Personajes

La creatividad cinemática de No Somos Hermanos

revista FUCSIA, 20/7/2014

Para Camilo Espitia y Felipe Polo, creadores de la productora No Somos Hermanos, el trabajo como fotógrafos y realizadores audiovisuales consiste en explorar y atreverse a crear. Así cuentan con imágenes el mundo de la moda.

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No en virtud de un golpe de suerte, sino como producto del buen trabajo en equipo, Camilo Espitia y Felipe Polo han alcanzado un nuevo reconocimiento en el mundo de la fotografía.

Esta dupla se conoció en Argentina por casualidad: mientras que Felipe estudiaba diseño digital y se interesaba por la fotografía, Camilo estudiaba iluminación y se movía ya en el campo de la moda, terreno que ahora dominan juntos. Su afinidad no fue inmediata, pero consideraron que el primer paso para un flujo de trabajo exitoso era aplacar el ego. 

Cuentan que la similitud de sus temperamentos generó choques en un principio, pero sus intereses en común y la disposición de trabajar en proyectos con disciplina y pasión fueron razones de peso para empezar a transitar un largo camino profesional en el que llevan cinco años de trabajo en conjunto, dos de haber puesto a funcionar su productora, y un total de doce en formación como fotógrafos independientes. “Nos parecemos mucho. Ahí empezó la amistad, y nos preguntaban tanto que si éramos hermanos que la respuesta le dio el nombre a nuestra firma: No Somos Hermanos”, cuenta Espitia.

Conservando la naturalidad de una conversación entre amigos, la moda les ha permitido expresarse creativamente, más allá de las exigencias corporativas, e integrar a sus referentes su gusto por el cine, la pintura y la ilustración. El trabajo habla por sí solo: les ha abierto las puertas en Estados Unidos y Argentina, en donde trabajan para diseñadores de autoría, y les ha permitido trabajar con modelos de marcas como Yves Saint Laurent y publicar en Vogue Italia. 

Reconocen que en Colombia aún existe un reiterativo concepto de “catálogo” que se enfoca principalmente en la modelo: “Acá ella es casi siempre la protagonista de las fotos porque no hay una cultura de la estética del vestido. Entendimos la importancia de crear una imagen que no solo se vea armónica sino que permita contar una historia”, dice Polo. 

Los fashion films son un género muy incipiente en Colombia. Estas microhistorias son nuevas versiones de las editoriales de moda impresas, ventanas de alta producción que llegan más rápido al público a través de las redes sociales. Mientras la fotografía sugiere y apenas evoca una historia, con el video se imprime movimiento y se aterriza una trama. Y para lograr una buena imagen, todo representa un componente básico: la locación y arquitectura adecuadas, los accesorios, el maquillaje, la ambientación y la iluminación.


Según sostienen ellos, este es un campo abierto para arriesgarse, especialmente en Colombia. Lejos de imitaciones, Felipe Polo y Camilo Espitia cosechan ideas con estética propia desde sus bocetos hasta el producto final, y asumen el reto de ganar espacio en otros países, ahora en Latinoamérica, y pronto en Europa.