Hoy, Alexandra, dice: “Veo al cáncer como una enfermedad a la que le debo muchas cosas. El tiempo en el que lo padecí, fue una etapa muy dolorosa, tanto sicológica como físicamente. Pero, después de superado todo ese dolor, me siento feliz de poder contar esta historia y privilegiada, no sólo por haberla superado, sino por poder ayudar a tantas personas”.

Para ella enfrentar el diagnóstico fue una prueba compleja: “Yo apenas estaba empezando a vivir, y este diagnóstico me detuvo todos mis planes: me toco dejar de estudiar, dejar de compartir con mis amigos, etc. Pero siempre se debe pensar positivamente y, aunque los médicos digan que le quedan dos o tres meses de vida, como fue mi caso; hay que tener la mentalidad de que se va a vivir muchísimo más. La forma en que yo me llené de esperanza, fue, siempre, teniendo mente positiva, y pidiéndole a Dios que me guiara. Para mí el apoyo de mis padres y de mi familia fue lo más importante para continuar luchando”.

Luego de su propio proceso y de muchos años de lucha, Alexandra escribió su testimonio, movida por el deseo de que la gente conozca su historia, y que desde su experiencia aprenda a disfrutar más de la vida, inclusive, dice, que está escrito no sólo para quienes tienen cáncer, sino para todas las personas que quieren vivir de una mejor manera.

Ahora, cinco años después, ella estudia Medicina Veterinaria, y se siente realizada, por eso, quiere ayudar a otros y promover la idea de que la sanación siempre es posible… mientras que su llamado para quienes están sanos es: que disfruten de su vida con plena conciencia y gratitud por todo lo bueno que tienen.