"El rock movió al mundo": Tommy Hilfiger

Pilar Castaño, 16/10/2014

El diseñador presentó su más reciente trabajo. En este revive las osadías del rock y recrea las apuestas estilísticas de figuras emblemáticas como Janis Joplin, Bob Dylan y Jimmy Hendrix. Entrevista exclusiva con FUCSIA.

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Por Pilar Castaño

Cuando llegué a Nueva York, a las oficinas centrales de Tommy Hilfiger, el día antes de la presentación de su desfile de primavera/verano 2015, nunca me imaginé lo que la música significaría para el diseñador americano. Encontré a un hombre rubio, de anteojos, con algunas canas, de aspecto joven y descomplicado, sonriente y amigable, llevando una camisa blanca suelta con el logo de su marca y los jeans que lo han acompañado siempre.

Conoce la colección, en imágenes: 'El "espíritu libre" de Tommy Hilfiger en la NYFW'

Tommy Hilfiger nació en Elmira, Estado de Nueva York, en 1951. Comenzó diseñando y vendiendo jeans, sin haber estudiado diseño. “La gente siempre quiere algo inesperado y emocionante. Eso es lo que me motiva”. Ese fue el leitmotiv de su comienzo, cuando inventaba prendas inesperadas para la gente joven. Desde el inicio, Hilfiger se apoderó del sueño americano como su causa permanente. Se inspiró en las Ivy Leagues, las universidades americanas y los estudiantes en sus campus, y así empezó a crear ropa preppy: blazers azules con escudos, suéteres estilo cárdigan, gabardinas y distintivas camisas de tres botones, con una paleta de colores –los de la bandera americana– que se convertirían en su distintivo, y de allí se lanzó a diseñar ropa deportiva.

Para nuestro encuentro, me recibió en su amplia oficina donde estaban colgadas las setenta salidas de su colección de primavera/verano 2015. Antes de mostrármelas y de explicarlas, me llevó hacia el Mood Board, un panel gigante lleno de fotos montadas por él, con las vestimentas de David Bowie, Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Simon & Garfunkel y muchas de las estrellas de los años setenta.

La música siempre ha desempeñado un papel preponderante en su inspiración. Por eso, no en vano escogió en 2004 a su amigo, el ícono inglés David Bowie, para lanzar junto a su esposa, Iman, la campaña de su línea de lujo H. “La moda de la música tiene un antes y un después, y eso tiene un nombre: David Bowie”, confiesa Hilfiger. Ya a mediados de los noventa había hecho clara esta devoción por los estilos osados de los músicos cuando la prensa le preguntó qué pensaba de ver a las estrellas de color del hip-hop vestidas con su ropa: “El estilo es importante en cualquier tipo de música”. Le pregunto entonces:


¿Por qué una colección tan roquera?


Los jóvenes de hoy tienen a la moda para conocer la importancia de un estilo que vistió a los intérpretes que deslumbraron con sus canciones. El rock movió al mundo. La música estimula todos los sentidos. La moda ha cumplido un papel fundamental en el imaginario musical. Antes de la televisión y de los videos, los cantantes se oían pero no se veían. Sin el estilo, la moda y el brillo de los distintos diseños, los cantantes no tendrían un distintivo de su aura personal. Eso se lo deben a la moda. ¿Qué habría hecho Michael Jackson sin la moda? El rock, desde mi adolescencia, junto a mis hermanos Billy y Andy, ha sido esencial en mi formación como persona y como profesional. Hoy, con esta colección rock, quiero devolverle a la música, como un homenaje, todo lo que me ha dado en la vida. Además de The Beatles, The Rolling Stones y los cantantes de soul, en las décadas del sesenta y setenta viví en Elmira el reflejo de la influencia que íconos como Hendrix, por ejemplo, tuvieron en la moda norteamericana. Personajes como Janis Joplin, Bob Dylan, Jefferson Airplane, The Doors y muchos, muchos más talentos musicales.


¿Cuáles son sus prendas favoritas?


Los jeans siempre, una camisa cómoda y botas vaqueras, y en el trabajo unos tenis blancos muy cómodos.

Su marca se ha expandido muchísimo: accesorios, perfumes, además de ropa. Su nombre está en todas partes. ¿Eso le gusta?

Sí, es un orgullo. Es el resultado del trabajo de un gran equipo, de gente talentosa que me apoya y que me inspira. Soy parte de la moda urbana, tanto con unos jeans supercómodos como con un bien cortado esmoquin, un bello vestido de noche, un abrigo de espina de pescado, una gabardina o una chaqueta de cuero, una cartera espectacular o unas gafas de sol.


Hábleme más detalladamente de esta colección.


Es mi tiempo, mi época, lo que me formó. El rock y la música. Fue muy divertido crearla. Escogí materiales originales. Mire este atuendo de jeans en patchwork, chaleco y cachucha, como para Bob Dylan [risas].

¿Y este abrigo de piel?

¡Ah!, son mis abrigos de piel sintética con estrellas gigantes como para Janice Joplin.

Así me fue mostrando cada pantalón de satín brillante, de rayas vino tinto, dorado y azul, los botines de cuero nacarado con tacones cuajados de estrellas, los pantalones de bota campana, los suéteres mallados XL, brillo, lurex, muy roqueros, muy bellos. Una colección distinta, innovadora, moderna. Seguro será muy comercial. Para despedirme, después de recorrer su colección, me recordó que me iba a sorprender al día siguiente con el montaje de su pasarela. Me vaticinó que era algo que lo definía.

Justamente cuénteme ¿cómo se autodefine?

¿Usted cómo me definiría? [Me contrapreguntó].

Lo veo como el diseñador del sueño americano. [Se rió y agregó]:

Claro, yo, a mis 63 años, me considero un tipo cool y muy alegre, y no dejo de querer crear cada día.

Al día siguiente llegué al Armory Park en Park Avenue, en el Upper East Side, un lugar emblemático, una construcción gigantesca de ladrillo rojo, para asistir a la presentación. En la calle había colas interminables de fashionistas, periodistas y clientas de Hilfiger, que lo han acompañado a lo largo de su carrera. En el gran salón, una pasarela impresionante de flores naturales, con una gran estrella en la mitad. Anna Wintour, en primera fila, al lado de Susy Menkes, Rihanna y Alexa Chung, y muchas invitadas VIP y de prensa, venidas de todo el mundo. La pasarela, un gran jardín cubierto de flores, begonias de todos los colores que nos recordaban a los Flower Childs de los años setenta, los conciertos, los hippies, la libertad y la felicidad. En el fondo, un inmenso aviso en bombillos de colores con el nombre de Tommy Hilfiger y una banda de música en vivo.

Se apagaron las luces y con la música de fondo de Sargent Peppers Lonely Heart’s Club Band apareció Giorgia May Jagger con una casaca militar de colas y charreteras, y la clásica gorra de motociclista. Y comenzaron a salir todas las modelos con las prendas icónicas que marcaron una época alucinante en el mundo de la música: capas, shorts, minifaldas y minivestidos bordados en piedras de colores, túnicas de rayas en lamé, suéteres tejidos, jeans en retazos en distintas tonalidades, chaquetas de flecos, abrigos militares con charreteras y abotonadura metálica, botas militares, frescura total. Una colección joven y renovadora en lurex, gabardinas rayadas, terciopelos y pieles.

Nadie salió sin haber sentido el mood del “Submarino amarillo”, el amor por la juventud, la sacudida que dejan la música y la primavera llena de flores. Una pasarela inolvidable que dejó ver la renovación de Tommy Hilfiger.