higiene

Sanos y fuertes

, 9/8/2011

Desde el tipo de pañal hasta el jabón con el que se lava las manos influyen en la higiene y la salud de tu hijo. Consejos y recomendaciones para una vida sana y tranquila.

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Los cuidados de una madre nunca serán suficientes. Ellas siempre velarán porque sus pequeños, así ya no lo sean tanto, se abriguen, coman bien y se mantengan aseados e impecables. Desde el día en que los ven nacer se preocupan por bañarlos con todo cuidado, ponerles bien el pañal, limpiarles la colita y protegerlos de sarpullidos, quemaduras, rozaduras y gripas pasajeras, por sólo mencionar algunos de los males que están ahí, acechantes. Antes que nada, toda madre debe saber que a un bebé no se le debe aislar por completo de los gérmenes. Hacerlo, evita que se fortalezca el sistema inmunológico. Aunque todo recién nacido debe ser tratado con altas medidas de higiene, la asepsia total no es buena, pues no ayuda a crear defensas.

El baño
El aseo de los niños debe ser constante y se les debe inculcar a medida que van creciendo. Una de las primeras cosas que una madre primeriza debe aprender a hacer es a bañar a su hijo.
 
Previamente a realizar lo que en un futuro se convertirá en un ritual diario, se debe asegurar de que todo lo que se va a utilizar (toalla, jabón, champú etc.), esté listo y a la mano. Antes de meter a tu hijo en el agua, toma la temperatura con un termómetro. La sugerida es entre los 35 y 37 grados centígrados (la misma de su cuerpo).

Al sacarlo del agua, lo mejor es envolverlo en una toalla que le cubra la cabeza y empezar a secarlo con suavidad, parte por parte, y deteniéndose con especial cuidado en los pliegues de los brazos y piernas. Para secar algunas zonas delicadas como los lacrimales o la nariz, se puede utilizar una gasa húmeda. Es bueno hidratar con alguna crema o aceite sin alcohol. Nunca apliques colonia sobre la piel de tu bebé, házlo sobre su ropa o el cepillo con el que lo peinas; y ten cuidado de revisar que ésta sea adecuada y libre de químicos fuertes y de alcohol.

Con el tiempo, tu hijo va desarrollando la conciencia de las cosas. Le puedes ir enseñando la forma correcta de darse una ducha, y los lugares de su cuerpo a los que les debe prestar más atención. Lavarse los dientes mínimo tres veces al día es una rutina que debe adquirir desde sus primeros años para una buena salud oral.

Acostúmbralo a lavarse las manos, ya que es por ahí donde están más expuestos a los peligros de los gérmenes y bacterias. Usar jabones antibacteriales es la mejor manera de mantener tu casa libre de enfermedades. Ya se encuentran en el mercado del tipo que pueden ser usados sin agua, además, es un buen elemento para llevar en la cartera y para incluir en la maleta escolar de tus hijos.

También, su uso es muy recomendado si el niño tiene mascotas. Anímalo a lavarse las manos después de jugar con ellas, especialmente antes de comer o tocar alimentos. Contrario a lo que muchos piensan, un animal doméstico no es un foco de infecciones para los más pequeños. Si se cumplen las reglas de higiene, un perro o un gato pueden ser de gran ayuda en la educación de los niños, ya que fomentan su afectividad; al tener que darle de comer y sacarlo a pasear crea actitudes responsables y genera una sensibilidad de protección hacia los seres vivos y la naturaleza.
Nutrición
De la alimentación de tu hijo depende el futuro de su salud y su formación física. Los pediatras recomiendan que en los 6 primeros meses de vida los bebés se alimenten de leche materna. Si por algún motivo no puedes hacerlo, se debe escoger la fórmula que sea más cercana a ésta para suplir todos los requerimientos de esa nueva vida. La elección de los alimentos en el primer año es muy importante porque es en esta etapa en la que los niños más crecen. Además de ayudar en la sana formación física, se comienza a establecer hábitos alimenticios para el día de mañana. Antes de los 4 meses no se le deben dar alimentos sólidos al bebé, a menos que lo recomiende el pediatra.
 
