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Tailandia

, 30/8/2009

Este es un destino para el asombro y la contemplación, un viaje que va desde la cosmopolita Bangkok al sorprendente paisaje de Phuket y Phanh Nga.

tailandia - Foto:

En la búsqueda de un buen destino para pasar la luna de miel, muchas parejas de recien casados se deciden por Tailandia. Es un acierto porque difícilmente se puede encontrar un destino que reúna los atractivos que ofrece la naturaleza en estado primitivo con el gran movimiento de ciudades como Bangkok, a quienes muchos la califican como la “Nueva York de Oriente.”

El budismo es el eje fundamental sobre el que giran las creencias religiosas tailandesas y su identidad cultural, y una de las expresiones con las que se encuentran los viajeros en todo momento. Los templos budistas, entre los cuales se encuentran el Gran Palacio de Bangkok, que tiene adentro una colosal Buda Esmeralda, y muchos otros monumentos de interés que se caracterizan por su profusión de imágenes de Buda, que también es el símbolo central de muchas de las obras de arte que han producido artistas tailandeses.

Las actividades en Bangkok, una superpoblada ciudad de más de ocho millones de habitantes, van de visita a los palacios y templos dispersos en la cuidad a escenario pintoresco de su Mercados Flotantes, que son tres, y que más que algo digno de conocerse, son una faceta típica de esas tan comunes, a las grandes ciudades cuya vida moderna absorbe lo poco que le pueda de autenticidad.

Muy temprano en la mañana se puede llegar hasta allí en bote (los hay alquilados y hay unos tours organizados), para ver de cerca a los campesinos que traen cosechas a la cuidad, navegar los canales y maravillarse con la abundancia de frutas, verduras y comida thai que, entre otras cosas, es buena en cualquier puesto callejero.

Tailandia no es solamente para aquellos que buscan broncearse, también es famosa por sus masajes relajantes, y una de las recomendaciones para los recién casados es acudir a una de las mejores casas de masajes donde puede pasar el día entero, y someterse a varios tratamientos que incluyen el clásico masaje tailandés, aromaterapia y otras, delicias relajantes.

Por otra parte, es indispensable conocer otras regiones del país donde el paisaje, desde el norte montañoso hasta las islas paradisíacas y las hermosas playas del sur, es de ostensible belleza. Todo esto acompañado con la alegría y amabilidad de los nativos, la actitud pacifica de los monjes budistas de túnicas anaranjadas que se ven por todas partes y el respeto que suscitan en el visitante de minorías tribales, han sabido conservar día a día las tradiciones.

A Phuket se la llama así porque es prácticamente una perla que se desprende de la península meridional de Tailandia. Y sobre todo porque, en pleno mar de Andmar, es una joya exótica llena de playas de Arena resplandeciente y palmeras. Aunque el masivo turismo que acude a Phuket le ha hecho perder un poco de su aire salvaje, es todavía un espacio lleno de naturaleza feraz, un islote tropical de 810 Km. 2, donde los puertos pesqueros se asoman por entre las verdes colinas.

El único dilema que plantea Phuket, es elegir la mejor, y quizá la más escondida, entre las playas que en forma de bahías. Si el viajero prefiere los ambientes urbanos y las noches ruidosas, deben decidirse por Patong y Karon, pero sí es aficionado a los lugares retirados, están Bang Tai y, aun más salvaje Nai Thon.
En estas paginas web encontraras más información sobre turismo y planes en Tailandia:
http://www.discoverythailand.com
http://www.thailandtravelguide.com