Sexo

¿Y cuando no hay espacio? Sexo en lugares pequeños

Fucsia.co, 23/1/2012

La cuestión no es de espacio, es de posiciones y de cuánto puedes maniobrar para dar rienda suelta a tu deseo. Si el deseo se despierta y hace de las suyas en pleno avión, en la casa de un amigo, en una silla, en el auto, es momento de acomodarse e ingeniártelas para que el tamaño sea lo de menos. Porque cuando se trata de sexo, se vale todo.

Propicia el sexo salvaje (Foto: Thinkstock ) - Foto:

Si tu libido te lo pide, no es momento de reflexionarlo demasiado: saca la matemática y arquitecta sexual que hay en ti. El sexo también es válido cuando en el lugar apenas caben dos o a simple vista luce incómodo hasta para sentarse. Esto lo hace más arriesgado, divertido y la adrenalina del momento será una aliada para un atractivo  encuentro sexual.  Así como hay que dejarse llevar por el momento, es primordial que tengas en cuenta ciertas posiciones básicas que te harán una malabarista sexual antes de pasar el ridículo. Arriésgate a la hazaña.

1.    Espacios abiertos: Quienes eligen un lugar pequeño pero al aire libre, más que falta de espacio, su reto es camuflarse con objetos que lo rodean o encontrar el rincón/esquina perfectos para no ser vistos fácilmente. Propicia el sexo salvaje.
•    Lo ideal: que sea oscuro y que tenga objetos distractores de gran altura, como paredes o matorrales.
•    Sitios comunes: Detrás de un árbol o de una pared, en un callejón, la esquina de un salón (de tal manera que queden escondidos y no sea visible desde una puerta, por ejemplo)
•    El secreto: Hacerlo de pie.
•    Posiciones: La mujer agachada (en un ángulo de 45º) mientras el hombre por detrás realiza la penetración, apoyándose en su cintura. Para mayor ahorro de espacio, puedes dejar caer tu cuerpo hasta el suelo sujetándote con tus manos y relajando el vientre.  La estrechez de la vagina en esta posición permite mayor placer para la mujer.

2.    Muebles (Escritorios, sillas y sillones, mesones de cocina, etc.):
Las superficies planas o mobiliarios que permiten que uno de los dos pueda sentarse con mayor facilidad, son perfectos para las parejas que disfrutan de posturas en las que los cuerpos se entrelazan al momento del coito, es decir, un contacto muy cercano de abrazos, enganchar las piernas en la espalda de la pareja y acurrucarse en el acto, muy recurrente en quienes le sacan provecho al sexo afectivo y muy cercano.

•    Lo ideal: Que los muebles no sean muy bajitos o se requiere de mayores dimensiones ya que las piernas de quien no está sentado, ocupan mucho espacio en el suelo y va a ser más complicada la interacción.
•    Sitios comunes: La sala o el estudio, el comedor, un parque de juegos (que comúnmente tiene una estructura sencilla con alturas cortas).
•    El secreto: Hombre y mujer en posición de hamaca o el hombre de pie y la mujer sentada.
•    Posiciones: Cuando la superficie es dura, el hombre puede sentarse mientras flexiona las piernas, adaptando su cuerpo para que la mujer logre acomodarse en ese pequeño espacio entre su abdomen y tronco. Desde ahí logra penetrarte mientras se ayuda de sus rodillas para acercar tu cuerpo al suyo. Mientras tanto puedes juguetear con su espalda y él con tus senos, que quedan directamente frente a su rostro. Otro truco es el de las mujeres arriba. Cuando el terreno es una superficie estable, como una mesa ancha y larga, tu pareja se acuesta boca arriba y tú te sientas de espalda o frente a su cara.  En este caso, eres tú la que controla la rapidez de los movimientos con tu cadera y brazos. Si el asunto se pone en cuatro patas (y no hablamos de ti, hablamos de una silla), el hombre se sienta mientras recibe a la mujer, que reposará su cuerpo sobre él mientras también permanece sentada en la entrepierna de su compañero. Aquí el hombre es el que lleva las riendas del momento mientras toma a la pareja por la espalda y presiona su cuerpo a su voluntad, controlando los movimientos y manteniendo la erección por más tiempo, que es el secreto de esta postura.

3.    En el carro: Es uno de los sitios más privados y más cómodos (aunque no lo creas) cuando de sexo improvisado se trata, ya que es rápido, privado y práctico. Incluso puedes tapar las ventanas y nadie se dará cuenta. Su área es reducida, pero su forma es la mayoría de las veces, cómoda y acolchonada.

•    Situaciones comunes: un viaje de amigos, una fiesta o la falta de un lugar más personal: en ocasiones no hay presupuesto o hay exceso de intrusos.
•    El secreto: Pueden probar las posturas más clásicas, como el misionero, el cara a cara o el arco. Para encontrar la comodidad en la incomodidad, lo mejor es  reclinar la silla delantera  o hacerlo en la parte trasera del auto, donde ambos pueden acostarse y cuentan con más amplitud.
•    Posiciones: Flexiona las piernas y apóyalas en el primer lugar donde encuentres espacio. Si la acción está en la silla de atrás y a la altura hasta el techo lo permite, opten por “el arco”: recostada en el asiento levantas tu cadera sosteniéndote con tus codos, que serán el eje de fuerza para apoyarte mientras él te penetra y se recuesta sobre tu vientre y pechos.  Si hay agarraderas o manijas en las ventanas, éstas también te sirven si prefieres estar recostada y sostenerte de ahí. Él también puede hacerlo y ayudarse de ellas para tener mejores  y más veloces movimientos

4.    La ducha, el baño, un clóset: Es cuestión de brevedad y de entrar en el acto de inmediato. A menos que sea una ducha juntos y prolongada, en espacios tan pequeños es mejor ser efectivos y provocar el orgasmo lo más pronto posible, no hay tiempo para caricias previas o un relax pos coito, excepto por la ducha y los poderes del agua sobre los cuerpos.

•    El secreto: Tener un punto de apoyo para la espalda. De lo contrario será muy complicado adecuar el cuerpo y lograr una postura idónea para la penetración.
•    Posiciones: Toma a tu pareja por los hombros y agarra su cuerpo con tus piernas mientras él está de pie y recostado en un área recta. El hombre se aferra a tus glúteos y con ésta fuerza propicia el movimiento de tus caderas, mientras tú sigues sujetada a su cuello, cada vez con más fuerza para no correr el riesgo de caerte. Intenta la penetración de arriba hacia abajo o de atrás para adelante.