La ruta de la moda en Buenos Aires

Angélica Gallón, 21/9/2015

Ir a ver lo que pasa en la moda de Brasil o Argentina, es, de alguna manera, también medirle el pulso a la región, es ser testigos de cómo andan esas industrias creativas tan reacias a desaparecer a pesar de las crisis.

Vicky Otero - Foto:

Viajar por las semanas de la moda de Suramérica es algo que muchas revistas desdeñan, porque sienten que más allá de lo que pase en París o Nueva York, no hay muchas más posibilidades en el universo creativo del vestido.

Sin embargo, en Revista FUCSIA consideramos que no hay nada más emocionante que poder ser testigos de cómo la moda que se teje y se vive en estas latitudes va ganando carácter, consolidando técnicas, desentrañando historias propias de sus pueblos y sus climas, sus comidas y sus tierras, que hacen que lo que se produce aquí no sea susceptible de ser creado en ningún otro lugar.

Ir a ver lo que pasa en la moda de Brasil o Argentina, es, de alguna manera, también medirle el pulso a la región, es ser testigos de cómo andan esas industrias creativas tan reacias a desaparecer a pesar de las crisis.

Después de vivir una vibrante feria de Colombiamoda en Medellín, partí a una lluviosa Buenos Aires para presenciar su semana de la moda. Cinco días de pasarelas, que aunque apenas están consolidándose como institución en la ciudad, llevan ya varios años convirtiéndose en un vitrina fundamental para el talento creativo argentino, un talento que cada vez más, por asuntos macro políticos, se ve amenazado por el aislamiento.

Esta iniciativa es la oportunidad de ver esa multiplicidad de marcas de retail (marcas de pronta moda masiva) que han emergido poderosamente en este país, en parte, a causa de las políticas proteccionistas que han hecho casi inviable la inversión extranjera. Es la posibilidad de ver también cómo, a pesar de la dificultad para importar insumos, los creativos argentinos exploran nuevos materiales.

Con esto en mente fue muy interesante ver a uno de los diseñadores emblemáticos argentinos, Pablo Ramírez -creador de un movimiento que en su momento autodenominaron diseño de autor-, salirse de su universo muy formal y siempre negro, para dialogar con una compañía fabricante de jeanswear y así juntar moda e industria.


Pablo Ramírez - Demin Fotos: Cortesía Buenos Aires Fashion Week - BAFWEEK/15


 Toda la elegancia y el conocimiento sartorial de este creador fue llevado al dénim, dando lugar a jeans formales de cintura alta y botas anchas, camisas de cuellos excelsos, jardineras y faldas tipo lápiz.

"Me encantan los uniformes, y aquí fueron una importante inspiración para los monos de trabajo y overoles. Además, mi padre fue mecánico y siempre vi lo útil y las potencias increíbles que tenía el dénim. Así es que me pareció que ésta podía ser una apuesta poderosa", comentó el diseñador.

En las pasarelas, las siluetas sueltas, los cortes asimétricos, los colores crudos y los culottes (faldas pantalón anchas) fueron protagonistas. Por fuera de ellas, una tendencia fue incuestionable: todas, sin importar la edad o la ocasión, iban de plataformas muy anchas, altas y rectas. Quizá se deba a que esa actitud rockera, descomplicada, con tintes hippies y desprolija, propia de las argentinas, encuentra en esos tipos de tacones chunky un eco más real de su carácter.

De vuelta a los desfiles, la apuesta de Vicky Otero resultó muy interesante, primero porque su convicción por trabajar con el pasado y por contar historias a través de sus prendas, se vio bellamente traducida en unas faldas muy a la cintura y en una superposición de mini vestidos a la manera de delantales.

Segundo, fue muy evidente que algo muy tradicional argentino, de sus llanos y sus trajes autóctonos, pampero y campesino se coló en la colección. Sin embargo, todo pareció ser el resultado de haber reinterpretado esas macrotendencias que colonizan el mercado internacional. Un gran ejemplo de cómo lo local y lo global pueden comulgar en la moda.

Fue un privilegio, además, presenciar cómo durante cada jornada, a las 6 de la tarde, las pasarelas del Bafweek fueron engalanadas con los nuevos talentos, que gracias a la subsecretaría de economía cultural de Buenos Aires, lograron tener un desfile en esta importante vitrina. Después de haber pasado agudos filtros de selección, cuatro marcas se colaron en la programación de la semana de la moda.



Lucía Chaín y Juliana García Bello - Fotos: Cortesía Buenos Aires Fashion Week - BAFWEEK/15


No sorprende que el gobierno de la ciudad esté tan involucrado con las industrias creativas, pues se estima que el 10% de la economía de esta capital proviene de este rubro. “Este es un campo de la economía que genera empleos bien pagos y que crece incluso cuando hay recesión, además de tener un impacto muy provechoso en otros sectores que ganan competitividad al invertir en diseño”, explica el subsecretario Enrique Avogadro.

Remarcables los trabajos de Lucía Chaín y Juliana García Bello que, recordando sus viajes de niñez al mar, trataron de reproducir en las texturas de la ropa sus propias experiencias sensoriales. Esta dupla creó túnicas blancas y crudas que se inspiraron en los wader o enterizos que usan los pescadores de la región.

Por su parte, la marca Fractal sorprendió al público con una apuesta por la geometría y la deconstrucción. Con prismas pesados que fusionó sobre la tela, logró que con el movimiento de las modelos, los vestidos crearan unos increíbles e inusuales volúmenes.



Fractal - Foto: Cortesía Buenos Aires Fashion Week - BAFWEEK/15


Aunque fue una semana pasada por lluvia, en donde los suelos aledaños a la gran ciudad de Buenos Aires parecían resentir a gritos los desgastes propios que traen los monocultivos, la industria creativa se mostró más prolifera que nunca, con una apuesta certera por siluetas vanguardistas, por fortalecer segmentos masivos como el jeanswear, en el que prevalecen marcas locales, y con una intención clara de crear alianzas entre la moda y otras disciplinas.