Música

Lana del Rey deja sabor agridulce en el público del Festival de Montreux

, 4/7/2012

Lana del Rey, una de las últimas jóvenes cantantes que ha saltado al estrellato mundial, se presentó hoy en el prestigioso Festival de Jazz de Montreux (Suiza), donde dejó un sabor agridulce en el público, parte del cual se sintió defraudado por un concierto demasiado corto y carente de potencia.

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Si bien la estadounidense no decepcionó por completo, su concierto en Montreux mostró que tiene parte de verdad lo que ella misma ha confesado: que es una cantante más de estudio que de presentaciones en vivo.

Con una cuidada apariencia "retro", Del Rey apareció en el escenario con grandes orquídeas blancas artificiales de ambos lados de la cabeza y un vestido corto del mismo color para cantar durante nueve canciones en 45 minutos.

Al término del concierto, el fundador y director general del festival, Claude Nobs, le entregó un ramo de flores y un reloj suizo con un diseño especial de este evento musical, regalos que Del Rey agradeció muy tímidamente y que no la convencieron para atender la petición del público de una canción extra.

De los 32 conciertos de pago que se ofrecen durante los dieciséis días del Festival de Montreux, las entradas para ocho estaban agotadas antes de su inauguración, entre ellos el de Lana del Rey, que atrajo tanto a jóvenes como a adultos maduros.

En las mentes de muchos planeaba el recuerdo de Amy Winehouse, con cuya muerte se desvaneció una gran esperanza para la música y quien estaba programada para otro festival de música que tiene lugar este mismo mes también en Suiza.

Aunque radicalmente diferentes, corresponden exactamente a la misma generación -Del Rey tiene 26 años y Winehouse tendría 25- sus registros vocales contraltos las acercan, aunque mucho más poderoso en el caso de la segunda; así como sus talentos de compositoras y el guiño particular de cada una a Frank Sinatra.

Nacida Elizabeth Grant, nombre que ha cambiado por el de Lana del Rey en su vida artística, su historia se ha convertido en la de una estrella de rápido ascenso, lo que su contrato con el Festival de Montreux confirma, aunque el resultado final no haya sido del agrado completo del público.

Durante el concierto, la cantante, originaria de Nueva York, repasó su último álbum "Born to Die", lanzado a principios de este año y que incluye la canción "Vídeo Games", con la que realmente se hizo popular.

Su presentación empezó con "Blue Jeans", tema del que surge una nostalgia por el pasado y en el que menciona a James Dean, un personaje al que sin duda tiene como "icono" y cuyo estilo recuerda.

Enseguida presentó "Body Electric", una nueva canción que formará parte del nuevo álbum que se prepara a lanzar en noviembre próximo, tras la cual pasó a su título que más suena últimamente: "Born to die".

"Carmen" llegó en el penúltimo lugar, tema al que siguió su famoso "Víideo Games", momento para el que si bien Del Rey había logrado finalmente "calentar" su voz -que en las dos primeras canciones carecía de fuerza y volumen- no había alcanzado el nivel que se esperaba.

Reconociendo probablemente esas carencias, Del Rey intentó un acercamiento mayor de lo habitual con el público cuando en dos ocasiones se sentó al borde del escenario para dar la mano y saludar, mientras cantaba, a quienes estaban justo debajo.

Y aunque el Festival de Montreux sea un evento que se presta perfectamente a ese intercambio artista-público, por el tamaño reducido de las dos salas donde se ofrecen los conciertos de pago, ni siquiera así la joven cantante logró una empatía que pareciese sincera con el público.

Esto, sumado a lo corto del concierto -con entradas que costaron unos 80 euros- explica los silbidos que recibió Nobs y Del Rey cuando quedó claro que no iba a regresar para, al menos, una canción adicional.