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Un héroe

Revista Fucsia, 16/7/2008

Todo en él es antiheroico: su apariencia, su conducta y sus hazañas. Cuando todos lo ven como una causa perdida, Hancock emprende un valiente cambio que lo lleva a ganarse el respeto y el aprecio de la gente. Charlize Theron habla sobre el filme. Por Amira Abultaif Kadamani

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Hay héroes, hay superhéroes, pero sólo un tipo como Hancock (Will Smith). Tiene poderes excepcionales como volar y saltar a alturas que superan la atmósfera terrestre y a velocidades supersónicas, pero se la pasa borracho, amanece tirado en cualquier banca de la ciudad donde reside —Los Ángeles— y vive de pelea con los transeúntes. Más que sus proezas heroicas, lo verdaderamente sorprendente son los desmanes derivados de ellas: vidrios rotos, edificios destruidos, calles con cráteres, postes torcidos, vehículos despedazados, entre otros. Por eso, la gente le huye y lo quiere lejos, y ese desprecio de la sociedad no hace sino ahondar su soledad y amargura al no saber quién es, de dónde viene y por qué es un ser diferente.

Nervioso, conflictivo, inseguro, sarcástico e incomprendido, Hancock vaga por la ciudad sin rumbo soportando los insultos de la gente, que repetidamente le dice que es un idiota, lo que genera en él una furia destructora. Sin embargo, las cosas empiezan a cambiar luego de que le salva la vida a Ray Embrey (Jason Bateman), un relacionista público quien, en agradecimiento, le propone ayudarlo a cambiar su imagen hasta hacer de él un héroe admirado y aclamado. La esposa de Ray, Mary (Charlize Theron), lo desanima diciéndole que sus esfuerzos serán infructuosos, pero él insiste en ayudar al antihéroe. Comienza entonces un reto personal para ambos, Hacock y Ray, que deja al descubierto la verdadera naturaleza de Mary y pone en peligro a su propia familia.
Theron, la galardonada actriz surafricana, habla sobre esta nueva comedia y cinta de acción en la que se enfrenta a Hancock como una heroína en la sombra.

¿Qué fue lo primero que le atrajo de este guión?

Su sencillez. Es un texto pegajoso. Me parece que con Hancock, Will Smith está a punto de desarticular todos los prejuicios en torno al cine independiente y al mundo de los éxitos taquilleros. La gente está segura de que las mejores actuaciones se despliegan en el mundo independiente y que los grandes éxitos son sosos y se componen solamente de acción y efectos especiales. En otras palabras, se supone que un actor actúa en grandes producciones porque el dinero es bueno. Will dará al traste con esta noción porque el material con el que tuvo que lidiar no se aleja demasiado de la esencia del cine independiente. Él trabajó con gente talentosa y eso fue lo primero que me atrajo. Es una cinta hermosa y compleja, y me agrada el conflicto en el que los personajes se encuentran inmersos.

Como actriz, ¿suele exigir que cada proyecto sea único y distintivo?

Sinceramente, lo único que me parece importante es la historia. Mi trabajo consiste en contar buenas historias, y como actriz, mi deber es contribuir al enriquecimiento de éstas.

Hancock es un superhéroe que comete errores, y vivimos en un mundo que no puede soportar la noción de un héroe falible. En este sentido, ¿le parece que esta película quiere destacar la condición humana?

Adoramos los equívocos. Sabemos de la existencia de numerosas revistas cuyo único propósito parece ser regodearse en los errores de los demás. Y esto se ha convertido en una especie de moda, y revela muchas cosas acerca del tipo de sociedad en el que vivimos. Nos gusta ver a la gente famosa sin ropa interior, nos emociona saber que han sido arrestados. Me gusta la idea de que un héroe por antonomasia —el superhéroe que pertenece a un género a todas luces predecible— termine sometiéndose a condiciones y circunstancias mucho más humanas. La condición humana es fallida, pero jamás se nos ocurriría que un superhéroe podría no estar exento. Tenemos aquí a una persona que se ha dedicado a este asunto desde hace mucho tiempo. La rutina lo tiene harto, así que para distraerse le gusta beber y manosear los traseros de las jovencitas.

En la historia, ¿cómo describiría su relación con Hancock, al quedar claro que usted no quiere que su esposo le brinde ayuda a este hombre?

Tiene que ver con el miedo. Ella le teme a su propia conducta y sabe que no puede estar con una persona así, porque los dos sintieron una química muy fuerte y peligrosa. Si él permanece cerca, ella tendrá que ceder y someterse a esta atracción, pero se resiste, porque esto acabaría con la familia perfecta que ha construido con tanto empeño.

Hancok es un superhéroe y, por ende, debe ser tratado de distinta manera, pero en realidad podría tratarse del trato otorgado a cualquiera que se distinga de los demás. ¿No le parece que esta cinta denuncia la segregación social?

Se relaciona íntimamente con todo lo que mencionas. La idea de que un superhéroe se sienta distinto a los demás es algo con lo que muchos se podrán identificar. Honestamente, cada uno de nosotros es distinto. El asunto es saber cómo son juzgadas estas diferencias y, además, no es fácil vivir en un mundo que te señala constantemente.

Los superhéroes siempre tienen alguna falla y su fragilidad humana suele formar parte integral del relato. A pesar de sus poderes especiales sienten miedo. ¿Hancock encarna algo de todo esto?

Claro, la cinta ha extremado estos rasgos. Nunca antes habíamos visto a un superhéroe que se sintiera tan incómodo. Resulta problemático verlo durante el primer acto porque el personaje no es una buena persona. No se trata tan sólo de un superhéroe que se ha cansado de salvar a la gente. Este tipo no es sociable y se pasa la vida borracho. Es imposible entablar una conversación normal con él. Todas estas características implican un gran sentido del humor, pero a la vez permiten que una verdad emerja en los dos últimos actos. Así, todo se transforma en una historia auténticamente humana.

¿Qué pensaba de las tiras cómicas y los superhéroes durante su infancia y adolescencia?
Nunca pertenecí a ese mundo, así que no era de las personas que pasaban días enteros en una fila para adquirir el cómic o ver la nueva cinta de Batman o Supermán. Lo que más me atrajo esta vez fue el verosímil tratamiento de la condición humana.

¿De qué forma Will Smith contribuye en el set?

Esta es la segunda vez que trabajamos juntos, pues la primera fue en The Legend of Bagger Vance, hace ocho años, junto con Matt Damon. Los tres nos entendimos y divertimos mucho durante la filmación. Will es un actor fenomenal. Es increíblemente inteligente; parece comprenderlo todo y es una auténtica fuente de inspiración. Su trabajo es crudo. Lo que me hace amarlo apasionadamente es su decisión de ir adonde sea necesario con tal de obtener lo necesario.=