Pilar Gutiérrez, a la luz de un buen libro

Revista FUCSIA, 14/12/2014

Pilar Gutiérrez fundó Tragaluz Editores, una editorial independiente que surgió en Medellín y que cumple nueve años. Hablamos con ella sobre cómo ha sido mantener la fe y creer en los libros de papel.

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Lleva nueve años a cargo de Tragaluz. ¿Cuál es su balance del proceso? 

Muy positivo. Desde que empezamos con la editorial en 2005 sabíamos que era un reto y que solo la pasión y el trabajo constante nos sacarían adelante. Hoy tenemos un fondo consolidado con nueve colecciones y una línea de servicios editoriales que se fortalece día tras día. Hemos publicado 62 libros con el sello Tragaluz y alrededor de 200 para otras empresas y personas. El posicionamiento del sello ha sido complejo. No hemos descansado hasta saber que los lectores nos reconocen. Los premios, sin duda, nos han impulsado, pero lo más importante ha sido el trabajo en redes sociales. Los contenidos, los diseños, las ilustraciones, todo lo que produce Tragaluz se comparte con una comunidad fiel y enamorada de lo que hacemos. 

¿Cómo define su línea editorial? ¿Cuál es la apuesta que hacen en términos gráficos y en qué consiste el trabajo que hacen con los ilustradores?

Somos una editorial delicada, para nosotros cada uno de los pasos de la cadena editorial es tan importante como el siguiente. Partimos de una buena selección de textos y de allí se desprende todo. El diseño del objeto y la ilustración son como dos homenajes que les hacemos a esas palabras que merecen quedar guardadas por mucho tiempo y de la mejor manera. 

La apuesta gráfica consiste en lograr que cada libro sea único, que al comprarlo sientas que no hay otro igual a ese, que desde la portada hasta el colofón, el libro sea un deleite para los sentidos. La ilustración es un trabajo tan complejo como la selección del texto. Empezamos con la escogencia del ilustrador adecuado para cada texto y seguimos con un trabajo minucioso en el que el resultado de esa ilustración debe ser como otro texto, que esta le cuente algo nuevo al lector, es decir, que el libro posibilite dos lecturas. 

¿Por qué Medellín necesitaba de un sello como Tragaluz? 

Porque ofrecía muy pocas editoriales y ya era hora de abrir una donde los escritores e ilustradores de la ciudad sintieran que tenían las puertas abiertas. Pensar en viajar a Bogotá cuando tenías una propuesta editorial era lo primero que hacíamos los paisas y no era justo, puesto que en Medellín ya había gente formada para la creación de libros y talento por todas partes. 

¿Cuál cree que es el futuro del libro en una época tan tecnológica? 

Creo que ese libro objeto será cada vez más apreciado. Todos leeremos libros digitales, pues es un gran aporte de la tecnología, muchos más libros están ahora al alcance de los lectores y así debe ser, que la lectura no sea un privilegio de pocos. El libro impreso nunca desaparecerá, pero hacerlo implicará cada vez un mayor compromiso.

Sus recomendados
Guadalupe Nettel: El cuerpo en que nací. Es la autora que estoy leyendo y me tiene atrapada por su escritura transparente, fluida y desprovista de juicios.

Herman Melville Bartleby, el escribiente. Por su carácter revolucionario y anárquico.

Afonso Cruz. El pintor debajo del lavaplatos.  Todo el libro, en su manera de ver el mundo, es la demostración de cómo el arte sirve para ver el interior de las cosas, esas que normalmente no vemos.