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La nueva cara de Inexmoda

Revista Fucsia, 24/7/2008

La trayectoria y hoja de vida de Carlos Eduardo Botero lo llevan ahora a asumir un nuevo reto: presidir Inexmoda.

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Por Paola Ochoa
 
Nunca es fácil reemplazar a una leyenda. Menos si se trata de Roque Ospina, el presidente de Inexmoda. Sus más de dos décadas al frente de este Instituto para la Exportación y la Moda, lograron poner a Colombia en un podio universal de la moda. Gracias a su perseverancia y tesón, hoy el país es visto internacionalmente como una plaza con mucho talento para crear y para organizar buenas ferias. Su creación, Inexmoda, es punto de referencia obligado no sólo para los empresarios del sector textil y de confecciones, sino también para los diseñadores de más renombre.

No es fácil presidir una entidad como Inexmoda. Menos ahora que la coyuntura para el sector textil es una de las más desfavorables de las que se tenga memoria: la caída del dólar ha debilitado las ventas hacia Estados Unidos, el ingreso de ropa proveniente de China a precios ridículamente bajos está matando a los empresarios locales y la llegada de mercancías de contrabando no da tregua por ningún lado. Quien llegue a la Dirección Ejecutiva de Inexmoda deberá ser capaz de entender ese nuevo entorno y, sobre todo, de tener una visión de largo plazo.

La suerte está echada
El escogido para encarar esa titánica tarea es Carlos Eduardo Botero. Este pereirano fue escogido para reemplazar en el cargo a Roque Ospina a partir del 1 de agosto. Con 39 años, Botero llega a este nuevo reto en su vida con todas las credenciales y pergaminos del caso: administrador de empresas de Eafit, máster en Gerencia Internacional de la Universidad de Oxford y, desde hace siete años, Director de la Cámara de Algodón, Fibras, Textiles y Confecciones de la Andi.

Allí aprendió a conocer al sector como a la palma de su mano. Y también tuvo que lidiar con la negociación de varios tratados, entre otros, el del TLC con Estados Unidos. “Antes de que se acabe el año, tendremos el Acuerdo de Libre Comercio con los norteamericanos”, dice Botero, convencido de que después de las elecciones presidenciales del mes de noviembre, los demócratas en el Congreso le darán el visto bueno al acuerdo y lo sacarán del congelador en el que lo tienen metido desde hace tiempo.

Botero llegó al mundo de la moda por casualidad. Su primer contacto con la industria fue en el 2001. Sin experiencia textilera a cuestas, un día Luis Carlos Villegas, expresidente de la Andi, le propuso que se fuera a liderar la Cámara de Textiles. Y él, sin pensarlo mucho, se metió de cabeza. Empacó sus maletas y vendió su apartamento en Pereira, en donde se desempeñaba hasta ese momento como Secretario de Hacienda del departamento de Risaralda.

Él era nuevo en el mundo de los textiles, pero no en el de la industria. Su familia es dueña de Caminos, un concesionario de vehículos Chevrolet. Luego de hacer su práctica empresarial, saltó al mundo financiero: trabajó en la Fiduciaria del Valle, luego en Fiduciaria Suramericana y después en Leasing Suramericana.

Los números siempre le apasionaron, sobretodo desde que estaba en la Universidad de Eafit, donde tuvo excelentes notas. Otra historia fue su paso por el Colegio Calasanz de Pereira, donde todos los años tenía que habilitar alguna materia, sobre todo, “esas de dibujo técnico y de química que requerían tanta calma y paciencia”.

No son, sin embargo, las únicas cosas con las que Botero no tiene paciencia. Tampoco soporta la mediocridad. “Me pone de mal genio la gente que hace las cosas sólo por cumplir con su deber”.

Todos cedemos
Por eso, ahora, como nuevo director de Inexmoda, espera metérsela toda al cuento de la moda. Así eso signifique sacrificar buena parte de su vida personal. Por un lado, porque deberá trasladarse a vivir a Medellín con su esposa Cristina y su hija Rebeca, una bebé de tres meses de nacida. Por el otro, porque su nuevo cargo muy seguramente le exigirá ir a cocteles, pasarelas y desfiles, algo que no está acostumbrado a hacer en Bogotá.
Y es que Carlos Eduardo es un hombre de hogar. Siempre ha preferido las tertulias a las parrandas, y la vida en familia a la social. Regla que rompe únicamente en dos casos: a la hora de jugar golf con sus amigos o de montar bicicleta ‘en gallada’.

Le gusta el cine, pero aquel que no lo hace pensar. “Me aterran las películas de drama o las que hacen llorar: por eso prefiero Hollywood y sus tramas light”. De hecho, la más reciente película que fue a ver fue Kung Fu Panda.

Botero se define a sí mismo como un hombre carismático, líder, justo, honesto y entusiasta. Cualidades que aprendió de su papá y de su mamá, a quienes define como “los faros y luces de mi existencia”.

Cuestión de liderazgo
Sus metas en Inexmoda se resumen en seis puntos: fortalecer la investigación con otros institutos latinoamericanos de moda, estrechar los lazos y las alianzas internas, trabajar fuertemente en el tema de capacitación, consolidar las ferias, ahondar el trabajo en el laboratorio de moda y desarrollar nuevos productos para Inexmoda.

Su mayor temor es que la coyuntura actual no le permita a los empresarios del sector ser optimistas y ver más allá. Al fin y al cabo, las exportaciones de textiles y confecciones hacia Estados Unidos vienen cayendo a un ritmo anual de 30 por ciento, el costo de los insumos está más que disparado y en el último cuatrienio se han perdido más de 25 mil empleos directos. Justamente para eso lo nombraron en Inexmoda. Para transmitirle su optimismo a los empresarios del sector. Para tejer sueños y esperanzas en torno a ferias y nuevos descubrimientos. Para promocionar el talento humano y calificado con el que cuenta el país. No será una tarea fácil, pero nadie duda de que será capaz de lograrla.
Carlos Eduardo Botero no sólo reemplazará a Roque Ospina. Seguramente lo hará mejor. Como en el Arte de la guerra del maestro Sun Tzu, lo importante es que el alumno supere al maestro.=