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Reflejos de la personalidad

, 23/9/2009

Cambiar de look es un anhelo de infinidad de personas y, en ese afán, muchas se atreven a experimentar con nuevos colores capilares.

Reflejos. - Foto:

Los cambios de imagen tienen serias repercusiones en la imagen que queremos proyectar, debido a que el pelo refleja mucho de la personalidad y estilo de cada una de nosotras, por eso un pelo sano y bonito es sin duda sinónimo de buena salud y belleza natural. Igualmente, el tono habla de nosotras, pues describe personalidades, gustos y comportamientos. Así que oscuro, rojizo o rubio, aunque no sea natural, el color que llevamos en la cabeza influye en las relaciones interpersonales.

Por este motivo, latinas que se pintan de rubio para parecer anglosajonas, rubias que se tiñen de oscuro para que la gente las tome más en serio y mujeres maduras que tiñen sus canas para lucir jóvenes son ejemplos que demuestran claramente que los tintes son mucho más que un recurso estético. Por eso no es gratuito que los asesores de imagen piensen que el color capilar es un 'reflejo del alma', y que no falten estudios que establezcan cuestionables patrones: tinte negro, seriedad; tinte rojo, infidelidad; tinte rubio, bajo coeficiente intelectual.

A menudo el color se relaciona con características específicas de la personalidad. Por este motivo las pelirrojas son definidas como fuertes, aventureras, impetuosas y apasionadas. Las rubias proyectan ser extrovertidas y graciosas, aunque poco inteligentes, y las mujeres de pelo negro, transmiten confianza, seriedad, sinceridad y responsabilidad. Por eso en el ámbito profesional se considera que tienen mayor capacidad para los altos cargos.

El color hace parte de lo que somos y de la imagen que proyectamos. Es parte de nuestra identidad, y aunque la gente no se dé cuenta, elige tintes que equivalen a su forma de ser: si una mujer quiere verse más atractiva y sofisticada se tiñe de rubio, y si quiere verse más recatada y profesional se oscurece el pelo. La elección del color no solo depende del tono de la piel, los ojos o la edad, sino del tipo de trabajo. Por este motivo no imaginamos ver una abogada con un color muy extremo porque pierde seriedad y credibilidad; en cambio, una artista con un look arriesgado y llamativo proyecta creatividad e inteligencia.

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