Flores para Nerea Camacho

Fucsia.co , 12/5/2016

La actriz española lleva un registro minucioso de todo lo que quiere hacer en la vida, para que no se le quede ningún sueño sin cumplir. A sus 20 años ya tachó de la lista ganar un premio Goya y protagonizar una producción colombiana. La belleza atemporal que reveló en La esclava blanca inspiró a FUCSIA a crear con ella una historia en la que aires coloniales convivieran con la modernidad.

Foto: Efrén Isaza. - Foto:

Tengo en una libreta todas las cosas que quiero hacer antes de morir, odio la mentira y no soporto a las personas que no dicen ‘te quiero’”. Así se presenta Nerea Camacho en su blog Next to Me. Quizás ahora Colombia hace parte de uno de los capítulos de esa especie de diario de sueños que lleva esta “escritora por impulsos”, como ella misma se define. Porque después de haber dejado este país, en el que vivió ocho meses durante el rodaje de la telenovela La esclava blanca, siente nostalgia por lo que quedó atrás.

Foto: Efrén Isaza. 

Foto: Efrén Isaza. 

“Recuerdo que cuando llegué me preguntaba ‘vamos a ver qué descubrimos’. Y me prometí aprovechar al máximo la experiencia. La verdad es que ahora cuando no estoy allá echo de menos todo… las charlas de horas y horas hasta el amanecer con Paola Moreno, quien interpretó el personaje de Remedios y que al igual que en la ficción, en la realidad se convirtió en una de mis mejores amigas. Aunque al principio me costó adaptarme a la comida, extraño los patacones y el ajiaco. Hasta las duras jornadas de grabación que se hacían más suaves gracias a los compañeros que me rodeaban. En este trabajo me pasó de todo, perdí aviones, casi me caigo de un caballo porque nunca antes había montado. Necesitaba la ayuda de dos personas para abrocharme un corsé y pese al calor y a que me gusta la comodidad y ser discreta en el vestir, me parece maravilloso haber podido meterme en un traje de época. También llevo conmigo expresiones como ‘paila’ y ‘esa vaina’ que se me pegaron”. Incluso pierde un poco el acento español cuando las pronuncia.

La actriz confiesa que la imagen que tenía de estas tierras no era precisamente la mejor, debido a lo que había visto en los medios. Sin embargo, asegura que quedó con ganas de volver: “Me encanta ese clima tropical, cómo pasas del frío de Bogotá al calor de Santa Marta. Pero sobre todo la gente, que es tan cariñosa que te hace sentir como en casa”.

Foto: Efrén Isaza.

Foto: Efrén Isaza.

Foto: Efrén Isaza.

Al finalizar el proyecto Nerea decidió darse un respiro viajando. Pero para finales del año tiene programada una película de la que por ahora no puede decir mucho. Estudiar arte dramático es otro de los pendientes de su lista. Porque en su página web, aunque dice que se ve como una “futura estudiante de psicología infantil”, expresa que por encima de cualquier cosa es actriz, y lo anota con mayúsculas.

“La interpretación es algo que me apasiona desde que tengo uso de razón. Mis papás y mi hermana mayor me llevaban desde muy pequeña a cine y a esa edad supe que quería dedicarme a esto”. Empezó con el pie derecho porque en 2008 hizo su debut en la película Camino, que le valió el premio Goya a Mejor actriz revelación por personificar a una enferma terminal. Además, fue parte del elenco de la taquillera cinta Tres metros sobre el cielo.

“Aparte del cine me encanta leer, patinar, oír música, viajar. Ahora estoy empezando a aprender a cocinar platos que no sean tan básicos. Me encanta la repostería porque soy adicta al chocolate y a los dulces”. Reconoce que tiene un par de pasatiempos menos comunes: coleccionar esmaltes de uñas y fundas de celulares. “Soy hiperactiva, mi lema de vida es aprovechar el tiempo porque hoy estamos aquí… mañana no sabemos”.