Decoración

La estética del espacio

Revista FUCSIA, 18/2/2013

Sofía González y Rodrigo Montalvo son dos almas gemelas en el campo laboral. Su fascinación por la dirección de arte los unió en la creación de escenarios únicos para diversas publicaciones nacionales. Ellos le dieron vida propia a la locación en la editorial de moda “Fusión de culturas”.

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En el arte, como en el amor, el destino une a las medias naranjas. En esta ocasión, el lazo que se tejió entre Sofía y Rodrigo fue el amor al arte. Tras encontrarse en un diplomado de dirección de arte para cine y televisión, los dos unieron fuerzas e ideas para comenzar a trabajar en equipo.

Ella, como asistente del fotógrafo Germán Prieto, hizo sus primeros intentos en la adecuación de espacios para fotografía, mientras que él, tras culminar su carrera de artes plásticas en la Universidad de los Andes, logró entrelazar su afición a la pintura con la curaduría de su propia exposición de retratos. Así fue el comienzo de estas dos jóvenes promesas de un campo que se está abriendo su propio camino en nuestro país. Aunque ellos mismos se definen como diseñadores de escenarios, sus colegas directores de arte y fotógrafos los señalan como “creadores de pequeños universos”.

En agosto del 2012, este dúo decidió tomar riendas en el asunto de su negocio y formar su propia empresa, Devorah Goldd, para comenzar a producir escenarios para revistas de moda y decoración en Colombia. Una oferta irrenunciable que les llegó fue encargarse de la inauguración del Mundial de Taekwondo en Tunja el pasado mes de diciembre. Después de esto la primera parada la hicieron en la revista Infashion, con la que tuvieron la oportunidad de hacer su primera editorial enfocada en tendencias de la industria textil.

A pesar de que Rodrigo dice no conocer mucho del “tema”, él sabe que junto a Sofía, con la estética de mujer y su pasión por la moda, tienen todas las de ganar. “Yo me encargo más de la ejecución, de mostrar una línea narrativa a través del lenguaje visual de los elementos, como si fuera una película”, anotó Montalvo mientras armaba el set para la editorial de este mes.

Con elementos autóctonos de las culturas indígenas colombianas, además de piezas de mobiliario contemporáneo y hasta un perro, los editores invitados para esta edición tuvieron la libertad de jugar con colores, texturas y demasiados referentes tanto nacionales como internacionales para recrear el concepto de multiculturalidad.

“Me gusta crear universos para momentos cortos. Es tan efímero, pero lo que más disfruto de la moda es que requiere de mucha investigación, percepciones y sentido de arte”
, afirma Sofía, emocionada por su trabajo escenográfico para FUCSIA.

La puesta en escena
Para el primer set, que se construyó con base en la cultura española, una que otra pieza hindú y elementos de los indígenas zenúes de la Costa Atlántica colombiana, los escenógrafos adornaron el espacio con sombreros en caña flecha, mantas de San Jacinto que sobresalen en el vestuario y acentos de India que se pueden observar en el maquillaje de la modelo.

El objetivo fue juntar detalles sutiles de cada cultura sin necesidad de sobrecargar el espacio con la prevalencia de una de ellas. Una paleta de colores blanco y negro se encargó de imprimirle sobriedad y elegancia a la fusión étnica propuesta.?Con una estética muy rústica se revivió a la nobleza inglesa en un set que se acompañó con detalles de la cultura tailandesa y guambiana.

Un sillón desgastado llenó de opulencia un paredón con la bandera desgastada del Reino Unido, que sirvió de fondo para que nuestra modelo luciera los ornamentos en su cuello, alegóricos a las extensiones de collares que usan las mujeres en Tailandia y África.

Aprovechando la ocasión para cuestionar los estigmas sobre las fronteras, el imaginario de la cultura peruana se unió con el mundo salvaje africano en un set planeado con objetos de Artesanías de Colombia que evocaron las festividades del Carnaval de Barranquilla con máscaras de animales.

Por su parte, toda la cultura asiática, representada por China y Japón, fue combinada con el maquillaje de los Nukak Makú, cultura aborigen del sudeste colombiano.

Definitivamente, el sin fin de culturas expuestas en esta editorial demuestra cuán pequeños y diversos son los lazos que se pueden tejer alrededor de la moda y las expresiones artísticas autóctonas.

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