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La Hora J.LO

, 28/4/2011

La artista latina mejor pagada en la historia de Hollywood, vuelve a los ruedos con un nuevo disco, su participación en el reality más popular en Estados Unidos... y como la nueva cara de las joyas Tous.

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Jennifer López parece estar en la cima de su carrera. Su más reciente sencillo, On the Floor, domina las ventas digitales alrededor del mundo; su nuevo papel como uno de los jurados de American Idol, el reality más visto en Estados Unidos, ha recibido muy buenas críticas; el emporio económico que ha construido con los productos que llevan su nombre ya ronda los 300 millones de dólares, y este año fue elegida por la marca de joyas Tous para ser la imagen de su colección Primavera 2011. Por si eso fuera poco, se da el lujo de cobrar 10 millones de dólares por película, es mamá de unos gemelos a los que adora, y lleva un matrimonio muy estable con el cantante puertorriqueño Marc Anthony.

Pero eso no siempre fue así. Jennifer Lynn López es la segunda hija de David López y Guadalupe Rodríguez, una pareja de puertorriqueños que nacieron en Ponce, y se conocieron de niños en las calles de Nueva York. Sus profesiones –ingeniero de sistemas y profesora de un jardín infantil– proveían lo necesario para que Jennifer y sus dos hermanas, Leslie y Linda, tuvieran un hogar decente y una buena educación. Estudiaron siempre en colegios católicos y vivían en Castle Hill, en el neoyorquino barrio Bronx. “Recuerdo que mi apartamento era frío en el invierno y caliente en el verano, pero siempre tuvimos arroz con frijoles sobre la mesa”, dice.

Creció en el entorno amoroso de una familia unida, en la que uno de los planes más comunes era montar pequeñas presentaciones de canto y baile con sus hermanas. “Era la forma que tenía mi madre de mantenernos ocupadas”. Guadalupe, que notó de inmediato el talento de su hija, la matriculó en clases de baile y técnica vocal a los 5 años. A los 7 ya había hecho varias giras con su escuela por otros colegios de La Gran Manzana, y el baile se convirtió en un eje central de su vida.

Si algo se puede decir sobre esta “newyorican” (como se les llama a los neoyorquinos de ascendencia puertorriqueña), es que se merece todos los logros que ha cosechado, pues a punta de baile labró su camino a la cima. A los 18 años no tuvo miedo de abandonar la casa paterna para ir a buscar fortuna en el corazón de Manhattan. Cada momento que le quedaba libre en su trabajo como recepcionista en una oficina de abogados, lo usaba para practicar y hacer audiciones para programas de televisión que incluyeran piezas de baile.

Tres veces la rechazaron en la serie que la lanzó a la fama. Se llamaba In Living Color y era una comedia donde se hacía mucho énfasis en el humor afro. Uno de sus atractivos eran las Fly Girls (Niñas Voladoras), un grupo de bailarinas que se encargaba de montar las coreografías que aparecían en la serie. A ese espacio llegó Jennifer en 1991 y de inmediato llamó la atención. Ese programa también lanzó a la fama a otros grandes del medio como Jim Carrey y Jamie Foxx.

El resto es historia. Encarnó a Selena –la cantante asesinada por su manager cuando empezaba a beber las mieles del éxito– y los ojos de Hollywood se posaron sobre la nueva latina del momento. Su actuación le valió una postulación a los Globos de Oro, y una nueva carrera en los estudios de La Meca del cine.

A la vez que participaba en grandes largometrajes como U-turn (junto a Sean Penn y Billy Bob Thorton), Out of Sight (con George Clooney) y The Cell, Jennifer no descuidaba su carrera musical. Muchos la califican de adicta al trabajo, pero eso no le incomoda. Dice con su acento particular que su familia le enseñó que las cosas se consiguen trabajando duro. Así, al mismo tiempo que leía libretos, producía su primer disco: On the 6.

Y como hacen lo mejores trapecistas, la actriz-cantante se balanceó con todas las ocupaciones que llegaron a sus manos. Por ejemplo, en el 2002, cuando protagonizó la taquillera película Maid in Manhattan, el sencillo Jenny from the Block, de su tercer álbum, ocupaba los primeros lugares en los listados radiales del mundo.

De esta forma se ha mantenido durante todos estos años como uno de las personajes hispanoamericanos más influyentes, según la revista People. Si bien no todas su películas han sido aclamadas y sus parejos sentimentales no siempre fueron los mejores para ella, hoy se encuentra en el cenit de su carrera y de su vida emocional.

De unos años para acá, la hemos visto crecer al lado de su marido y sus gemelos, Max y Emme. Ese lado familiar es precisamente lo que le gustó a Rosa Tous y a su esposo Salvador, presidente honorario de la marca. “Aparte de sus conocidas cualidades, los valores familiares de Jennifer tuvieron mucho que ver en ser la elegida, pues nuestra compañía es una empresa familiar, que aprecia mucho eso”, comenta Rosa.

Su participación en American Idol no pudo llegar en mejor momento. Después de nueve temporadas con Paula Abdul como la jurado femenina, y una con Ellen d´Generes en ese papel, López llega con una nueva propuesta que ya se ganó el corazón de los norteamericanos. Además, aprovechó el alto rating del programa para lanzar su nuevo sencillo, que ya está catalogado como uno de los más vendidos en Internet. También es la canción número uno en el Reino Unido, un gran merito, si se tiene en cuenta que no puede hacer giras por el país europeo por su compromiso con el reality en Estados Unidos.

Su constante afán por reinventarse no para de dar buenos resultados. Sus amigos cercanos y gente que ha trabajado con ella aseguran que su buena estrella se debe a la calidez de su temperamento y al amor que le tiene a su carrera. El director de American Idol asegura que nunca le ha visto una actitud de diva, y que sus exigencias no varían en nada diferente de lo normal: camerino, vestuario y comida. Quienes estuvieron presentes en la sesión de fotos para Tous, con la fotógrafa Ellen von Unerth, recalcaron su sencillez y buen carácter. “Es tan descomplicada, que no tuvo problema en ayudar a escoger la joya que iría en cada foto. Se entendió a la perfección con el equipo y eso se ve reflejado en toda la campaña”, concluye Rosa.

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