Cultura
La fotografía vanguardista de Man Ray, en primer plano en Londres
La fotografía vanguardista de Man Ray, colaborador del dadaísmo y el surrealismo a principios del siglo XX, centra una gran exposición en Londres que reúne más de 150 retratos de sus musas y amigos como Lee Miller o Pablo Picasso.
"Los
retratos de Man Ray", presentada hoy y que se inaugura mañana en la National
Portrait Gallery, es la primera muestra de su trabajo en el Reino Unido, lo que
la convierte en visita obligada para amantes del artista o de la
fotografía.
Distribuida en diez salas, la exposición recorre su vida y
obra desde sus comienzos en Nueva York, donde intentó sin éxito implantar el
dadaísmo con su compañero de fatigas Marcel Duchamp, hasta el fin de sus días en
París, donde murió en 1976 a los 86 años.
Fue en esta ciudad, a la que se
mudó en 1921 atraído por sus movimientos artísticos, donde floreció como
artista, rodeado de los grandes genios del arte moderno, a muchos de los cuales
capturó con su lente, en pleno auge del surrealismo.
Aunque Man Ray,
nacido en 1890 con el nombre de Michael Emmanuel Radnitzky, se consideraba antes
que nada pintor, el reconocimiento internacional le llegó con la fotografía, que
elevó a la categoría de arte con imágenes elegantes, enigmáticas y llenas de
contenido.
Su producción más cautivadora es quizás la de su primera época
en París, cuando elaboró, por ejemplo, "Le Violon d'Ingres" (1924), en homenaje
al artista francés, donde su amante y musa Kiki posa con la espalda desnuda,
moldeada como un violoncelo.
De estos años de revolución artística datan
fotos de coetáneos como Ernest Hemingway y Gertrude Stein, Jean Cocteau o Pablo
Picasso, que figura varias veces en la exposición.
Hay referencias a
músicos como Erik Satie o Igor Stravinsky y un "Tablero de ajedrez surrealista"
en el que figuran Miró, Dalí, de nuevo Picasso, Max Ernst o André
Breton.
Otra de las estrellas de la muestra, que estará abierta hasta el
27 de mayo, es la influyente "Noire et blanche", de 1926, en que se ve el blanco
rostro de Kiki recostado junto a una máscara femenina africana en vertical, dos
bellezas contrapuestas.
Su ojo para retratar a las mujeres en todo su
esplendor le convirtió posteriormente en aclamado fotógrafo de moda y,
durante su regreso temporal a Estados Unidos durante la II Guerra Mundial,
también de Hollywood, donde inmortalizó con su objetivo a actrices como Ava
Gardner.
Para Vogue retrató a la modelo y fotógrafa estadounidense Lee
Miller, con quien mantuvo una larga relación amorosa y profesional, ya que
juntos experimentaron con la técnica de la solarización, de la que él derivó sus
"rayogramas".
Una de las fotos más icónicas de la exposición es
precisamente el retrato solarizado de Miller, donde ella aparece con el pelo
corto bien peinado y de perfil.
Aunque la mayoría de las imágenes de la
muestra proceden de museos, hay algunas de colecciones personales como la del
cantante inglés Elton John, de donde procede un bello retrato de 1936 de la
fotógrafa y amante de Picasso Dora Maar, llamativamente enmarcado, que muestra
sus características uñas pintadas de rojo.
Nacido en Filadelfia en 1890
en el seno de una familia ruso-judía, Man Ray había echado raíces en París y
allí regresó, tras su estancia en EE.UU., en 1951, acompañado de su última
pareja, la modelo y bailarina Juliet Browne, a la que retrató en numerosas
ocasiones.
En sus últimos años en "la Ciudad de la Luz" se dedicó a
escribir su autobiografía y experimentó con la fotografía en color.
Uno
de sus retratos tardíos más destacados, hecho en 1968, fue el de la actriz
francesa Catherine Deneuve, a quien Man Ray capturó para la revista del
dominical británico The Sunday Times.
En esta foto, que cierra la
exposición, Deneuve aparece sentada a una mesa rodeada de multitud de objetos
que repasan la vida y obra de Man Ray, como sus pendientes en forma de espiral
-un motivo recurrente en su trabajo-, óleos, libros y otros símbolos personales.