Vallenato con 'beat'

Electrofolk
¿Qué es lo más atractivo de la fusión electrónica-vallenato de Armadillo?
La fusión de la electrónica y nuestra cultura. Esta permite que nuestro folclor, nuestra identidad (o desorden de identidad), evolucionen o se reimaginen, y ganen relevancia en el contexto actual, y lo más importante, que ganen un espacio dentro de la cultura global.

¿Qué tan complicado fue combinar estos dos géneros musicales?
Tuvimos algo de dificultad, sobre todo cuando se trataba de respetar la estética y la identidad del ritmo tradicional que trabajamos. No solo se trata de ponerle un beat al acordeón, consiste tambien en entender el fraseo y la intención.

¿Un descubrimiento musical reciente?
Tuve la oportunidad de ver en el Festival Petronio Álvarez en Cali de este año a Mamour Ba, de Senegal. Lo que escuché fue una propuesta que le compite hasta a la electrónica alemana más sofisticada. Recomendadísimo.

¿Cuál fue la perla que encontraron en sus visitas a Valledupar?
La buena onda y la coincidencia nos llevaron a conocer a grandes músicos en Valledupar. Dos de ellas que resultaron tener unos “vozarrones” que le dieron mucha trascendencia al ejercicio creativo que hicimos en esa ciudad.

¿Cuál fue el primer disco que compraste?
Recuerdo dos discos que compré de pelado. Fabulosos Calavera de los Fabulosos Cadillacs, y In Dust
We Trust de Chemical Brothers, sin duda influencias musicales muy fuertes para mí.

Una canción para cantar en karaoke.
Siempre me canto a grito herido Vivir lo nuestro de Marc Anthony con La India.

Una canción para dedicar.
25 horas, de Proyecto Uno.