Adictos al sexo

¿Cómo se siente un adicto al sexo?

BBC, 3/6/2013

La película del director Steve McQueen "Shame" ha traído el tema de la adicción al sexo al tapete. A la edad de 27 años, el comediante Jeff Leach se ha acostado con más de 300 mujeres y desea enfrentar su problema.

Foto: Thinkstock - Foto:

"Soy un mujeriego y, para ser franco, con mucho éxito; he llegado a acostarme con más de 10 mujeres en una semana. Pero ahora me he propuesto cambiar. Quiero ver si soy capaz de mantener una relación de compromiso. Necesito descubrir en qué me he equivocado.

Ver a cada mujer como una aventura sexual en potencia me cansa, me hace sentir miserable, vacío, superficial y, en última instancia, muy solo. Ahora que estoy aproximándome a los 30 años, mis amigos están sentando cabeza y me doy cuenta que no puedo seguir así por siempre. Se dice que el hombre británico promedio ha tenido 13 parejas y la mujer sólo siete. Estoy muy por encima de esa escala.

He comprendido que mi actitud en torno al sexo no es normal. Haber conquistado ya la mayor parte de los aspectos problemáticos de mi existencia relacionados con mi naturaleza adictiva -mis locuras con el trago y las drogas- este parece ser el último obstáculo en mi carrera.


Una ayuda inesperada

No quiero morir solo y deseo ser padre. Hablé con mis examantes, para tratar de entender por qué no puedo ser un hombre de una sola mujer.

Dormir con más de 300 mujeres significó muchas llamadas telefónicas, correos electrónicos y mensajes de Facebook y Twitter. Exnovias, examantes y exaventuras de una sola noche respondieron con mensajes positivos de apoyo y un deseo genuino de ayudarme en mi viaje
.

Mi exnovia Nicola me llamó egocéntrico. "Eras muy egoísta", dijo. "Me hiciste sentir incómoda en muchas ocasiones". Claire, con quien tuve mi relación más extensa, me comentó que siempre temía ser herida. "No pensaba que serías capaz de ser un buen novio. No quería estar en una relación contigo. No creía que podía satisfacerte como novia y mantener tu atención. Además, si me engañabas, me destruirías", dijo Claire.

Eso fue molesto. ¿Cuántas oportunidades como esa tuve en el pasado, en que las mujeres prefirieron alejarme para protegerse?

Otra exnovia -también llamada Clare- señaló nunca le mostré mi lado vulnerable. Tengo miedo de ser herido como con mi primer amor, pero ¿cómo me permito ser vulnerable?
La inevitable terapia
Al limitar mi tiempo con amantes individuales, viendo a una chica una noche, haciéndola sentir que era todo para mí y después dejar de verla por dos o tres semanas, me permití distanciarme.

Cuando fui a ver a Paula Hall, una psicoterapeuta sexual y de relaciones, me explicó los síntomas. "La adicción al sexo es cualquier conducta sexual que se siente fuera de control. Si actúas de una manera sexual y ya no sabes realmente qué estás sacando de ella, por qué lo estás haciendo, con frecuencia lamentas lo que has hecho pero lo sigues haciendo, entonces probablemente eres un adicto. Tienes que aprender a amarte y a vivir en tu propia compañía".

Recuerdo ser muy feliz de niño con mi familia, saliendo de vacaciones, en los hombros de mi padre y con una buena relación entre mis padres. Pero entonces, cuando tenía siete u ocho años, sólo recuerdo verlos discutir.

Me pregunto si hay un elemento en mí que piensa: "he visto lo miserables que pueden ser algunas relaciones y no quiero pasar por eso".


Búsqueda de la felicidad

Hall cree que mucho de mi comportamiento sexual podría ser realmente "regulación de intimidad".

"La usas para mantenerte fuera de una relación. Al tener continuamente múltiples relaciones, no estás poniendo todos los huevos en una canasta", piensa Hall. Sospecho que en la raíz de tu adicción está aquel niñito que aún no ha expresado sus sentimientos y necesidades. Continuarás ahogando tus miedos con alcohol, drogas o sexo hasta que los enfrentes".

Lo que estoy aprendiendo es que el estilo de vida que he estado llevando tiene una vida útil limitada. Quiero que las mujeres reconozcan mi sexualidad pero que piensen que mi naturaleza aventurera no implica que no sea un tipo decente, capaz de amar y ser amado.

Me he dado cuenta de que, hasta que no sea feliz conmigo mismo y me ame, eso no será posible, así que lo voy a conseguir.


Es una enfermedad

Resultó ser mucho más difícil de lo que pensé. Profundizar en asuntos de la niñez con una psicoterapeuta y permitir que un montón de exparejas abandonadas señalaran dónde me equivoqué ciertamente me deprimió mucho.

Pero el proceso me ha dado una nueva oportunidad de vida respecto a mi control sobre mis deseos sexuales y a las renovadas amistades establecidas con mujeres.

Estoy en un camino de entendimiento en cuanto a por qué soy como soy y por qué siento los inusuales deseos que experimento como adicto.

Puede que nunca me curaré de mi enfermedad -y créanme que es una enfermedad- pero ahora me puedo mirar al espejo y saber que tengo el valor para tratar de mejorar mi situación.