Hacerlo podría aumentar las posibilidades de desarrollar alergias a ciertos alimentos. Es importante que en la dieta diaria de tu hijo haya un alto contenido de vitamina D, un elemento esencial, ya que su carencia provoca el raquitismo. Sin vitamina D no hay calcio que valga, pues es gracias a ella que los huesos pueden recibirlo. Una buena fuente de esta vitamina son los pescados como salmón, sardinas o atún, y verduras como las acelgas.

En gran medida, los gustos de los niños a ciertas comidas dependen de los padres. Un estudio, realizado por la Universidad de Minnesota con niños de 12 años, demostró que aquellos en cuyas casas se servía comida sana son más propensos a adoptar buenos hábitos cuando crezcan. 
 
Para evitar la pañalitis
• Cambia frecuentemente el pañal. 5 ó 6 veces al día en un niño entre 6 y 12 meses.
• Limpia muy bien la entrepierna para evitar las acumulaciones de deshechos orgánicos.
• No utilices talcos. En vez de mantener la piel seca evitan que los poros respiren.
• Utiliza cremas con oxido de zinc o vaselina. Éstas ayudan a mantenerlo seco y a que los deshechos no se adhieran a la piel.
• No a la maicena o cualquier remedio casero.

Otro enemigo qué batallar es el sarpullido. No es grave, pero puede ser molesto. Aparece cuando el bebé está muy acalorado. El exceso de sudor hace que sus poros se tapen y se formen pequeños bultos rojos en la piel. Cuando aparecen, se ven primero en los pliegues de brazos y piernas. En ese momento se debe llevar al niño a un ambiente fresco, y quitarle o aflojarle la ropa para así evitar que se extienda por el resto del cuerpo.

La dermatitis es otra de las enfermedades de la piel común entre los niños y puede indicar posibles alergias o desordenes inmunológicos. Algunos de los síntomas son inflamación, color rojizo y picazón. En casos severos se crea una costra dura que luego produce descamación. Existen dos tipos de dermatitis: por contacto y atópica.

La dermatitis por contacto se presenta cuando la piel es expuesta a jabones, detergentes o productos químicos que crean un eczema pasajero y tratable. Aunque existen remedios caseros es preferible acudir al pediatra.

En la mayoría de los casos, la dermatitis atópica se manifiesta en el primer año de vida. Esta enfermedad se puede prolongar, pero no dura toda la vida. 90 por ciento de los niños alcanzan una curación total.

Los primeros indicios de que tu hijo sufre de esta enfermedad se manifiestan después del segundo mes de vida. Una pequeña grieta de color rojo en el lóbulo de la oreja puede ser el primer síntoma. Luego pueden aparecer en las mejillas, el mentón o la frente. La rasquiña constante no sólo altera la tranquilidad del niño, sino que al rascarse puede producirse heridas que pueden producir infección.

Aunque cada caso es distinto y debe ser tratado por un especialista, algunos de los tratamientos son dieta especial, ponerle ropa 100% algodón lavada con jabón no irritante, terapia tópica con cortisona para disminuir la inflamación, antihistamínicos para controlar la picazón y antibióticos en caso de infección.

Receta saludable
Monedas de zucchini

Ingredientes
2 zucchini grandes
2 huevos grandes
Miga de pan

Preparación
Lava bien el zucchini y sécalo. Córtalo en círculos asemejando monedas. Precalienta el horno en 200°C. Bate los huevos en una taza y pon la miga de pan en un plato aparte. Hunde cada pedazo de zucchini en el huevo y después en la miga de pan. Sacude para evitar excesos. Pónlos en filas sobre una refractaria y rocía aceite de oliva. Deja cocinar por 10 minutos o hasta que estén dorados. Échales un poco de sal y ya están listos para servir.



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