Anatomía Femenina

El cuerpo habla

Ana Saladén , 21/3/2012

Los secretos que se hallan ocultos tras la fachada de la anatomía femenina, pero que permiten apreciar y tener una mejor relación con el cuerpo, como en el sexo.

Foto: Getty Images - Foto:

Si no es por el dolor o por el placer, la mayoría del tiempo olvidaríamos el cuerpo. Y aun más, cuando el placer o las molestias hormonales se convierten en una costumbre, que se lleva de cuerpo entero. Así es como abandonamos el objeto en el que lo convertimos. Por conocimiento fisiológico, sabemos, por ejemplo, que los senos se endurecen o se hinchan de acuerdo con el ciclo menstrual.

La verdad es que de la fisiología no es de lo que se sabe. Sólo se siente. Cuando el pezón está crispado, duro, se le puede describir con una sensación de color: es rojo vivo de extrema sensibilidad. El más accidental roce o la mínima caricia, lo puede endurecer aun más, o en otro caso, puede hacer pasar un corrientazo, quizá no agradable tan pronto sucede.

Es un misterio. Son los secretos que siempre ha guardado el cuerpo femenino, por encima de las descripciones masculinas, muy bizantinas, sobre un cuerpo que no sienten, sino que sólo palpan, o con el que llegan a sentir su propio sexo; pero, no necesariamente el de su pareja. La conquista de los hombres, sobre el cuerpo que desean poseer, es fecunda en aproximaciones erróneas. 

Como todas sus conquistas y descubrimientos. Y, a lo largo de la historia, con esa mirada masculina, muy miope en cuanto a lo sensible, las mujeres también han tratado de saber qué es su cuerpo, cómo es.

Hombre el anatomista 

Por no citar las confusiones históricas, marcadas por los tabúes religiosos y culturales, vale la pena recordar al personaje ficticio Mateo Colon, en El Anatomista de Federico Andahazi, que enaquella novela dividió en 19 partes un argumento sobre fisiología del cuerpo humano, el amor y el pecado, el alma, la moral, el apetito sexual, la génesis de las mujeres y la diferencia entre el Amor Veneris (el clítoris recién descubierto, para el Renacimiento, la época en la que se basa el libro del autor argentino) y el falo masculino. 

Este científico estaba convencido de que, según la obra, “el único camino que nos conduce a la comprensión del comportamiento de las mujeres ha de ser el de la anatomía, como resultado de mis extensas investigaciones he podido acceder al descubrimiento de un órgano existente en la anatomía femenina que cumple funciones análogas a las del alma de los hombres. 

Me atrevo a decir que si podemos explicar el funcionamiento de este órgano podremos, por fin, explicar el oscuro proceder femenino”. Algo bastante cercano a la realidad de todos los tiempos en cuanto a la apreciación del hombre por la mujer. Según el personaje de Andahazzi, “la mujer se halla gobernada por la influencia del Amor Veneris y todas sus acciones, desde las más nobles hasta las más repugnantes, desde las más dignas y honrosas hasta las más viles y despreciables no encuentran más fuente que el órgano que os hemencionado”. 

Y concluye que “el Amor Veneris no sólo posee vida, voluntad e inteligencia propia, sino que, además, éstas son las que guían el proceder del ser que este órgano lleva alrededor”, es decir, de la mujer. Reflexiones masculinas, que por más arcaicas y defábula, representan una buena parte de lo equivocados que los hombres —como género, no como especie— han estado, casi siempre. Una buena refutación, en la que se incluye la asociación del cuerpo masculino, la daría, para este caso, Annie Leclerc, en Parole deFemme.

Mujer, la mística 

Toda la historia sobre el cuerpo de la mujer podría resultar apenas anatómica,fisiológica. Lo que puede hacer que la mujer guarde su misterio en su cuerpo. Se convierta en la mística de las sensaciones. Algo que resulta, finalmente, provechoso: las mujeres tienen la ventaja de que lo que los hombres suponen de ellas siempre está en otra parte, y mantener el secreto es su propia fuerza.

