Los círculos de Camilo Álvarez

Revista FUCSIA, 21/7/2014

Empezó Colombiamoda con la pasarela de este diseñador, una apuesta que para algunos era un riesgo, por el estilo deportivo, simple y muy de calle que lo caracteriza y, que para otros, era el lugar natural de quien ha crecido de la mano de esta feria.

©Cámara Lúcida/14 - Foto:

Por Angélica Gallón  S.

 El escenario, el centro de abastecimiento de Argos en Medellín, un lugar espléndido por sus techos amplios, sus tonos grises y su look industrial. El espacio fue dispuesto con una pila de bultos de cementos que le dieron una forma inusualmente redonda a la pasarela a ras de piso y que sirvieron, a la vez, de metáfora de ese complejo juego de estructuras que habita en el taller de Álvarez.  

Todo parecía anticipar esa sobriedad y simpleza que caracteriza al diseñador paisa. En el centro de la pasarela, una serie de tambores esperaban a que aparecieran músicos que deleitaran al público con sonidos en vivo. A la vez, los tambores hacían referencia a ese elemento geométrico que determinaría el trabajo de patronaje de Camilo en esta ocasión:los círculos. 

Desayuno, el nombre con el que fue bautizada esta colección, por las formas redondas que caracterizan esta primera comida de la mañana y porque esta pasarela era algo así como un comienzo de mañana para la carrera de Camilo, empezó con unos abrigos que parecían enrollar de forma desordenada y asimétrica a la modelo y que dejaron ver de entrada la exploración con nuevos materiales. 

Los tambores retumbaban y las modelos salían a la pasarela con un cierto ritmo frenético que a veces parecía dejar al espectador con la sensación de no haber podido disfrutar a plenitud de los detalles. Sin embargo, todos tenían los ojos bien abiertos porque estaban seguros que sobre esa pasarela se estaban contando historias complejamente traducidas en las telas. Vestidos hechos de una superposición de capas, telas ligeras y de vuelos con completa ausencia de ruedos, dénims tan delgados que permitían hacer faldas rotondas y voluminosas que obedecían a la cadencia de la caminata de las modelos fueron slgunas de las apuestas que fueron conquistando al público. 

 Luego en tonos grises, blancos y azules claros se insinuaron sobre la pasarela unos diseños masculinos poderosos que lograban crear una verdadera propuesta para el hombre con bermudas con volúmenes en la parte de adelante, pantalones con patrones desestructurados, con formas circulares en los ruedos que le daban a la ropa otro tipo de caída y con interesantes juegos gráficos que se atrevían a sacar los metalizados y el brillo del mundo femenino. 

Dos piezas delataron claramente el lugar que actualmente Camilo Alvarez ocupa como diseñador en la moda colombiana, una, un suéter gris que mientras ajustaba una manga se olvidaba de la otra creando una especie de capa de amplio vuelo  dando forma a una prenda única, y la otra, unos pantalones que dejaban salir de una de las piernas un exceso de tela que terminaba por amarrarse en la cadera y convertirse en una falda. 

El styling fue tan sobrio como el resto de la apuesta, algo que algunos lamentaron pues todo parecía en un momento entrar en un cierto mutismo, todo muy igualado en un tono de grises. Quizás habría sido bueno tener un momento en el que Camilo subiera el volumen  no solo de los tambores si no de la misma colección, sin embargo, eso quizás sería desconocer el encanto de su naturaleza, una naturaleza que ayer dejó claro que en Colombia la moda habla lenguajes muy diversos.


Conoce los mejores momentos de la pasarela de Camilo Álvarez
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