Sexo

Guía completa sobre el placer femenino

Revista Fucsia, 20/11/2016

¿Sabías que además del punto G, existen el A, el K y el U, por mencionar algunas letras? Esta es una guía para encontrarlos y estimularlos sola o en pareja, y así experimentar todo un alfabeto del placer.

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Aunque en cuestiones de sexo la práctica es más divertida que la teoría, el orgasmo femenino ha sido centro de muchos debates científicos. Algunos estudiosos del tema han establecido que hay dos vías de máximo placer: la estimulación del clítoris y la penetración vaginal. Luego, algunas feministas empezaron a darle crédito solo a la primera forma, argumentando que la otra no existía y era un simple mecanismo de dominación masculina.

Y hace un par de años una investigación arrojó como resultado que el famoso punto G, el Santo Grial de la anatomía de la mujer, no era más que un mito. ¿A quién creerle? “No importa de dónde vengan las sensaciones, lo primordial es vivirlas”, comentó a FUCSIA María Eugenia García, especialista en fisioterapia pélvica y docente de anatomía. Explica que las diferentes regiones del cuerpo que se caracterizan por una alta concentración de terminaciones nerviosas tienen el potencial de ser estratégicas, como los pezones y las áreas detrás de las orejas y de las rodillas. En cuanto a la zona íntima no solo existirían clítoris y punto G, sino A, K y U. “Sin embargo, hay que partir de la autoexploración para que cada quien identifique sus puntos, toques y ritmos favoritos, y cómo y cuánto se demora en alcanzar el orgasmo”.

Las coordenadas de los orgasmos:

PUNTO C

“Lo primero que les pregunto a mis pacientes en consulta es si ya vieron a la virgen, haciendo una analogía con la apariencia de esta zona. Porque si ponen un espejo entre las piernas y abren los labios mayores pueden ver el clítoris que es como la cabeza, mientras que los labios menores se asemejan al manto que la recubre”, cuenta la experta. La artista norteamericana Sophia Wallace, autora de la exhibición Cliteracy, definió al clítoris como “un iceberg”. De ahí la importancia de estimular de afuera hacia adentro toda el área y no solo el “botón”. García lo describe como el punto que causa el orgasmo más explosivo, aunque no el más duradero, tipo corrientazo. Incluso queda tan sensible que para algunas el placer puede tornarseen exasperación. Es de fácil acceso, el roce de la ropa puede estimularlo. Sirve cualquier pose en la que el pubis del hombre tenga contacto con el clítoris.

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PUNTO A

Se encuentra en la pared anterior de la vagina, al igual que el G, pero a mayor profundidad. “Está cerca de la pared de la vejiga y es responsable de que haya una mayor lubricación. Esas ganas de orinar que muchas mujeres manifiestan se deben a que se activan las glándulas de Skene, relacionadas con la eyaculación femenina”, señala la catedrática. Su consejo es que no se contengan sino que se relajen y suelten el líquido que tenga que salir. “Es quizá el que produce mayor excitación, eléctrica pero extendida; por eso el deseo de que el pene no sea sacado. Es el responsable de las oleadas multiorgásmicas, pues no queda tan sensible como el clítoris. Al igual que sucede con la mayoría de los puntos, se contraen los músculos uterinos y pélvicos, y por tanto se genera una sensación multisistémica”.

A unos 8 cm desde los labios, en la parte anterior de la vagina. Meta el dedo índice casi totalmente y ejerza presión hacia adelante como haciendo el movimiento de “ven”. El ritmo y la intensidad dependen de cada mujer.

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PUNTO K

Es también conocido como “el pasaje misterioso”. En la década de 1990, la psicóloga norteamericana Barbara Keesling se refirió a una zona casi que oculta e inaccesible, ubicada en la frontera del cuello uterino que durante el orgasmo tendría la capacidad de ensancharse para recibir la cabeza del pene, creándose una succión generada por las contracciones musculares. “La sensación que se obtiene es muy placentera, pero es difícil ubicar exactamente de donde proviene porque no es tan puntual, pues se estimulan varios órganos internos cuando se presiona el útero”, aclara García. Experimentos han demostrado que mujeres con lesión en la médula espinal, que no sienten el clítoris, pueden tener orgasmos cuando se les toca el cérvix. “Aquí el tamaño sí importa, porque se debe llegar hasta el cuello del útero”, apunta García. “La buena noticia es que el pene colombiano promedio mide entre 9 y 14 cm, así que puede intentar alcanzarlo”. El cérvix se siente más firme que la textura esponjosa de la vagina. La presión firme aunque moderada es mejor que empujar constantemente.

PUNTO U

Es el de la uretra y se ubica justo debajo del clítoris. “Se trata de una zona que ayuda a aumentar y experimentar las sensaciones placenteras, más que a alcanzar un orgasmo”, opina García. Se estimula directamente sobre la uretra, que es el conducto por donde pasa la orina y está entre el clítoris y la vagina. La lengua, un dedo y el pene son los mejores aliados de esta área de fácil acceso. La presión no debe ser fuerte sino firme, para evitar un trauma uretral que derive en cistitis e incontinencia urinaria.

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PUNTO G

Debe su nombre al ginecólogo alemán Ernst Gräfenberg, quien hacia 1950 habló de una zona erógena de textura algo rugosa ubicada a la entrada de la vagina. “La sensación que se consigue tal vez no sea tan explosiva, y no necesariamente es la del grito de placer que muchos hombres suelen esperar, pero sí es profunda y prolongada –expresa García–. Puede experimentarse una excitación deliciosa que se mantiene en el tiempo”, y produciría reacciones como el temblor de pierna y una energía eufórica. Introduzca el dedo índice un centímetro a la entrada de la vagina en la pared frontal. Con el dedo volteado imite el movimiento de “ven”. “Por eso se dice que solo la puntita”, bromea la fisioterapeuta del piso pélvico María Eugenia García. Los toques firmes y fuertes o los toques firmes pero sutiles y rítmicos podrían funcionar mejor que la fricción.