¿Quieres casarte o tener una relación de pareja?

Fucsia.co, 15/9/2014

El matrimonio tenía un concepto para nuestros abuelos que implicaba una obligación. Con el paso del tiempo este compromiso social ha cambiado La sicóloga Rocío Hernández nos dice cómo formar una pareja y fallar lo menos posible en el intento.

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Por: Rocío Hernández

Cada vez mas se escuchan opiniones un poco dolorosas y negativas sobre las relaciones de pareja. Opiniones que van desde: "Es que ya la relación de pareja no es como antes", "ahora  no vale la pena tener pareja", "ya los hombres no valoran lo que es una mujer", "Las mujeres fieles se acabaron", etc, podríamos no terminar con estas frases que de una u otra manera, nacen de la inconformidad de una relación que para muchas personas de diferentes credos, razas, y culturas continua siendo importante.

La relación de pareja importa aún porque es la alternativa que muchos escogen para continuar con el desarrollo de su vida, porque prefieren acompañarse de otro o de otra, en el camino de la cotidianidad, del afecto compartido, de los que aun quieren encontrar otro ser humano al llegar a casa. Sin embargo es innegable la crisis que vive esta  relación que antes se consideraba tenía que PERMANECER en el tiempo.

Primero intentemos comprender desde mi punto de vista uno de los factores que tienen en crisis a la relación de pareja:

Una de las primeras cosas que se pueden ver y que no son obvias para la mayoría de hombres y mujeres, es que hoy en día hablamos de relaciones de pareja, que es diferente a casarse. Me explico:

Hasta los años 60 y 70, más o menos, el matrimonio se concebía como una tarea a realizar tanto de hombres como de mujeres, una tarea reconocida socialmente y en algunos casos religiosamente, todo esto como un acto en sí, algo así como un deber a cumplir. Por ello cuando se llegaba al deber cumplido del santo matrimonio a través del altar o  la notaria y dicho el "hasta que la muerte los separe", pues ya no se esperaba que sucedieran grandes cosas.

Igualmente este acto formaba parte de la identidad de la persona. Me explico:sí  Pepita de Pimiento se encontraba en la calle con una vecina o familiar, podía surgir la siguiente conversación: "Hola, Pepita. ¿Quá tal tu vida?", y Pepita a la vez responde: "Pues bien, fíjate que me casé". "Sí me contaron"-, responderá la vecina y con Don Mardoqueo Pimiento, mira lo bien casada que has quedado. Entonces Pepita sentía que su vida iba bien, que ella estaba bien, la gente podía ver que el casarse y adicional con el Sr. Pimiento estaba reconocido y aprobado. Inclusive lo importante era casarse, mostrar la alianza, demostrar que se había realizado la tarea, a veces con ganancias, y en otras ocasiones no tantas. Así entonces lo que sucedía a puertas cerradas al interior del hogar solo se podían considerar problemas que de una u otra manera se tendrían que resolver, pero jamás se considerarían causal para acabar el matrimonio. Observen  que no se hablaba de dejar una pareja, se hablaba de terminar una institución que se había creado sin libertad para ser finalizada.

Lo que me llama poderosamente la atención es que hoy en día se busca una relación de pareja de 2014 con el formato del casarse de antes, y por supuesto estas dos cosas no van de la mano.

Si revisamos una de las definiciones de la palabra 'relación', nos dice que ES LA CONEXIÓN entre dos o mas cosas; en este caso LA CONEXIÓN ENTRE DOS PERSONAS, eso queridos lectores, es muy diferente a la imagen de casarse de antaño. No quiere decir esto que no sea válido escuchar las experiencias de las abuelas, por supuesto que sí se han de escuchar, se aprende mucho de allí, se traen experiencias al tiempo actual. Uno de estos aprendizajes es el sentido de responsabilidad con  el compromiso adquirido, pues si algo tenían claro los ancestros, era que habían adquirido un compromiso que se debía responder de acuerdo con lo que la época dictaba. Hemos de comprender esto teniendo en cuenta que los contextos que envolvían a nuestros ancestros eran bastante diferentes de los que envuelven hoy a las jóvenes parejas y que, sin embargo, el compromiso continúa siendo compromiso, aunque con matices diferentes. Quien no desee comprometerse, es mejor olvidarse de querer tener pareja.

Lo que quizás no se vislumbra es que como dice Erich Fromm en su libro Miedo a la Libertad: LA LIBERTAD ES HIJA DE LA RESPONSABILIDAD....claro si hoy en día se quiere una RELACIÓN DE PAREJA, he de iniciar el proceso responsable de comprender que significa ello, aquí ya no existen las víctimas ni los victimarios, aquí cada quien se detiene y decide si desea comprometerse con esta conexión, sabiendo siempre que el seguro que apartaba los temores de posibles abandonos ya no existe (hasta que la muerte los separe). Ahora es absolutamente bello, lograr este compromiso, desde una decisión un poco más libre, más responsable.

Así que vamos concluyendo: hoy la relación de pareja no es producto terminado como lo era el matrimonio, ya que puestas las alianzas, y compartido el evento con familia y amigos, lo que sucedía con la pareja era la ley del aguante (hombre y mujer) como pudieran.

Hoy la relación de pareja es un acto consciente en donde se pide crecer, evolucionar, respetar, estimular, motivar, amar, en donde dos personas piden a gritos ser VISTAS, reconocidas, por lo que son y por sus potenciales. Porque hoy la relación se cuida, la entrega de los afectos es a voluntad, generalmente buscando la conexión verdadera, no el amor superfluo o el solo compromiso social o el aún existente miedo a estar solo/sola.

Hoy puedes realizar el ritual que elijas, puedes decidir el vestido blanco, la ceremonia religiosa, porque te agrada que sea de esa manera, a la antigua, sin embargo, lo que cambia respecto a la antigua, es que ya cuando se cierren las puertas, no se tratará de aguantar, si no de CONECTAR para encontrar tiempos, espacios, soluciones, para todo lo que la relación con tu pareja ha de enfrentar.


Rocío Hernández
*Psicóloga, directora de la organización As Buena Vida, que brinda apoyo sicológico y terapéutico.
asbuenavida.blogspot.com