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Protagonista de tu historia de amor

, 7/11/2013

Si ya todos los elementos están dispuestos para la boda, ¿por qué no aprovechar para rodar una minipelícula de este día maravilloso y ponerla a circular en la red?

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Nada más cinematográfico que una boda. No en vano el reconocido director de culto Lars von Trier dedicó Melancholia, una de sus obras más aplaudidas, a la orquestación de una boda protagonizada por Kirsten Dunst. “Se trata de un lenguaje audiovisual realista, y eso es lo que se encuentra en los matrimonios: fiestas familiares concentradas en celebrar el amor de dos personas”.
Esa es la filosofía de José Luis Aguilera, realizador audiovisual de las empresas de desarrollo creativo para bodas, Efeunodos y Something Like, quien está plenamente convencido de que todas las piezas que retratan un matrimonio deben ser pensadas como si se tratase de una película, teniendo siempre en cuenta las necesidades comunicativas sociales de los novios de hoy. Es decir, aptas para redes sociales pues sin duda estas se han convertido en un tablero biográfico en el mundo digital en el que también hay cabida para el amor.
El reto de ahora es entregar a los recién casados un producto que refleje la calidad de una película independiente o un tráiler capaz de emocionar tanto o más que cualquier chick-flick.

Nuevos formatos
Hoy las posibilidades van más allá de un solo video de registro de la ceremonia. Cada momento puede ser contado de distintas formas: desde la pedida de mano hasta la luna de miel.
Pedida de mano: la opción ideal para que los hombres puedan sorprender con un detalle repleto de recuerdos hechos video que sirva de preludio para el momento del primer sí.
Videoinvitación: una invitación que llegue a los ojos de los que están lejos, ahora es posible. Solo basta con encontrar eso que los dos disfrutan hacer juntos, volverlo realidad y dedicar un día de grabación que sirva de telón de fondo de una creativa invitación digital.
Tráiler de boda: “¡Y fueron felices por siempre...!” ahora puede ser más que puntos suspensivos. Los tráilers están diseñados para registrar los momentos más emotivos posteriores a la boda, incluida la luna de miel, y convertirse así en un recuerdo íntimo digno de ser guardado en su carpeta personal de memorias.

Acortar el tiempo
El mandato “menos es más” se vuelve a imponer. Según Aguilera, un video de cuatro minutos es ideal porque, además de ser compatible con los nuevos medios, es más propenso a ser visto en las redes sociales por aquellos que estuvieron lejos y no pudieron asistir a la boda. Aunque a simple vista pareciera menos trabajo para el editor, en realidad es un reto mayor porque todo su esfuerzo se centra en reducir cerca de veinte o más horas de grabación en un formato comprimido, elaborado con el mejor material de los momentos significativos e inesperados en los que, por supuesto, no pueden faltar la preparación del novio y la novia, la ceremonia con el beso y la entrega de anillos, la celebración y unos momentos a solas.

Planeación
Todo realizador debe tener en cuenta el carácter de los novios y analizar qué se puede proponer según su estilo, ya sea este tradicional, eufórico, alternativo o tropical. Es por ello que las reuniones de creatividad junto a la pareja son necesarias para ver referentes y seleccionar musicalización. “Aunque uno como videógrafo debe ser invisible, lo único en lo que debemos intervenir es en tratar de convencer a los novios de que se casen en horas de la mañana o al atardecer, en beneficio de la calidad de las imágenes”, asegura Aguilera.

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