Laura Laurens, la expansión de una artista del vestido

Fucsia.co, 15/4/2014

El juego de esta artista plástica con la deconstrucción de los patrones le ha llevado a conquistar un mercado insospechado en París.

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Después de siete años de trayectoria en la industria de la moda nacional como mentora de una marca aplaudida, Laura Laurens, la joven diseñadora detrás de La Casa de Greta, presenta una nueva etapa de su proyecto, enfocada en la internacionalización de su marca, ahora presente en diez países entre Europa y Estados Unidos y en importantes tiendas como Tom Greyhound en París y Van Ravenstein en Ámsterdam.

Después de cumplir sus metas en Colombia y de haber presentado sus diseños en las pasarelas más importantes del país, Laura sabía que era el momento de dar un paso adelante y llevar su proyecto en una evolución hacia otros territorios. En enero de 2013, La Casa de Greta fue la única marca colombiana elegida para participar en una de las ferias de moda más importantes del prêt-à-porter en París: Who’s Next. Esta plataforma le abrió las puertas a una nueva visión de la industria, gracias a su conexión inmediata con Rafael Jiménez, director de Plan 8, una agencia de moda parisina especializada en la consolidación y expansión de marcas de moda, que hoy se encarga de vender y distribuir sus diseños en exclusivas cadenas de lujo como If y Linda Dresner.

Trabajar desde aquí para internacionalizar una marca implica adelantarse en el calendario. Las colecciones por temporadas se desarrollan con seis u ocho meses de antelación. Estamos en marzo, y ya hemos presentado tres: primavera-verano 2014, que sacamos adelante en octubre del año pasado. En lo que va de este año ya presentamos las colecciones pre otoño-invierno y otoño-invierno 2014”. Ahora Laura se encuentra en su taller, frente a su mesa de trazo y confección, preparando las colecciones primavera-verano 2015.

Los estándares de competitividad y producción exigen de Laura y de su equipo el desarrollo de prototipos de cada una de las piezas de sus colecciones, según cronogramas específicos. Estos se envían a París, donde se exhiben en un exclusivo showroom, al lado de otros diseñadores de diferentes partes del mundo. Allí, compradores VIP que representan casas de retail de lujo, como Opening Ceremony, eligen las colecciones que exhiben y venden en sus almacenes.

En octubre del año pasado, con el acompañamiento de Plan 8, esta diseñadora debutó por primera vez en el exterior con su marca, bajo el nombre de Laura Laurens. Desde entonces, La Casa de Greta experimentó una transformación final y dejó de ser solamente una marca de ropa para mantenerse como casa matriz, taller y plataforma creativa de Laurens. Asentada en una antigua casa del barrio bogotano Chapinero Alto, recientemente remodelada, adquirió un nuevo aire minimalista en medio del cual se presentará próximamente en exclusiva una muestra de la marca de lujo japonesa Comme des Garçons.

Military Collection es el nombre de la colección primavera-verano 2014 de edición limitada, manufacturada por completo en Colombia, con la cual Laura presentó por primera vez la nueva etiqueta homónima. Las telas de uniformes militares intervenidos y transformados mediante procesos de desgaste y desteñidos, con la asesoría y colaboración del laboratorio francés Gaona, fueron el punto de partida para esta apuesta en la que los cortes deconstruidos y experimentales de sus diseños siguen siendo un distintivo. De esta colección se derivaron otras dos: pre otoño-invierno 2014, enfocada en la elaboración de chaquetería del mismo material, y otoño-invierno, con el nombre de Golden Military, en la que las incrustaciones en hojilla de oro marcan el destino de sus creaciones.

“Me enfoqué en este material porque siempre he sentido curiosidad por los uniformes y creo mucho en la idea de la transgresión a través de lo sutil. Todos estos procesos me llevaron a reconstruir ese territorio de los trajes militares que siempre está permeado por una carga negativa que logré descontextualizar”.

Precisamente, su formación como artista plástica y diseñadora empírica la ha llevado desde siempre a acercarse a los procesos de construcción y moldeo de las prendas a partir de nociones artísticas que hacen de sus creaciones algo más que una prenda de vestir. “Siempre he percibido el cuerpo como un cilindro. Es como enfrentarse a él desde lo tridimensional y no desde lo plano. Por eso mi método de patronaje es un proceso más escultórico que textil. Acudo a técnicas que vienen del subtraction cutting y, a la hora de hacer patrones, en vez de pensar en un action painting, pienso en un action patterning porque consiste en hacerlos sobre la tela in situ. No construyo un patrón para un vestido, sino que elaboro el patrón y el vestido al mismo tiempo”.

Laura concibe sus creaciones con la misma mirada con la que un artista se aproxima a su obra, partiendo de un lienzo en blanco y teniendo siempre presente cómo hacer de las prendas de vestir un punto de encuentro entre el espacio y el cuerpo. “Creo que el hecho de cubrir la figura humana con ropa es como darle una casa portátil a cada persona. Ese es el entendimiento que tengo de la arquitectura del cuerpo”.

Precisamente, dichos procesos de construcción escultóricos y líneas de cortes complejos se han convertido en la impronta de Laura Laurens, quien ha sabido demostrar que para innovar en materia de diseño basta con atreverse a experimentar a la hora del patronaje. Para los compradores en el exterior, esta visión se convierte también en un atractivo casi exótico, por ser una colombiana quien aplica estas técnicas que suelen ser propias de escuelas de diseño belgas, inglesas y japonesas como las de Issey Miyake y Yohji Yamamoto, dos diseñadores que han influenciado desde siempre sus creaciones y a quienes debe su fijación por la transgresión de los cánones tradicionales de belleza. También aplica estos conceptos en sus otras dos líneas de marca, menos experimentales y más cotidianas, disponibles y exhibidas en Número Tres, un sofisticado almacén en el centro comercial El Retiro de Bogotá, en el que comparte plataforma con Julieta Suárez y Sylvia Andrade

Siento que lo que estoy haciendo responde a una misión, a un deber, porque creo que la moda de aquí está un poco desfasada con respecto a lo que pasa afuera. Enfrentar riesgos representa un esfuerzo por lograr un lenguaje global desde la particularidad de mi marca”, confiesa Laura, quien se revela en sus creaciones como dueña de una creatividad que pinta en el panorama una nueva dimensión de la moda y que particularmente en Colombia, abre puertas a nuevas nociones de siluetas que, aunque abruptas, buscan captar la atención de mujeres arriesgadas que reconocen en la conceptualización de la ropa un nuevo lujo textil.