La fantasía de excitación erótica masculina no es exactamente recíproca a la femenina. La imaginación de las mujeres está mucho menos enfocada al deseo físico, que el que él siente por ella. Pero, ese deseo precisamente es la realización de la fantasía femenina.

El hombre permanecerá sexualmente inútil a no ser que el estímulo que logra el cuerpo de ella sea capaz de provocar la erección. La fantasía femenina gira en torno de los sentimientos amorosos, de la reacción del varón y del deseo de poseerla, acariciarla, y besarla. Pero el acto sexual no es el final, sino apenas el comienzo. La naturaleza enigmática y misteriosa de la sexualidad, es la que realmente la hace placentera. Así, el Lejano Oriente, con su ciencia del amor, atrae ahora más que nunca, y el código místico–erótico hindú del KamaSutra aparece como el mayor de los tratados, desde los primero ssiglos de nuestra era.

Así, en plena época de la búsqueda deliberada del orgasmo y del descubrimiento del Punto G, y con el viagra cumpliendo sus primeros cinco años, como los mayores logros de la sexualidad en el último siglo, se habla de todo acerca del amor y del sexo. Sin embargo, no se sabe qué decir y se sigue tratando de inventar la manera perfecta para ser amantes. Por el lado masculino, preferentemente. Pero el más poderoso órgano sexual no está entre las piernas, sino en otro lugar inexplicable: la mente. 

El secreto descubierto de la sexualidad no vale tanto como los caminos que condujeron a él. Esos caminos hay que volverlos a andar y recordar que el placer tiene múltiples formas y se haría más redescubriéndolo que catalogándolo.

“Me duelen los senos”

Los senos tienen todas las formas y tamaños. No hay un modelo determinado. Y nadie se da cuenta, sólo cada mujer, por separado, de las características de sus propios pechos. Los pechos también atraviesan cambios clínicos con el período mensual. Tienden a ponerse un poco más rellenos, más sensibles antes de la menstruación y permanecen blandos hasta la finalización del periodo. Después del ciclo menstrual, vuelven a su forma más rellena. 

Cuando se espera la regla, “los senos son amorosos, ávidos, agudos”, según Annie Leclerc. “Esta sensibilidad de los senos es una suerte de privilegio extremo del cuerpo. La intensidad habitual del cuerpo es como un vacío implícito. Ahí la intensidad informa al cuerpo de un designio exquisito”. Pero, son los senos los que duelen, no los sesos, porque es en la mente donde está todo el cuerpo.

Lo cierto es que tener una imagen positiva del propio cuerpo es fundamental para la autoestima y para que las relaciones con los demás transcurran con normalidad, sin complejos ni frustraciones. Sin embargo, nos encontramos en una sociedad en la que se atribuye una importancia desmedida a la apariencia corporal, que es considerada como factor clave del éxito, como las constantes imágenes de cuerpos esculturales, extremadamente delgados y estilizados, que ahora son el símbolo de fracaso o de aceptación.

Cada época tiende a establecer unos cánones de belleza determinados, y actualmente parece ser que triunfa un arquetipo de mujer alta, esbelta y con pechos grandes, lo que es poco frecuente porque las mujeres no tienden a acumular tejido graso en las mamas, sino en otras partes del cuerpo como los muslos o en torno a las caderas.

Por ahí no es 

Entonces, del mismo modo en que la preocupación de los hombres por su aspecto físico se suele centrar en el tamaño delpene, las mujeres se inquietan por el tamaño de sus pechos. A menudo piensan que los tienen demasiado pequeños o demasiado grandes, muy juntos o muy separados, asimétricos o con una forma no atractiva.

