SOS Vacaciones

Vacaciones 911

Revista Fucsia , 18/12/2011

La temporada de vacaciones puede alterarse a causa de accidentes, enfermedades o excesos. FUCSIA sugiere algunos primeros auxilios para recobrar la calma y no dañar los días de descanso

Cuando estés expuesta al sol, haz intervalos de 15 a 20 minutos, preferiblemente entre las 8 y 11 a.m. y después de las 3 p.m. (Foto: Thinkstock) - Foto:

Resulta casi inevitable. Parte de las anécdotas de las vacaciones siempre incluyen alguna emergencia médica, que una vez superada suena cómica, pero en su momento puede generar mucha angustia, especialmente si no estás preparada para enfrentarla. FUCSIA hizo esta guía de primeros auxilios para resolver algunas situaciones simples y no desesperarse ante algunas más complejas.

Insolación
¿Quién no ha tenido alguna vez la osadía de llegar a la playa y estirarse sobre la arena, por tiempo indefinido, usando un ‘bronceador buenísimo’, que parece aceite de cocina? El premio: insolación. Es una de las calamidades más comunes de las vacaciones y una vez que el sol ha causado estragos en el cuerpo es poco lo que se puede hacer. La insolación puede llegar a producir quemaduras de segundo grado, escalofríos, y fiebre, sin contar con el dolor insoportable. Para evitar la insolación debe moderar los tiempos de exposición al sol (haz  intervalos de 15 a 20 minutos, preferiblemente entre las 8 y 11 a.m. y después de las 3 p.m.) y nunca olvides la protección solar. Un factor 20 ó 25 es una buena opción. Aplícalo de manera uniforme, y repite cada dos o tres horas, en especial si estás en el agua o haciendo algún deporte, y recuerda esparcirlo sobre zonas olvidadas como los pies y las orejas.

Pero si la insolación es un hecho, toma mucha agua, ya que la deshidratación es uno de los riesgos graves. Y para aliviar un poco el ardor, pon en las zonas afectadas gasas humedecidas con agua fría. Si puedes, aplica pulpa de aloe vera.

Heridas y ampollas
Las heridas superficiales deben lavarse con agua limpia y un poco de jabón antibacterial, y cubrirlas con una gasa o bandita impermeable para evitar infecciones, y cambiarla dos o tres veces al día. Si hay sangrado abundante, lo mejor es presionar sobre la herida con una tela limpia y acudir a un centro de salud en caso de que haya que suturar.

Cuando se trata de ampollas en los pies, lo mejor es no insistir con zapatos incómodos y buscar calzado adecuado para caminar sin lastimarse. Si no quieres dejar de usar esas sandalias de tacón que se te ven divinas, entonces toma una lija delgada y pásala por la parte del zapato que te talla y luego pasa un algodón humedecido en alcohol. Es un ‘amansamiento de emergencia’ para zapatos matadores.

Intoxicación
Casi tan populares como la insolación son las intoxicaciones en la temporada de vacaciones. Las  frecuentes son por alcohol y comida. En el caso de la intoxicación con comida, se hace evidente al cabo de máximo dos horas de haber consumido un alimento en mal estado. Se producen náuseas, vómito, diarrea y malestar general que disminuyen al cabo de uno o dos días, dependiendo de la gravedad de la intoxicación, que debe ser evaluada por un médico. Lo más importante es mantener la hidratación.

Es trascendental diferenciar una intoxicación de un malestar por la ingestión exagerada de algún alimento, e incluso una posible alergia. La intoxicación con alcohol suele darse por excesos, mezcla indiscriminada de bebidas o mal estado del licor, esta última condición es una de las más peligrosas y puede ocasionar la muerte o traer consecuencias irreversibles como ceguera.

Exije siempre las estampillas intactas de las botellas y prefiere los cocteles preparados en tu presencia. Trata de no combinar licores porque suele ser el principio de las peores borracheras, y recuerda comer bien cuando sepas que vas a tomarse unos tragos de más. Ten en cuenta también que si estás tomando algún medicamento debes evitar el consumo de bebidas alcohólicas, no sólo porque interrumpe su acción, sino porque algunas sustancias combinadas con licor son letales.

Alergias
Muchas veces la gente descubre que reacciona de manera alérgica a determinados componentes en medio de un viaje de vacaciones. Los mariscos, ciertas frutas, nueces, y elementos como el polvo o el polen, son algunos de los agentes que producen alergias con mayor frecuencia. Es importante que conozcas sus limitaciones, por eso, si sospecha que puedes sufrir de algún tipo de alergia, conviene hacerte una prueba donde un especialista, seguramente te sorprenderás con los resultados y podrás evitar malos ratos, e incluso saber cómo manejarlas, aun si consumes el alimento o te expones a la sustancia que desencadena la reacción. Es aconsejable empacar siempre en el botiquín un medicamento antialérgico.

Hongos

Al regreso de las vacaciones algunas personas descubren que han contraído hongos, a veces por el mantenimiento deficiente de lugares como piscinas, saunas y jacuzzis. Para prevenirlos, puedes usar un antimicótico en aerosol en puntos clave como los pies, axilas o cuello donde suelen presentarse con mayor frecuencia los hongos, y bañarte muy bien luego de hacer uso de zonas húmedas en clubes u hoteles. Recuerda no permanecer con un vestido de baño húmedo demasiado tiempo, ya que muchas infecciones vaginales proliferan cuando hay humedad permanente. Ante cualquier molestia como ardor o picazón consulta de inmediato al médico.