¿Quién es Kali Uchis?

Por Juliana Villegas Arias, 12/6/2018

La historia de una descendiente de inmigrantes colombianos que llamó la atención de figuras de la música como Snoop Dogg y Tyler, the Creator, además de los productores de Lana del Rey.

Fotos: Andrés Oyuela - Foto:

Nuestro encuentro es telefónico, pero se siente extrañamente cercano. Kali Uchis habla en español, pues está empeñada en practicarlo a como dé lugar; en Los Ángeles, donde compró un apartamento en West Hollywood, uno de los barrios más liberales de la ciudad, a los latinos no les gusta mucho hacerlo. “Cuando charlo con mis amigos la gente nos mira raro, como si estuviéramos diciendo secretos”, afirma.

Creció en Pereira y nació en el norte de Virginia, cerca a Washington D. C., en una ciudad con muy pocos colombianos y sí muchos salvadoreños. Su español tiene acento y su tono es meloso y dulce, casi infantil; sin embargo, su conversación es fluida.

A estas alturas, su nombre artístico (el real es Karly Marina Loaiza), una derivación del apodo ‘Karluchis’ con el que cariñosamente la llamaba su padre, es un poco menos desconocido en nuestro país de lo que era hace algunos meses. Su presentación en el pasado Estéreo Picnic abrió la puerta para que los medios nacionales y los seguidores de este festival musical se interesaran por la mujer detrás del sonoro nombre y la distintiva voz que llamó la atención del rapero, cantante y productor Snoop Dogg, del DJ Diplo y de Tyler, The Creator, entre otros nombres célebres de la música en Estados Unidos.

Empezamos por su infancia que, según ella, fue tranquila. De esa época recuerda los juegos con primos y vecinos en las calles de su barrio y de cómo improvisaban una piscina en el lavadero si el calor lo ameritaba.

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De Pereira a Virginia

Cuando regresó a Estados Unidos, su familia se instaló en el norte de Virginia. Su casa fue el sitio de peregrinaje de familiares y amigos, alojados por su padre para que cumplieran su sueño americano. “Llegaron a trabajar y a aprender inglés. En mi cuarto dormíamos cuatro y en cada habitación siempre había muchas camas y muchas personas”.

Es la menor. Sus hermanos (tres hombres y una mujer) son mucho mayores que ella, así que fue la consentida. Por esos días se divertía dibujando, escribiendo historias y poemas; le encantaba el cine y su sueño era aprender a hacer películas, a manejar la cámara y componer música. Trató de tocar guitarra, aprendió saxofón y perteneció a bandas musicales en su escuela.

Su adolescencia también transcurrió normalmente, aunque confiesa que su resistencia a los estudios le hizo tener alguno que otro desacuerdo con su padre. “Llegó a Estados Unidos a trabajar sin educación y cuando pudo decidió estudiar. A mí también me gustaba, pero como soy artista para él fue muy difícil ver que tenía otros intereses. El problema es que no creía en la educación de una escuela de arte”.

Cantar y triunfar

Kali Uchis no pensaba en ser cantante, prefería escribir canciones y componer. “No me daba pena cantar para mis tías, pero no me imaginaba frente al público o delante de una cámara”.

Un día, ya adolescente, se decidió a cantar su propia música y a preparar el camino para hacer películas y lanzarse como actriz. “No quería esperar tres, cuatro o cinco años a que mi vida artística despegara, o dejar hasta después de terminar mis estudios en la escuela de arte o de música, así que me dije: ‘Soy joven y tengo que hacerlo ya’”.

Recuerda que un día estaba en la casa de su tía en Pereira. Ella, su prima y una amiga tomaban algunas fotos. Luego, decidieron grabar un video musical para lanzar una de sus primeras canciones: Honey Baby.

Este y trabajos posteriores, como Drunken Babble (2013), su primer mixtape, una recopilación de temas producidos por ella con alguna influencia de los años sesenta y setenta, y diferentes géneros musicales como hip-hop, reggae y R&B, tuvieron un alcance inusitado: su voz empezó a escucharse en Los Ángeles y llegó a oídos de músicos que siempre están en búsqueda de nuevos talentos. “Me escribieron por Twitter, Instagram o por correo electrónico desde Los Ángeles o Nueva York para que los visitara e hiciera música con ellos. Eran gente como Snoop Dogg, Diplo, A$AP Rocky y Tyler, The Creator, y los productores de Lana del Rey. Por supuesto, no lo podía creer y me preguntaba ‘¿esto cómo pasó?’”.

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A la conquista de L. A.

Viajaba más frecuentemente a ‘la ciudad de las estrellas’ para hacer colaboraciones y grabar, por fin, “en un estudio de verdad”. “Hice una canción con Snoop Dogg (On Edge) cuando apenas estaba empezando. También con Tyler, The Creator (Perfect), que luego publicó en su álbum (Cherry Bomb), y con otros artistas más”. Entre ellos están la cantante británica Jorja Smith (Tyrant); Damon Albarn, de Gorillaz (In My Dreams); la banda de rock psicodélico Tame Impala (Tomorrow); el artista reguetonero Reykon (Nuestro planeta) y el cantautor colombiano Juanes (El ratico).

Como las llamadas se hicieron habituales, Kali Uchis se trasladó a Los Ángeles. Estaba aburrida en Virginia y parte de su familia regresó a Colombia.

Durante un tiempo tuvo que rodar de casa en casa, pero luego compró un apartamento en West Hollywood. Allí empezó a darle forma a su primer álbum, Isolation, en el que trabajó por tres años. “Además me dediqué a aprender a cantar y a hacer un álbum en un estudio. Cuando sentí que estaba lista, que era un poco más reconocida y estaba más madura como artista, lancé mi disco”.

Aunque su casa está en L. A., viaja permanentemente a Colombia. Hace unos meses se presentó por primera vez ante el público capitalino durante el Festival Estéreo Picnic. “Pensé que no me conocían, pero muchos cantaron, gritaron, bailaron y lloraron… Fue especial porque mi papá nunca había ido a mi show y también estuvo mi hermano… me sentí muy feliz”.

Su sueño ahora es conseguir un apartamento en Medellín para estar más cerca de sus papás y está preparando música nueva para el próximo verano. “Me gusta evolucionar y empujar mi mente… No me quiero acomodar en la vida ni en mi forma de ser artista”.