La mayoría de las mujeres que tiene pechos pequeños cree que para los hombres es muy importante que tengan pechos grandes, pero las investigaciones han demostrado que sólo la mitad de los hombres considera los pechos como una de las partes más deseables del cuerpo femenino, y muchos afirman preferir los pequeños.

De hecho, a la pregunta ¿cuáles son las partes másatractivas del cuerpo de la mujer? realizada en una encuesta reciente (‘Lacultura sexual de los adolescentes’, dirigida por R. Tenorio), los adolescentes de Ecuador respondieron: ojos, 21 por ciento; labios, 14 por ciento; pechos, 18 por ciento; nalgas, 18 por ciento, y piernas, 10 por ciento.

La autoestima por el pecho 

En cualquier caso, la decisión de aumentar el pecho mediante la cirugía debe ser meditada con detenimiento, siendo consciente de los beneficios y de los riesgos que puede con llevar. Asimismo, se recomienda consultar a varios especialistas para contar con suficiente información.

Las mujeres que tienen los pechos demasiado grandes y ello les cause lesiones de columna o les resulte doloroso o molesto, pueden optar por la cirugía de reducción. Aunque esta operación es algo más complicada que la efectuada para el aumento del pecho y deja cicatrices visibles, si es necesaria, resultará beneficiosa.

La forma del pecho y de los pezones varía de unas mujeres a otras, y con frecuencia no son iguales entre sí: la forma o el tamaño de un pecho o de un pezón pueden ser diferentes a la del otro, pero es algo normal que afecta a muchas mujeres y no tiene importancia.

De hecho, todo el cuerpo es asimétrico y existen posibilidades de que haya diferencias sutiles entre los dos senos. En algunas mujeres, suele ser visible, pero nunca es grave. Incluso, un pecho derecho o izquierdo puede variar de tamaño. Ocasionalmente, alguna mujer deberá utilizar una prótesis o someterse a cirugía para igualarlos. 

Este es un problema del cual pocos se percatan, salvo la que lo padece. Los pezones, a su vez, vienen en todos los tamaños, coloresy formas. Algunos pezones son particularmente sensibles al estímulo externo. De la misma manera, lo que se conoce como zonas erógenas (vagina, clítoris, labios, mayores, menores; espalda) vienen en todas las morfologías como tantos tipos de mujer hay. En lo que hay que profundizar es en el Punto G, una zona oculta, a la que no necesariamente se llega con la penetración. 

El miembro que podría alcanzarlo es el dedo, cuando lentamente entra en la vagina y luego se dobla para que la yema toque el techo de la vagina. Así doblado, el dedo es llevado lentamente por el techo hacia el principio, como si se estuviera volviendo al clítoris. Se encuentra amedio camino de la parte trasera del hueso púbico y el clítoris, en la zona de la pared delantera hacia la abertura.

El corazón del Punto G no está realmente sobre la paredpero se  puede sentir a través de ella. Su textura es distinta a la del tejido sedoso que lo rodea; es más fuerte y con una superficie desigual,como la aureola del pezón cuando se excita, o como el paladar. El tamaño varía: puede ser como un semilla de mostaza, o de una pastilla anticonceptiva o tener el tamaño de una moneda de mil, y se hincha cuando se estimula, elevándose ligeramente en el medio.

El dedo anular o corazón del hombre ofrece el acceso más fácil o más cómodo al punto, con los otros dedos apoyados ligeramente contra los labios menores y la parte inferior de la palma en posición para ejercer una ligera presión contra el clítoris, estimulándolo.

En definitiva, el cuerpo es exploración. Y es tan cierto,como un lugar común, que cada mujer es un universo. La sociedad continúa ejerciendo su influencia sobre la conducta sexual de hombres y mujeres, y aunque se ha conseguido eliminar falsos mitos y tabúes que rodeaban el acto sexual, todavía es necesaria una mayor concientización para tratar libremente todos los aspectos de la sexualidad,sin culpabilidad, vergüenza o pudor.